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La penitencia navideña de Jamison

LOS ÁNGELES -- Antawn Jamison se está convirtiendo en el paradigma de la montaña rusa que vive Los Angeles Lakers. El jugador es el claro ejemplo de cómo se puede pasar de la cima al ostracismo en cuestión de días. Este mes de diciembre, está siendo viviendo un calvario particular que pocos esperaban.

Llegó a la franquicia con la papeleta de lanzador incuestionable, de jugador veterano y de categoría que nunca recaló en un equipo campeón para saborear la delicia de un anillo. En su quinceava temporada como profesional, su periplo angelino supuso una oportunidad para hacer de tripas corazón y remar hacia el anillo exprés que proponía (y propone) este proyecto lagunero creado para el éxito hecho 'fast food'.

Steve Nash, Kobe Bryant, Dwight Howard, Pau Gasol y Metta World Peace eran unos nombres demasiado suculentos como para dejar escapar la oportunidad de vestirse de oro y púrpura. Y eso que rechazó una oferta para formar parte de su equipo natal y último rival lagunero, Charlotte Bobcats, con un puesto de chaqueta y corbata.

Llegó feliz a la franquicia californiana y ésta le recibió con los brazos abiertos. Los evidentes problemas del banquillo lagunero durante los últimos años (fue la banca menos efectiva de la campaña pasada) parecían resueltos con la llegada del Mejor Sexto Hombre en 2004, la medicina para paliar una enfermedad que tenía visos de convertirse en epidemia.

"Es increíble que en el punto en el que estoy en mi carrera haya podido venir a una organización como ésta. Con tanto talento en jugadores como (Dwight) Howard, Pau (Gasol), Metta World Peace, Kobe Bryant. Hay muchos roles diferentes, pero todos tenemos el mismo objetivo. No es llegar a la final de Conferencia o a las finales, es ganar el campeonato", llegó a comentar el jugador tras su primera semana de prácticas.

El discurso sigue siendo el mismo, pero el componente negativo de dos meses plagados de altibajos (más bajos que altos) está apagando la ilusión inicial.

"No existen momentos sin intensidad en esta ciudad", comentó el martes por la mañana, antes del encuentro de infarto ante los Bobcats. "Todos sabemos cuáles son las expectativas. Hay muchos jugadores que tienen muchos años por delante para ganar un campeonato, yo sólo quería un año. Esté en el banquillo, de titular o sin salir de la banca, quería mi oportunidad".

Jamison cuenta con su oportunidad de estar en el equipo, pero dio la sensación de que Mike D´Antoni le escuchó ya que optó por la tercera de las opciones ante Charlotte: la de dejarle en el banquillo y no utilizarle durante ningún momento del encuentro; cero minutos.

El jugador tocó fondo ante el plantel de su ciudad natal en un momento en que su participación en el esquema del coach pierde activos. Las dos victorias anteriores de los Lakers frente a Philadelphia 76ers y Washington Wizards supusieron una media de 9,5 minutos por cita en la que no fue capaz de aportar ningún punto. De los últimos seis partidos, el que más tiempo estuvo sobre la duela fue ante los Knicks de Nueva York; anotó tres puntos en 21 minutos.

La lesión de Gasol le colocó como la alternativa al español. Comenzó de titular en cuatro citas aunque el buen papel de Jordan Hill le relegó al banquillo. Cuando Hill se lesionó la espalda, D´Antoni no contó con Jamison para suplirle en el quinteto titular, sino con Devin Ebanks.

De esta manera, Jamison se está enfrentando a su temporada más dura como profesional, con una media de 7,2 puntos en poco más de 20 minutos jugados por cita. El promedio de su carrera es de 19,2 puntos en casi 36 minutos. En ninguno de sus equipos anteriores, Golden State Warriors, Dallas Mavericks, Washington Wizards y Cleveland Cavaliers, el jugador había estado sobre la duela tan poco tiempo ni había anotado tan pocos puntos.

Llegó al cielo en el último encuentro de noviembre ante Denver Nuggets, donde acaparó las miradas y alimentó las esperanzas sobre el jugador que todo el mundo quiere ver tras anotar 33 puntos y agarrar 12 rebotes en 32 minutos de juego. Aunque lo cierto es que Jamison está viviendo su penitencia navideña sumido en la poca efectividad, y lo que es peor, la falta de confianza de D´Antoni.