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Lakers y Knicks: dos realidades

Los Knicks parecen haber encontrado su identidad; los Lakers siguen buscando la suya Bruce Bennett/Getty Images

LOS ÁNGELES -- La historia de la NBA no se plasma en un simple escrito en tinta azul. El pasado, presente y futuro de la competición queda tallado en piedra a base de crónicas, eras diferentes y hechos que se suceden de 48 en 48 minutos; temporada a temporada y a base de fracasos, éxitos y expectativas; de veranos movidos, de mercadeo de coaches, jugadores y lo que es más importante, a base de ilusión.

En este tablero de la NBA hay dos piezas con la solidez de la veteranía que se verán las caras el día de Navidad. Una de las cinco citas que se jugarán el martes incluye un enfrentamiento imperdible como es el de los New York Knicks y losLos Angeles Lakers, dos equipos que ya se midieron hace cuatro encuentros y donde los neoyorquinos dieron una lección de juego a los californianos, que buscarán certificar su mejoría con un cambio de imagen.

La realidad de ambos planteles es bien distinta con el paso de los partidos, al igual que lo eran sus expectativas antes de que comenzara la campaña. la franquicia de la Gran Manzana está viviendo el mejor inicio de temporada en más de una década y la mentalidad ha cambiado completamente tanto dentro del equipo como en el seno de la afición. Las conversaciones ya no giran en torno a si llegarán o no a playoffs; algo que se da por hecho luego de un comienzo fulgurante que acerca la idea de incluso disputarle la miel a otras abejas como Miami Heat, Oklahoma City Thunder, San Antonio o ¿los Lakers?

A pesar de la irregularidad de los californianos, las expectativas se mantienen intactas luego de sobrepasado el primer cuarto de la temporada. En la cabeza de directivos, jugadores e hinchas no campa otra idea que la de luchar por el anillo y mantener las miras más altas de lo que reflejan los resultados luego de un comienzo a la deriva cuyo rumbo parece ir enderezándose poco a poco. Los cuatro encuentros al hilo que se metieron los laguneros en el bolsillo (no sin sufrimiento) sentaron muy bien a la Nación Lakers, aunque la verdadera prueba de mejoría se presenta ante los Knicks.

Los neoyorquinos, por su parte, parecen haber dejado las dudas de otras campañas de lado luego de gestar victorias tan importantes como las logradas ante los Heat (por partida doble), Dallas Mavericks o San Antonio Spurs. Algunas de estas victorias parecían lejanas hace bien poco.

Si realizamos un balance de los veranos que vivieron ambos equipos, lo cierto es que el éxtasis que trajo a Los Ángeles la llegada de Steve Nash y Dwight Howard no fue comparable a unos Knicks que dejaron escapar a Jeremy Lin, pero que adquirieron a hombres como el veterano armador, Jason Kidd, Marcus Camby, Raymon Felton, Kurt Thomas, J.R. Smith o Steve Novak.

Se trató del primer campamento del coach, Mike Woodson, que sustituyó precisamente a Mike D´Antoni en plena campaña 2011-12. Los resultados no se hicieron esperar en un equipo liderado por Carmelo Anthony y Amar´e Stoudemire y Tyson Chandler, y los neoyorquinos certificaron el mejor comienzo de campaña desde 1993, cerrando noviembre como el mejor mes en resultados desde el 2000. Desde aquel año, los Knicks se clasificaron para cuatro postemporadas (las últimas dos fueron en las dos campañas precedentes). En Nueva York hay motivos para la esperanza el miedo a rivales de la grandeza de los Lakers parecen haber quedado a un lado.

La estabilidad neoyorquina contrasta con la inestabilidad que reinó en las primeras semanas de los laguneros. Tres coaches después y con las recuperaciones de Steve Nash y Pau Gasol de sus lesiones, los Lakers afrontan el partido de Navidad lejos de los puestos de playoffs, pero con ciertos síntomas de mejoría. Llegaron a protagonizar el peor comienzo de temporada en años y ahora reman contracorriente para hacer olvidar la crisis de las semanas iniciales.

Las realidades de los Knicks y Lakers parecen destinadas a vivir separadas. Ya solo queda comprobar quién agarrará la sartén por el mango el martes; será el último encuentro de la temporada regular entre ambos, luego de haberse visto las caras en tres ocasiones en las dos campañas anteriores.