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¿Hace falta Kobe en noviembre?

LOS ÁNGELES -- El jugador de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant, señaló este martes que volverá a jugar a finales de noviembre, es decir, entre siete meses y medio y ocho después de la rotura en el tendón de Aquiles que sufrió a mediados de abril.

¿Se trata de una fecha prematura? ¿Hace falta que Kobe regrese tan temprano?

Decir que no sería una locura, decir que sí a la ligera, irresponsable.

Kobe Bryant hace falta siempre. Su presencia sobre la duela es una fuente de calidad y energía, de sosiego y seguridad en momentos clave; cualquier equipo gana enteros con su aporte y más todavía unos Lakers marcados por la irregularidad. Por otro lado, lo que se desea en el entorno de la franquicia es minimizar los riesgos lo máximo posible para que las ansias no puedan con la cordura. La pregunta tiene truco.

Pero antes de contestar a esta cuestión, ¿cuándo es temprano para recuperarse de una lesión en el tendón de Aquiles?

El futbolista David Beckham, uno de los espejos en los que se ha mirado Kobe durante su recuperación, regresó a los siete meses de lesionarse cuando contaba con 34 años de edad. Chauncey Billups, a los nueve meses, con 35 años de edad. Dominique Wilkins, a los 10 meses, tenía 32 y se retiró a los 39. Elton Brand, volvió a la duela a los 10 meses aproximadamente a una edad de 29.

Según un estudio realizado por LER (Lower Extremity Review), una publicación médica que analiza, entre otras cosas, el impacto en determinadas lesiones, la media de tiempo de recuperación de una lesión en el tendón de Aquiles en la NFL ronda los 11 meses.

Cada disciplina es un mundo y cada individuo, una galaxia. Hay tantos factores a tener en cuenta que es difícil comparar a los jugadores citados con Kobe. La Mamba Negra cumplió 35 años de edad en agosto, mientras se encontraba en pleno proceso de recuperación. Es inevitable que las dudas emerjan, que pocos tengan claro si volverá a ser el que era, si veremos al Kobe que todos conocemos. Sólo queda esperar a que regrese a la duela. Será entonces cuando tengamos pistas sobre su estado.

Los que seguimos de cerca la recuperación del buque insignia de los Lakers y le vimos saltar y participar en un 5-5 a cancha completa el martes, siempre fuimos pecadores de la impaciencia. Quisimos saber antes que nadie cuáles eras sus plazos, cómo iba su recuperación, si volvería en octubre, noviembre, diciembre... Y Kobe siempre se mostró huidizo, con una actitud sosegada y un discurso claro:

"Volveré cuando tenga que volver"

El tiempo inicial previsto cuando se lesionó era de seis a nueve meses. Aquella cifra se tildó de optimista, sobre todo cuando vino de un jugador que antes de caer lesionado se empeñó en jugar una media de 40 minutos por partido con el peso de los fracasos de una temporada para olvidar en lo colectivo sobre sus espaldas. El ingobernable reptil sagrado cayó porque su competitividad pudo con su raciocinio.

¿Estará primando su raciocinio ahora? ¿Quién habla, el Kobe ansioso por regresar o el cuerdo que realmente encontró el momento para hacerlo?

Están hablando los dos. La Mamba Negra sigue queriendo ser el mejor a toda costa, es algo que va en el veneno de sus colmillos, y para ser el mejor después de una lesión tan significativa y a una edad tan avanzada para un deportista hay que volver en plenitud, la máxima posible. Cuando se ha estado tantos meses viviendo el calvario de una intervención quirúrgica, una rehabilitación y acondicionamiento, lo último que se quiere es arriesgar. El miedo a la recaída es algo contra lo que Kobe tendrá que luchar.

¿Hace falta que regrese tan temprano?

Sí. Gradualmente, poco a poco y probando su capacidad sin prisa. Que agarre el ritmo, que palpe su pulso, que tiente a sus rivales. Que, con mesura en los minutos, sus canastas cierren partidos como el que se le escapó a sus compañeros ante Memphis Grizzlies por culpa de los errores de efectividad en los momentos clave. Porque aunque sea siete minutos por cita, Kobe debe regresar hasta que se encuentre a sí mismo.

Porque en su segunda práctica en dos días ya entrenó a toda máquina, porque Kobe nunca regresaría sin que Gary Vitti y Judy Sedo, médicos de la franquicia, le den el visto bueno; y ya lo tiene. Porque con él sobre la duela, los Lakers lograrán un balance mayor al 42.8 de efectividad actual, porque inyectará una energía que levantará los ánimos de los jugadores menos expertos en los tramos de más necesidad. Porque Kobe es Kobe, y aunque no llegue a los 25.5 puntos, 5.3 asistencias y 4.2 rebotes por juego que acumula en sus 17 años de carrera, su presencia irá más allá de las estadísticas.

Si Kobe dice estar listo, los demás debemos asentir con la cabeza, acomodarnos y comprobar hasta dónde puede llegar un deportista con mayúsculas que tiene el corazón de hierro. Y eso va más allá de cualquier lesión.