ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

Se deshoja el árbol de los Lakers

LOS ÁNGELES -- Hay una fortuna relativa en el presente de Los Angeles Lakers, y es que el nivel de indignación y la presión son menores cuando los fracasos se acumulan en una temporada de la que no se espera poco.

La derrota ante Oklahoma City Thunder del viernes era tan previsible como que brille el sol en el Sur de California mientras el otoño roza su ocaso, al tiempo en que la victoria por la mínima ante Charlotte Bobcats (88-83) no acaba de limar todas las asperezas. Es ahí donde se extrae una lectura que debería sorprender a muy pocos: las cosas no están yendo bien en la franquicia (eso lo saben hasta en la Península de Kamchatka, donde el sol no brilla tanto pero donde se habla mucho de árboles).

El roble lagunero de deshoja lentamente, y no precisamente por un meneo similar al que Kobe Bryant le dio al árbol en 2007, cuando declaró públicamente que quería ser traspasado de los Lakers en una acción que a la postre sirvió para que la franquicia se pusiera las pilas y configurara un núcleo más sólido capaz de lograr dos anillos en 2009 y 2010 con Pau Gasol, Derek Fisher y Andrew Bynum acompañando a Bryant.

"Tuve que mover los árboles un poco", afirmó Kobe en abril de 2008. "El sentido de urgencia estaba ahí. Me hubiera gustado hacer las cosas de manera diferente, pero viendo cómo salieron al final, es difícil discutir eso".

Ahora las hojas caen porque el hacha lagunera desgarra y desgarra, pero el tronco se mantiene firme. El propio Kobe utilizó este símil después de su reaparición en el juego ante Toronto Raptors.

"Es como talar un árbol", apuntó sobre la clave para afianzar la química entre los jugadores. "No se va a conseguir con un solo movimiento de hacha. Simplemente hay que seguir, seguir, seguir y seguir, y estar concentrados internamente en lo que tenemos que hacer para mejorar", argumentó.

Cuatro juegos después de esas declaraciones, la duela se llena de hojas secas y los Lakers acumularon tres derrotas al hilo y una victoria in extremis (balance de 11-12; 1-3 desde el retorno de Kobe) y que les coloca como el cuarto peor equipo del Oeste junto a Minnesota Timberwolves.

Aunque ante Charlotte hubo destellos, la sensación es que la unidad no está siendo suficiente, la identidad de equipo sigue perdida en algún inhóspito lugar del que ni siquiera Mike D´Antoni tiene noticias, la defensa no carbura de una manera constante, las lesiones complican todavía más las cosas y el descontento de algún jugador con el coach comienza a florecer entre las ramas. Sí, Pau Gasol no está cómodo.

¿Les suena de algo todo esto?

DESCONTENTO DE GASOL
El caso del internacional español es ya una constante. A pesar de jugar un buen partido en ataque ante el Thunder (14 puntos con 6/10 en lanzamientos de campo, siete rebotes y tres asistencias) y Bobcats (15 puntos, siete rebotes y tres asistencias), Gasol afronta la temporada con peor registro de tiro de su carrera con 14.4 ppj y una efectividad de .423 (.515 y 18.3 ppj en el registro de su carrera). Además, en líneas generales, su labor defensiva está dejando mucho que desear, bien es cierto que ante Bobcats se empleó a fondo (cuatro bloqueos vitales y más intensidad que en citas anteriores).

Pau se puso las pilas en el último encuentro después de la rajada previa a la cita ante Oklahoma en la que volvió a alimentar una incomodidad que recuerda a la del año pasado, cuando Pau sintió que, con la presencia de Dwight Howard, no se estaban explotando sus virtudes allí donde le gusta jugar: en el poste bajo.

"Cuando no agarro la pelota donde quiero, donde más efectivo soy, donde golpeo a los rivales y utilizo mis virtudes, eso afecta mi agresividad y mi intensidad general", afirmó antes de la cita ante Oklahoma.

Kobe es el mayor defensor que Gasol tiene sobre la duela y en los despachos. Aunque la renovación del jugador franquicia (48.5 millones de dólares por dos años) pueda costar cara a su compañero, quien se encuentra en su último año de contrato y en un estado de cuestionamiento perenne y que vuelve a estar en el punto de mira sobre un posible traspaso. El estadounidense valora la versatilidad del español y se toma la licencia de recomendarle que quizás el problema esté en uno mismo, no dentro del sistema de D´Antoni.

"Tiene que agarrar el ritmo", confesó Kobe antes de partir a Oklahoma. "Hemos hablado de eso, porque con el tipo de relación que tenemos podemos tener esas conversaciones y le dije que algo que me ayudó a mí fue el bajar de peso. Creo que debería valorar si hay algo que pueda hacer también, porque cuando te haces mayor, tu metabolismo se ralentiza y aumenta tu peso. Estará bien. Es duro, porque cuando te haces mayor, hay que adaptarse y para eso están los hermanos. Por eso nos cuidamos entre nosotros. Si a mí me funcionó, podría funcionar contigo, si no es el caso, habrá que ver qué pasa", señaló.

REUNIÓN DE D´ANTONI
Y entre las culpas y las incomodidades, la reacción no tardó en llegar tras el malestar de Gasol hecho púbico. D´Antoni reunió al grupo el viernes e instó a que los trapos se lavaran en casa, no ante los medios.

"Tenemos que jugar duro y preocuparnos menos por las cosas. Lo pueden aceptar o no, pero no hay razón para no jugar duro", apuntó el coach. "El mensaje es para todos. Si no jugamos fuerte, será difícil encontrar la manera porque no se sabe qué funciona y qué no funciona. Todos tienen el mismo mensaje y seguimos diciéndolo durante las prácticas. En cada sesión de vídeo les enseñamos qué queremos y espero que lo lleven a cabo", explicó.

La relación entre Pau Gasol y Mike D'Antoni esta dañada.

Pero ya sea por culpa de los jugadores, de la gerencia o del caballero que vende palomitas en el Staples Center, lo cierto es que D´Antoni es el segundo coach con peor registro de los 13 hombres que han dirigido a los Lakers en al menos 77 partidos. El italo-estadounidense acumula un balance de .536 (51-44), solo superado por Randy Pfund (.452, 66-80).

Antes del juego ante Bobcats, los Lakers eran el segundo equipo que más puntos recibe por partido (104.3) y el tercero que más asistencias permite (25.3 ppj), mientras que se colocan como el tercer plantel que más asistencias brinda (24.0) siendo un equipo de mitad de tabla en tiros de campo (puesto 19 con .442) y el quinto con mejor balance en triples (.392).

La desconexión entre la intensidad ofensiva y defensiva es evidente.

Ante el Thunder, los Lakers encajaron 122 puntos en contra, una cifra reducida a 85 ante Bobcats. En el encuentro del viernes, se trató de la tercera ocasión esta temporada en la que permiten 120 puntos o más, y la pintura vuelve a ser la debilidad de unos laguneros que ante el Thunder permitieron 50 puntos y 46 ante Charlotte.

Y aunque aún queda una senda de 59 juegos de temporada regular, pocas cosas quedan claras ante los últimos fracasos envueltos en la 'fortuna' de una campaña considerada de transición. La gerencia no ha confirmado el fichaje de ningún armador natural para que refuerce una posición mermada tras las lesiones de Steve Blake, Steve Nash y Jordan Farmar. Bryant está cumpliendo en esa posición con 21 asistencias en los dos partidos en los que actuó como armador, pero el coach tendrá que controlar los minutos de un jugador que acaba de reaparecer después de ocho meses en el dique seco.

Habrá que comprobar cuánto dura el discurso de 'la solución está en casa' remarcado por D´Antoni; también si el primer revés de la gira en la carretera que fue acompañado por la primera victoria en cuatro citas la noche siguiente sirven para seguir ahondando en el tronco, incluso habrá que estar pendientes de si la ansiada intensidad defensiva acabará por consolidarse en lugar de ser un espejismo.

Y así, entre la eterna incertidumbre de los Lakers actuales, las hojas siguen cayendo en este otoño soleado pero marcado por la gelidez de unos resultados recientes que congelan la capacidad de reacción. Igualito que en la Península de Kamchatka, donde también se preguntan adónde se dirigen estos Lakers sin rumbo fijo desde la salida de Phil Jackson.

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