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Lakers, 'deja vu' de miseria

LOS ÁNGELES -- A esta altura de la temporada resulta difícil diferenciar un partido de Los Angeles Lakers del siguiente.

No solo la gravedad del resultado se repite sin cesar, sino también el desempeño del equipo, el esfuerzo de los jugadores, las decisiones de Mike D´Antoni y sus posteriores declaraciones.

Ni hablar de las constantes lesiones que tienen a la afición en un estado de déja vu que arrancó allá por octubre y aún tiene tres repeticiones más.

Los laguneros volvieron a perder por 'goleada' (95-112 ante Golden State), y aún con solo nueve jugadores disponibles (ocho si se tiene en cuenta que el entrenador decide ignorar sin vergüenza a MarShon Brooks) quedó la sensación que algo más podrían haber intentado.

"Sabemos dónde estamos", reconoció D´Antoni. "Estamos 25-54 y sabemos que no es suficiente. No sería justo para ellos si no hago lo que les pido a ellos y eso es venir y estar concentrado".

El estratega trató de justificar noblemente una nueva actuación horrorosa de sus pupilos y como toda la temporada se inmoló en servicio de ellos.

"Están tratando de competir y jugar lo más fuerte que pueden", apuntó. "Se desinflan un poco, pero eso es naturaleza humana".

Sin embargo, hay cosas difíciles de ignorar.

Los Lakers dispararon 39.3 por ciento desde el campo, algo inaceptable para un equipo que se jacta de tener una ofensiva de alto voltaje.

La realidad es que tener 23 asistencias en 35 canastas sabe a poco, y más si se le agrega que regalaron 15 esféricos.

"A veces nos olvidamos de pasar la bola", reconoció el coach. "Es más fácil no pasar, es más fácil [jugar uno contra uno] y es más fácil postear a alguien. No somos tan buenos y cuando la bola se mueve jugamos mejor".

El que lleva la bandera de ese estilo egoísta es Nick Young, un joven que intenta disimular con simpatía y ropajes exuberantes lo dañino que es para el equipo.

D´Antoni fue claro al respecto.

"Nick tiene que ser consistente en defensa", opinó. "Es obvio que tiene un talento especial, pero nosotros vamos a anotar, alguien va a anotar. Tiene que estar alerta constantemente en defensa y a veces lo está y a veces no".

La temporada 2013-2014 será recordada por la maldición de las lesiones, por la peor marca de la historia de la franquicia y también porque su cara visible fue precisamente el autoproclamado "Swaggy P", un jugador que puede ser vistoso y por momentos letal, pero cuyo estilo pocas veces suele traducirse a títulos.

Los Lakers serán "Showtime", pero ante todo son ganadores, y la combinación de esta plantilla y este entrenador se inscribió a fuego en la memoria de la peor manera posible.

Soplarán tiempos de cambio pronto en L.A., y de una forma u otra, la franquicia encontrará un nuevo camino a la cima, pero estas marcas suelen ser indelebles.

Los Lakers llevan 79 partidos tocando fondo.

¿Hasta cuándo?