ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

D'Antoni y el alivio lagunero

LOS ÁNGELES -- Mike D´Antoni se marchó de Los Angeles Lakers preso de una sostenibilidad insostenible y abandonó un puesto agarrado con hilos caducados en el que estaba condenado al ostracismo. Le restaba un año de contrato (2014/15) y el equipo tenía la opción de utilizar el siguiente (2015/16) para seguir contando con sus servicios. El sondeo de su agente, Warren LeGarie, con la gerencia no dio el resultado esperado, los Lakers no garantizaban mantenerle después de la campaña que entra y D´Antoni acabó por dimitir.

Más de uno y de una habrá respirado de alivio.

Porque se fue un coach cuestionado hasta la saciedad que entró con mal pie y se marchó por la salida de emergencia. Detrás de aquel bigote curtido por los años se escondía un hombre marcado por el sosiego absoluto. Su calma llegó a rozar lo descortés en algunas situaciones, sobre todo cuando la nave lagunera se hundía llevándose consigo a su capacidad de reacción. El "todo irá bien" o "iremos mejorando" formaba parte de su discurso de una manera tan automática que llegó a ser insultante. Como si esas palabras fueran suficientes para que los Lakers se salvaran de una hecatombe más que anunciada. Más aún al repetirlas cuando el equipo no tenía opción de clasificar a la postemporada.

La sombra de Phil Jackson siempre persiguió a este entrenador con más detractores que simpatizantes. Nunca pudo evitar los complejos creados por la no contratación del Maestro Zen tras la destitución de Mike Brown. La llegada de D´Antoni fue el fruto de un paso en falso de la gerencia, que llegó a avisar a Jackson de que tenía pie y medio en el equipo. Aquello acabó por inundar las iras de una hinchada que día sí y día también coreaba el ya clásico "queremos a Phil", porque fue el otro medio pie el que entró.

PEOR COACH DE LA HISTORIA DE LAKERS

D´Antoni es el único entrenador que no ha logrado una victoria en los playoffs en sus dos primeras temporadas en los Lakers, según desprende un reporte de ESPN Stats and Info. De hecho, desde que se marchó de Phoenix Suns hace seis años, el ya excoach de los Lakers no ha sido capaz de meterse en el bolsillo ni un solo juego de postemporada. En cuatro campañas con los Knicks, no clasificó a playoffs más que en una ocasión (2010/11 y cayó en la serie inicial) y en la cuarta temporada, renunció. Los Lakers perdieron en la primera ronda (2012/13) y de este año mejor no hablar: ha sido la peor campaña de la temporada de la franquicia desde que están en Los Ángeles.

Y probablemente no fuera todo culpa de D´Antoni tras el rosario de lesiones que le imposibilitaron encontrar una identidad definida en las 35 alineaciones titulares distintas que llegó a utilizar. Deambuló sin Kobe Bryant, sin un Steve Nash con el que compartió una época de esplendor y con Pau Gasol descontento por no encajar en el sistema. Sin embargo da la sensación de que mucho de lo sucedido fue cosa suya. Porque la mala suerte no es argumento suficiente para explicar el fracaso del que se ha convertido en el peor coach de la historia de los Lakers (balance de .435 con un mínimo de 100 partidos dirigidos).

D´Antoni se va con otra mancha en su currículum después de guiar a los Suns a un balance de .707, tras dos finales de conferencia incluidas en las cuatro temporadas al hilo que estuvo allí, junto a un Nash MVP en dos ocasiones. Sin embargo en los Knicks y los Lakers su legado es para olvidar.

Pero él siempre se mostró impasible ante la adversidad, esquivo con las preguntas incómodas y garante del buen humor a la italiana cuando la cosa se ponía difícil y no había otra salida más que la risa, que la carcajada manchada con las lágrimas de los seguidores del equipo que veían el precipicio más cerca. Y es que, parafraseando a 'Magic' Johnson, la peor decisión de la gerencia de los Lakers en las dos últimas campañas fue la de contratar a D´Antoni, que se convirtió en un producto más de las ansias por crear un equipo aspirante al título en plan comida rápida; caso Nash; caso Dwight Howard.

PUNTO CERO

Y dos temporadas después, las cosas están como antes. Los Lakers vuelven a permanecer en ese kilómetro cero muy alejado de la zona de confort en la que viven otras formaciones gestionadas en base a parámetros diferentes; que no tratan de imitar aquel 'Showtime' una vez exitoso de una manera cutre y desaliñada. Es ahora donde ha de imperar la cordura y gestar la reconstrucción lagunera.

La salida de D´Antoni puede traer consigo varias consecuencias directas. La primera podría ser la aplicación de la cláusula en la que se dejaría de contar con Nash para que su contrato sea repartido en tres años para aliviar el tope salarial. La segunda, la posible permanencia de Gasol, que ya admitió que uno de los condicionantes para tomar una decisión sobre su futuro sería la permanencia o no de D´Antoni en el equipo.

La reconstrucción de los Lakers está más cerca que nunca y han de sacar tajada de la dimisión de D´Antoni, que a fin de cuentas obliga a cambiar las cosas. La franquicia tiene asegurada una elección en el top 9 del Draft y los deseos de contratar a un agente libre de garantías permanecen intactos.

Ahora toca respirar hondo y ponerse manos a la obra para que este verano venga cargado de ilusiones sólidas (y comedidas) y deje atrás los espejismos pasados. Una de las claves es la de contratar a un coach de garantías. ¿John Calipari? ¿George Karl? ¿Byron Scott? ¿Mike Krzyzewski? ¿Kevin Ollie? ¿Jeff Van Gundy?

Hagan sus apuestas y dejen de pellizcarse, que D´Antoni ya es historia. Esa es la realidad.

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