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Lakers toma en serio a Kobe

SAN ANTONIO -- Un triple anotado in extremis no debería definir un partido entero. Puede variar el resultado, inyectar una dosis de moral a unos Los Angeles Lakers que cuentan con un balance de (7-16), sumar una victoria, hacer que un vestuario explote de júbilo, pero el trabajo que realizaron los laguneros no podía definirse en si Nick Young (29 puntos y 6/9 en triples) anotaba o no su lanzamiento desde más allá del perímetro.

Hubiera sido injusto criticar a los Lakers con una derrota ante San Antonio Spurs. Sin embargo, ¿acaso el los deportes son justos? No siempre. Sí esta vez.

Los laguneros firmaron el mejor partido de la temporada (112-110) ante unos vigentes campeones de la NBA que sudaron de lo lindo en su pugna por llevarse un encuentro de lo más igualado. San Antonio no jugó mal, de hecho demostraron fases de excelencia en su deseo de darle la decimoséptima alegría a su afición esta temporada. Finalmente no pudo ser y acabaron por sumar su séptima derrota con tras jugar un tiempo extra eterno.

Tony Parker no pudo completar el encuentro ante los Lakers por problemas en los isquiotibiales y Kawhi Leonard, el quebradero de cabeza de Kobe en el partido que ambos equipos jugaron en noviembre, ni siquiera se vistió de corto por culpa de una lesión en su mano derecha.

Tras el triunfo, el vestuario de los Lakers reflejó una alegría fuera de lo común. Nunca antes este año se había vivido una satisfacción tal y los gritos de euforia se escuchaban desde el pasillo exterior. Young era uno de los más activos. No era para menos después de haber dado una lección de tiro exterior tampoco vista esta temporada.

"Tengo que hacer lo que tengo que hacer y cuando tengo que hacerlo. Así que hago lo que hago. Me pasan la pelota y simplemente hago lo que tengo que hacer. Tengo que lanzar y lo hago. No puedo ni siquiera pensar en ello porque sólo hago lo que tengo que hacer", comentó un Young tan exultante como jocoso. "Es como he estado diciendo. Es duro, pero no estoy aquí para hablar de lo que tengo que hacer, tengo que hablar de la victoria. No juego como 'Charmin' porque no me gusta ese papel higiénico. Es todavía duro. Se rompe. Es tan suave que se rompe".

Young ironizó sobre las palabras que Kobe Bryant utilizó durante la práctica de este jueves en las que alentó a sus compañeros con dureza e incluso polemizó con Young y el resto sobre la manera blanda de jugar que tiene el equipo (utilizando el símil de una conocida marca de papel higiénico).

KOBE, ACOSTUMBRADO A MOTIVAR

Cuando se le preguntó a Kobe sobre esa anécdota, se limitó a contestar que ésa es su manera de motivar a sus compañeros, algo que parece hizo efecto ante los Spurs.

"Todos podemos criticar mi estilo de liderar todo el día", declaró tras anotar 22 puntos (está a nueve unidades de superar a Michael Jordan en la tercera posición de máximos anotadores de la historia de la NBA) y brindar nueve asistencias. "Podemos llamarlo incómodo o lo que sea, pero he estado haciendo eso desde high school. Jugamos a este deporte para ganar campeonatos y yo tengo cinco", aseguró.

Sea por el aliento de Kobe, por la necesidad o porque los Lakers encontraron su mejor versión en el momento más oportuno, lo cierto es que las cosas le salieron a pedir de boca en un partido que se resolvió con un triple de Young, pero contó con un trabajo colectivo tan certero que dejó atrás cualquier marca individual que estuviera prevista.

Los cambios protagonizados por Byron Scott hace dos juegos, cuando introdujo en el quinteto inicial a Ed Davis (dos puntos, cuatro asistencias y seis rebotes) y Ronnie Price (ningún punto, y dos asistencias) en detrimento de Carlos Boozer (14 puntos y 13 rebotes) y Jeremy Lin (14 puntos y ocho asistencias), parece que están surtiendo su efecto. No sólo por la actitud de los nuevos titulares -que ante los Spurs fue más defensiva que ofensiva- sino porque esta banca liderada por Young se ha visto reforzada con dos jugadores que han escuchado la llamada de atención y se están poniendo las pilas.

"Creo que se trata de crecimiento y madurez", asintió Lin tras jugar casi 30 minutos. "Los lanzamientos no entraban podríamos habernos hundido como lo hicimos en el pasado, pero logramos encontrar las maneras para frenarles haciendo el trabajo sucio y duro. No somos blandos. Creo que jugamos bastante duro para un equipo hecho de papel higiénico", profundizó Lin.

El mensaje de Kobe caló en los jugadores de los Lakers, que optaron por no manchar su imagen en un encuentro en el que no eran favoritos.