LOS ÁNGELES -- Ni las ansias por ridiculizar a sus eternos rivales, ni la inmensa superioridad que mostraron en la cancha fueron suficientes para que Los Angeles Clippers propinaran a Los Angeles Lakers una derrota con mayúsculas en el Staples Center (106-78) este domingo. Primó la coherencia y la dosificación de cara a un final de temporada de infarto en la zona noble de la Conferencia Oeste.
El único equipo que tiene asegurada su plaza es Golden State Warriors, que ocupan el primer puesto. Los demás, que en su mayoría ya tienen atada su presencia en los playoffs (de los ocho primeros faltan dos puestos por definirse), buscan finalizar con la ventaja de campo de campo en la postemporada. En esa lucha se encuentran los Clippers (52-26), que no tienen margen de error en su afán por alcanzar a Portland Trail Blazers (50-26) en la cuarta posición, y quien sabe si de rebote logran hacerse con el tercer puesto de Memphis Grizzlies (52-25) o incluso el segundo de Houston Rockers (53-24).
El trámite ante los Lakers, que casi estaba ganado antes de que se jugara, no era más que eso, un mero trámite en el que el mayor atractivo era comprobar si eran capaces de superar los 48 puntos de diferencia del tercer juego de la serie de la campaña pasada. Y es que ya son seis partidos vencidos al hilo ante los laguneros. Doc Rivers optó por las rotaciones y dio descanso a sus jugadores más habituales cuando sus pupilos se pusieron a 43 puntos de distancia. No vale arriesgar por lo que aún pueden conseguir y por lo que podrían perder: San Antonio Spurs pisan los talones de los Clippers en la sexta plaza (51-26).
Los 13 jugadores disponibles para Rivers entraron en escena ante los Lakers y seis de ellos lograron los dobles dígitos. En ese nutrido grupo se encontraron cuatro de los titulares, con Blake Griffin a la cabeza (18 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias), y actuaciones destacadas como las de DeAndre Jordan (firmó otro doble-doble gracias a sus 16 puntos y 11 rebotes), Matt Barnes (14 puntos y cuatro rebotes), J.J. Redick (12 puntos) o un Chris Paul que logró siete puntos y 15 asistencia.
"Todo salió como teníamos planeado. Creo que la defensa estuvo desbaratada en el tercer cuarto, pero fuimos profesionales. Nuestros chicos jugaron con mucha intensidad", afirmó Rivers.
Los Clippers continúan imponiendo un ritmo trepidante a la competición y acumulan 10 victorias en los últimos 11 partidos.
"Siempre es bueno vencer", aseguró CP3. "Todavía estamos ajustando cosas y es una cuestión de ejecución. Cada noche jugamos contra equipos diferentes. Cuando llegas a los playoffs es el mismo equipo cada noche. Ahora todo es cosa nuestra, estamos intentando adivinar qué jugadas son las mejor nos vienen", sentenció el armador.
Con la clasificación de los más apretada, los jugadores de los Clippers tratan de ir partido a partido sin apenas mirar a los récords propios o ajenos. La premisa es la de ganarlo todo y despreocuparse.
"Sé que no importa el puesto en el que finalicemos, todo se reducirá al último partido de la temporada. No lo miro demasiado tan solo estamos tratando de lograr el mayor número de victorias posibles y ser un mejor equipo para el tramo final", apuntó DeAndre Jordan.
A los Clippers les restan cuatro citas para finalizar la temporada regular. Volverán a medirse a sus vecinos el martes como locales y a continuación tendrán una cita crucial ante Memphis Grizzlies para poner punto y final a la campaña regular ante Denver Nuggets y Phoenix Suns.