ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 9y

Clippers ante una oportunidad de oro

LOS ÁNGELES -- Es ahora o nunca. La demostración de poderío de Los Angeles Clippers durante el primer juego de la serie ante San Antonio Spurs fue magistral y los angelinos están ante una oportunidad de oro para hacer historia.

Si son capaces de aguantar la intensidad, si sus piezas clave resaltan como lo hicieron el domingo y si la mezcla de estos elementos se hace fructífera a base de victorias, estaríamos ante unos serios aspirante a todo. Para que ese 'todo' se haga realidad y tras la victoria en el Juego 1, deben vencer al menos 15 partidos de los 27 que les separan del anillo.

La lección de básquetbol que se vio en el Staples Center fue digna de un partido de postemporada, una pena que uno de los dos mejores equipos de la liga tengan que decir adiós en la primera ronda.

Sobraron los atractivos y el abrazo en el que se fundieron Gregg Popovich y Doc Rivers antes del choque evidenció una sana rivalidad. El duelo de dos de los pocos coaches en activo que pueden presumir de tener al menos un anillo de campeón de la NBA, la primera batalla la venció el ideólogo del plantel californiano.

Ambos equipos llegaban a la cita como los que más juegos han sido capaces de vencer en el tramo final de la temporada regular y se preveía una situación más pareja de lo que finalmente se vio. Cualquiera le pide permiso a DeAndre Jordan (nueve puntos y 14 rebotes) y Blake Griffin (26 puntos y 12 rebotes) para penetrar a canasta. Hasta siete bloqueos sumaron las dos torres de los Clippers, cuatro el primero y tres el segundo.

La superioridad en la pintura fue abrumadora ante la baja entrecomillada de Tiago Splitter, que regresó tras perderse los seis últimos juegos de la campaña regular por una lesión en la pantorrilla. El brasileño evidenció falta de ritmo. Participó 10 minutos (cuatro puntos y tres rebotes) y Aron Baynes sencillamente no estuvo a la altura para dar un paso al frente.

Tim Duncan (11 puntos y 11 rebotes) se sintió muy solo en la zona y no pudo hacer frente al vendaval racheado de los jugadores interiores de los Clippers. Ante la situación y la intensidad defensiva de los angelinos, los Spurs tuvieron que apelar a los lanzamientos exteriores. Hasta 33 intentos de triples tuvieron los pupilos de Popovich, tan solo entraron 10, los mismos que a los Clippers con 15 intentos menos. Los vigentes campeones se vieron muy superados por los locales.

Si a Danny Green le tiembla el pulso (1-7 en triples), poco más se puede hacer cuando la presencia rival bajo el aro es tan sólida.

Si además la vida sonríe a los Jordan, Griffin y Chris Paul (32 puntos, seis asistencias y seis rebotes) la cosa se complica sobremanera. Si hay alguien que marca la diferencia ese es Griffin.

Su evolución como jugador es tal que todavía no se sabe hasta dónde llegará su calidad. Para que los Spurs logren enderezar el rumbo deberán encontrar la manera de limitar al ala-pívot lo máximo posible, algo que se antoja harto complicado, sobre todo porque su criterio es excelente. Si no tiene oportunidad para lanzar a canasta o clavar la bola como si no hubiera mañana sabe que es porque ya tiene demasiada atención de sus defensores. Es entonces cuando sabe encontrar a los jugadores exteriores para que hagan triples.

Los Clippers juegan de memoria, ya no sólo en la elaboración de las jugadas, sino en la improvisación de alley-oops y cambios de decisiones acertadas. Sus tres jugadores más importantes están en un momento más que óptimo y el hecho de que hayan coincidido en el mismo equipo en un momento espléndido en sus carreras debería ser aprovechado.

Popovich es un auténtico maestro en las artes de solventar los errores de su equipo de un día para otro. La falta de efectividad a canasta de los Spurs fue preocupante con 15 de 54 lanzamientos combinados entre Tony Parker, Duncan, Green, Manu Ginóbili y Boris Diaw.

El único que se salvó fue un chico de 23 años de nombre Leonard, Kawhi de apellido. El Jugador Más Valioso de las Finales del año pasado lleva la batuta ofensiva de su equipo con una naturalidad abrumadora. 18 puntos y 7-12 en tiros de campo hablan por sí solos. Sin duda, fue el oasis de una noche desastrosa en cuanto a la efectividad de los Spurs.

Si a eso se le suma una línea de secundarios afinados en el lado californiano formada por J.J. Redick, Jamal Crawford y Matt Barnes, la situación se complica más todavía. No les suele fallar la puntería y ahí lo Clippers tienen mucho ganado.

El miércoles, ambos equipos volverán a verse las caras. Los Clippers repetirán como locales y buscarán mantener la pauta marcada en el Juego 1. A buen seguro que los Spurs mostrarán una cara completamente distinta y el resto de los mortales no perderemos detalle de la serie más atractiva de los playoffs.

Es ahora o nunca para los Clippers. Si logran dejar en el camino a los Spurs, la moral les elevará a cotas máximas. La urgencia por cambiar la historia de una franquicia con un pasado ensombrecido e insípido en la NBA es total.

Si no, que le pregunten a Paul, uno de los mejores armadores del momento, quien está a punto de cumplir los 30 años de edad plenamente consciente de que necesita que su nombre se relacione con la palabra campeonato.

Otro año en blanco desde que el proyecto Clippers comenzó a perfilarse en 2009 sería un fracaso. Cualquier cosa que como mínimo no implique una Final de Conferencia lo sería.

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