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¿A quién pedir responsabilidades por el mal momento de los Lakers?

LOS ÁNGELES - Las derrotas se siguen acumulando para Los Angeles Lakers. Aún no se ha cumplido el primer mes de competición y los laguneros ocupan la cuarta peor posición de la liga (2-10). El último traspiés lo sufrieron este viernes ante Toronto Raptors (8-6) en el Staples Center por un resultado de 102-91. La historia de las dos últimas temporadas se está 'tripitiendo' y tendría que ocurrir algo extraordinario para que las esperanzas de mejorar el balance de los años anteriores no se desvanezcan antes del All Star.

Encontrar virtudes en el juego de los californianos es toparse con una aguja en un pajar. Apenas hay aspectos destacables (quizás la mejora del juego de las promesas D'Angelo Russell, Julius Randle y Jordan Clarkson), la vulnerabilidad es patente en todas las áreas de su juego. El último periodo ante los Raptors fue uno de los numerosos indicativos de cómo tirar por tierra un partido parejo. Urgencia, jugadas sin criterio, pérdidas de balón, lanzamientos a canasta discutibles, incompetencia defensiva (sobre todo en el perímetro), permisividad en los rebotes y una falta de confianza lógica cuando las victorias no llegan. Están jugando mejor en los últimos partidos, pero no es suficiente.

"Nunca pensé que fuera a ser la voz de la razón en cuanto a movimiento de balón", comentó Kobe Bryant (10 puntos y cinco asistencias). "Nunca me imaginé que llegara ese día en el que predicara eso. Es una locura. Me siento como los niños que cuando crecen dicen lo mismo que sus padres".

Su adaptación al juego es gradual y mientras intenta que los más jóvenes aprendan a circular la pelota, el equipo sigue en una delgada línea entre el aprendizaje y la debacle. Hay que pedir responsabilidades, pero ¿a quién? Es difícil que las miradas más críticas no apunten a todas y cada una de las esferas del organigrama lagunero. Desde la directiva hasta el último en llegar, pasando por Byron Scott, Kobe Bryant... aquí no se salva nadie.

Sobran las voces que criticaron la elección en el segundo puesto del draft de D'Angelo Russell por parte de los hermanos Buss, Mitch Kupchak y el resto del equipo logístico. Si se compara su impacto (9.5 PPJ, 2.7 APJ y 4.0 RPJ) con el de Jahlil Okafor (18.8 PPJ y 1.7 bloqueos) la cosa está clara. La plantilla se podría haber organizado de otra manera, sin embargo, lo que prima es la intención, y los directivos dieron por hecho que el base de 19 años de edad funcionaría desde el principio. El propio Scott apuntó que su juego le recordaba al de Magic Johnson... sobran los calificativos sobre esta comparación.

"Trato de ser más resolutivo. Intento estar en todos lados, buscar la pelota, si puedo también intento robar balones y lograr canastas en transición, trato de agarrar rebotes y hacer lo mismo. Hoy funcionó", reconoció Russell.

El joven jugador aún no ha mostrado la madurez y la garra necesaria para la NBA. El proceso de aprendizaje es innegable aunque el problema es que Russell está disperso. Sus escarceos con la más pequeña de las Kardashian, su falta de entendimiento con el coach y la facilidad con la que se entretiene (ante los Raptors saludó a un colega sentado en la primera fila antes de defender una jugada de sus rivales) le convierten en caldo de cultivo del recelo mediático contra los Lakers. Ante los canadienses dejó buenos detalles (17 puntos, un bloqueo y un robo de balón), aunque le hace falta más regularidad. Scott asegura que le está tratando con la mano dura con la que trata al resto de sus pupilos. No hay diferencias de edad en su manera de ver las cosas.

"Creo que jugó mejor (ante Raptors). Jugó con algo más de confianza. Lanzó los tiros que tuvo, aunque tuvo un par de errores despreocupados. Eso lo hará todos los partidos", afirmó Scott. "Durante todo su año de novato tendrá esos errores, pero aprenderá de ellos y seguirá mejorando. Desde el punto de la agresividad fue su mejor partido", agregó.

La manera de gestionar el equipo está colocando al coach lagunero en el ojo del huracán. Por menos, la directiva se deshizo de un plumazo de Mike Brown hace tres años. Los errores de planteamiento se repiten uno tras otro. Si el comienzo del último periodo ante Toronto fue un despropósito el último cuarto de la derrota anterior contra Phoenix Suns tuvo los mismos ingredientes. Una unidad compuesta por Larry Nance Jr, Kobe Bryant, Lou Williams Brandon Bass y Nick Young que no funcionó. Ante los Sun perdieron 17 puntos, frente a los Raptors llegaron a estar a -16.

Y el eterno asunto de Kobe. ¿Debe tener tanta participación o no? ¿Hay que dejar que lleve la iniciativa ofensiva a canasta o debería delegar? ¿Sería más efectivo saliendo de suplente? Su balance de 5-de-13 en tiros de campo y 0-de-5 en triples volvió a dejar mucho que desear. Su reaparición tras descansar ante Phoenix Suns ha dejado una leve mejora en sus porcentajes, pero aún son inferiores al 40 por ciento (su media de noviembre es del 32.6 por ciento en lanzamientos a canasta). Defensivamente le faltan piernas y su paseo de 25 millones de dólares a lo largo y ancho de su último año como profesional se antoja insuficiente para un equipo que no levanta cabeza.