ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 8y

Lakers está en manos de D'Angelo Russell, un novato inmaduro

LOS ÁNGELES -- Los temas de conversación tras los encuentros de Los Angeles Lakers con Byron Scott y los jugadores giran en torno al proceso de evolución de los jóvenes -fundamentalmente D'Angelo Russell- en cómo se siente Kobe Bryant jugando más de 30 minutos por partido, en qué tiene que hacer el escolta para que las canastas le entren -en la derrota ante Portland Trail Blazers (107-93) anotó 18 puntos tras un balance de 6-de-22 en tiros de campo y 0-de-5 en triples- y todo tipo de temas, preocupaciones y cuestiones que se siguen repitiendo partido tras partido.

Como se repiten, cual 'Día de la Marmota' las derrotas y la falta de soluciones. Los laguneros acumulan un registro de 2-11 esta temporada, peor incluso que el año pasado (3-10), cuando batieron el récord de la peor campaña de la historia de la franquicia; o del anterior, cuando firmaron el segundo peor de su existencia. La cosa pinta igual o peor para este año de 'reconstrucción' y en la maraña de aspectos negativos hay uno que destaca por encima de todos: la construcción del juego depende de un chico inmaduro de 19 años de edad que todavía no está preparado para brillar en la NBA, para circular el esférico con criterio y para posicionar a sus compañeros con confianza.

"Esta noche quería que Russell tuviera la pelota un 90 por ciento del tiempo, que asista y haga la a construya el ataque, creo que hizo un trabajo decente", afirmó Scott. "Nos movemos en esa dirección. Queremos que se desarrolle hacia lo que creemos que va a ser: un gran base. Tiene la visión, tiene el talento y tiene que seguir comprendiendo lo que hacemos en ataque. Creo que está mejorando y que está empezando a estar cómodo", indicó el coach.

Russell (13 puntos, seis asistencias y nueve rebotes), está mejorando muy poco a poco, pero sus tiempos se antojan eternos cuando las victorias no llegan. Desde el punto de vista de su evolución, todos, tanto Kobe como el cuerpo técnico, han tomado el camino de la paciencia, o lo que es lo mismo de la complacencia. De tanto perder, parece que las derrotas no duelen ni por dentro ni por fuera, y es que incluso la afición del Staples Center hizo la ola en un tramo del encuentro ante los Trail Blazers. Poco hay que celebrar y pocas sonrisas deberían esbozar los Kobe y compañía, porque ni el balón se mueve con criterio, ni entra por el aro (los Lakers tuvieron un 36.4 por ciento de efectividad ante Portland), ni la defensa tiene la intensidad que siempre pregonó Scott.

"Está muy lejos. Hay partidos en que lo hacemos mejor y otros no, será un proceso constante", comentó Bryant, quien sin decir su nombre, aludió al armador novato, Russell. "Simplemente sucede. Cuando estás creciendo te acostumbras a tener la pelota y a hacer jugadas. Es importante para su crecimiento por eso le elegimos en el draft. Está preparado para afrontar el reto. Cuánto más lo haga, mejor será", agregó.

Pero la mejora no es suficiente. Como colofón, el jovencísimo jugador se permite el lujo de molestarse cuando Scott no le da los minutos que el considera necesarios e incluso a contestar con actitud chulesca y con monosílabos las preguntas de la prensa. Eso sucedió precisamente este domingo.

"Estoy intentando ganarme el respeto jugando con compañeros más veteranos y que respeten mis jugadas. Diría que estoy mejorando. No estoy preocupado por ello. No me preocupa lo que está diciendo todo el mundo. Continúo jugando y queriendo que mis compañeros jueguen conmigo", afirmó.

Con él sobre la duela (35 minutos), los Lakers permitieron 17 puntos a sus rivales, el impacto más negativo logrado por cualquiera de sus compañeros. Marcelo Huertas, el reemplazo natural continúa sin tener minutos de juego a pesar de su veteranía. Los Lakers están apostando por desarrollar a Russell sin pensar en las consecuencias que pueda tener en el equipo a corto plazo.

"Yo lo aprendí un poco más deprisa porque no tenía alternativa", agregó Kobe. "En esta ciudad, con los jugadores que tenía alrededor el cuerpo técnico o lo aprendías o tu cabeza acaba rodando. Me tomó probablemente un año jugando. En 1999 empecé a jugar y fue una temporada corta. Al año siguiente, Phil (Jackson) llegó y tuvieron que llegar los playoffs para asumiera (cómo mover el balón)", apuntó.

Los tiempos han cambiado. Ni Russell es Kobe (ni siquiera Magic Johnson, con quien le llegó a comparar Scott cuando le eligieron en el draft). El armador tampoco está rodeado de un grupo de estrellas, ni de un cuerpo técnico innovador. Queda mucho para ver a un Russell maduro. Mientras tanto los Lakers seguirán sufriendo en cada partido, porque no hay muchas más alternativas.

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