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¿Llorar? "Eso no sucederá en la duela", asevera Kobe Bryant

LOS ÁNGELES – La gira de despedida de Kobe Bryant arranca el martes en su natal Filadelfia y muchos tratan de dilucidar cómo será su último partido con Los Angeles Lakers después de 20 años de carrera.

Los boletos para ese potencial juego final (13 de abril ante Utah Jazz) están por las nubes ya que nadie quiere perderse la despedida del tercer máximo anotador de la historia de la NBA. Todos, hasta el mismo Kobe, imaginan ese momento y hay algo que él tiene claro: no derramará ninguna lágrima en público.

“Eso no pasará en la duela”, admitió mientras reía sobre el momento en que juegue su último partido. “No sucederá ahí. Pero si digo que no me emocionaría un poco, estaría mintiendo. Es diferente cuando sabes internamente que este es el final y cuando lo proclamas. Es algo que ya se sabe”, afirmó en la rueda de prensa posterior a su anuncio.

El cinco veces campeón de la NBA no es demasiado dado a mostrar sus emociones en público. Sí lo ha hecho en situaciones límite, como cuando se partió el tendón de Aquiles en abril de 2003 o cuando tuvo que defender su inocencia delante de su esposa y el mundo entero tras ser acusado de agresión sexual. No lloró de alegría cuando superó a Michael Jordan en la tabla de máximos anotadores de la historia, tampoco se le saltaron las lágrimas cuando le comunicaron que debía operarse el hombro o la rodilla.

La teoría de Kobe es que llegará a su partido final con la idea hecha, tanto él como los aficionados y jugadores.

“Lo mejor de todo son los mensajes que he recibido de otros jugadores. Me dicen ‘gracias por la inspiración. Gracias por las lecciones, por la mentalidad”. Esas son las cosas que más significan para mí. Ese respeto de los colegas. No hay nada en el mundo que pueda superar eso”, agregó el escolta lagunero.

A pesar de los mensajes de apoyo y del deseo de seguir superándose a sí mismo, a las lesiones y a los procesos de recuperación, Kobe masticó durante mucho tiempo la idea del retiro. La meditación le ayudó a llegar la conclusión de que su cabeza ya no le dedicaba tanto tiempo al básquetbol como antes y poco a poco fue llegando a la conclusión de que la hora de poner una fecha a su adiós ya había llegado.

“No lo consideré inmediatamente porque hay tanta belleza en el dolor. Suena muy extraño el decir esto, pero lo aprecio los momentos muy duros tanto como los buenos. Es importante pasar por ese progreso, porque es ahí cuando aprendes sobre ti mismo. No hay nada que quiera más que jugar toda esta temporada, el sobrepasar esta época tan difícil. El ir a la carretera y jugar en todos esos estadios. Tengo ganas de que eso suceda”, apostilló el escolta.