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Aguirre se gana a la afición

BARCELONA -- El nuevo entrenador del Espanyol, Javier Aguirre, llegó al banquillo blanquiazul el pasado 29 de noviembre con la misión de salvar al equipo del descenso y, hasta ahora, el trabajo del técnico mexicano, gran conocedor de la Liga, ha reanimado a un conjunto y a una afición hundidos.

La prioridad de Aguirre en sus primeros días fue, precisamente, la recuperación anímica del equipo. El bloque había entrado en una mala dinámica con el ex técnico Mauricio Pochettino y levantar la moral al grupo fue clave. Pronto los jugadores ya tenían otra cara en los entrenamientos y su actitud en los partidos era distinta.

En lo futbolístico, el mexicano no quiere correr riesgos. Javier Aguirre sabe que su equipo necesita tranquilidad y es por eso que exige, por encima de otras cosas, seguridad defensiva. Mantener la portería a cero es el primer paso para mirar hacia arriba. Así lo entiende el preparador y así se lo ha hecho saber al vestuario.

Todas estas políticas no quedan simplemente en palabras vacías. La reacción del equipo es perfectamente medible con los resultados. Con Aguirre, el Espanyol está invicto, con una victoria y tres empates, incluido un 2-2 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu que supuso algo más que un simple punto para los catalanes.

La dinámica es ascendente y las sensaciones que desprende el inicio de esta era Aguirre son positivas. Pero el mexicano no se conforma con esto, y más cuando su equipo aún está en puestos de descenso. Sabe que la pelea por la salvación es una carrera de fondo y avisa de que el bloque debe mejorar en ataque y en defensa.

Por otra parte, con la llegada del nuevo entrenador, algunos futbolistas han cambiado su rol respecto al que tenían con Pochettino. El caso más relevante es el del extremo portugués Simao Sabrosa, ahora titular indiscutible. También destaca la clara apuesta por Sergio García como el '9' del bloque, antes en la banda.

El efecto Aguirre ha unido a todos los estamentos del Espanyol. La salvación es demasiado importante como para evitar debates públicos entre áreas, cuestiones individuales en el vestuario o protestas en la grada de Cornellá-El Prat. De momento, el mexicano ha convencido a todos y los resultados acompañan.