Bruno Altieri 10y

Diario de las Finales NBA: 10 de junio

LA FOTO: En casa del Heat

EL ANÁLISIS: Bienvenidos al juego de quiebre

Por Bruno Altieri, enviado especial

SAN ANTONIO -- El calor está en las calles y también se impregnará en la piel de esta serie de Finales, que verá su tercer choque en el American Airlines Arena.

Tras la definición de campeonato de 2013 y el comienzo de la edición 2014, parecería ser que hemos visto todo entre Spurs y Heat, que el mapa estratégico de la eliminatoria ya ha sido escrito y que todo dependerá de la buena ejecución de los actores en el rectángulo de juego.

Sin embargo, cada serie de playoffs –y estas Finales no son excepción- se construye a partir de los ajustes. El empalme de uno con el objetivo de igualar lo que ya hizo el primero para sacar diferencias. ¿Qué debemos esperar del juego de esta noche? En exclusivo para ESPN.com, desde Miami, analizamos las claves a seguir de cerca.

La defensa contra LeBron James. En el Juego 2 de la serie, el astro del Heat hizo absolutamente todo bien. Lastimó primero en la pintura, luego con los tiros a distancia y finalmente extendió sus anotaciones a través de las descargas a sus compañeros. 33 puntos en tres cuartos, 35 en total, y 63.6% en tiros de campo. Esto es irreal para cualquier jugador, pero James logró hacerlo fuera de casa en Finales. Por lo tanto, el ojo habrá que ponerlo en la defensa que ejecutará Gregg Popovich. Considero que ya no podrá pensar en una defensa individual con Kahwi Leonard o Boris Diaw. Un control escalonado con doblajes y una presión en el perímetro podría ser una posibilidad a explotar. Por supuesto, esto abrirá espacios para Miami cuando James descargue el balón, pero en el nivel que se encuentra, mejor que ejecute cualquiera menos él. Es una cuestión de estrellas contra profundidad.

La batalla de los tiradores, el control sobre Chris Bosh y la defensa de Miami. El Heat utiliza una formación perimetral en la que todos juegan fuera de la llave. LeBron es un falso cuatro y, en su reconstrucción como jugador, Chris Bosh es un falso cinco. El integrante del Big Three promedia 21.2 puntos en los últimos cinco partidos de playoffs, habiendo promediado 13.2 en los primeros 12 juegos de postemporada. Rashard Lewis, en esta estructura, es un comodín para ejecutar de larga distancia. Ni hablar Ray Allen, quien además de ejecutar con maestría, se mueve mucho más que cualquiera de sus colegas. Los ataques sistemáticos a la llave llegan de afuera hacia adentro para Miami, por lo que San Antonio deberá mover rápido las piernas para impedir estas penetraciones incisivas hacia el aro. Las ayudas defensivas, aquí, cobran un valor fundamental, sobre todo las procedentes del lado débil. Será, para los defensores visitantes, jugar al básquetbol con ojos en la espalda. Los Spurs transitan el camino a la inversa: balón a los internos y descargas a los tiradores. El problema para San Antonio aquí es que Miami ha lucido excelente en su defensa perimetral y que los tiros que toman especialistas como Danny Green, Marco Belinelli y Manu Ginóbili -entre otros- han sido con una marca encima. Es virtud del juego sin balón del Heat, pero también es para considerar la estaticidad del ataque de Spurs. Necesitan mover más rápido el balón y evitar poner tanto la pelota en el suelo. Las cartas están echadas, pero es, quizás, el punto más interesante a observar en esta serie.

Las pérdidas de balón son puro veneno. En el AT&T Center, las pérdidas de balón del equipo de Gregg Popovich no generaron en el Heat lo que pueden lograr en el American Airlines Arena. Cuando las turbinas se encienden para Miami en transición, en su casa, se encienden en entusiasmo los jugadores, el cuerpo técnico y también el público. El golpe moral de una volcada de LeBron o Dwyane Wade en contraataque es letal. Por lo tanto, los Spurs tienen que cuidar mucho el balón si quieren tener la oportunidad de recuperar la ventaja de localía. Créanme, el equipo de Miami le regaló una vida al de San Antonio en el juego debut de la eliminatoria con un cierre fatídico, pero eso no volverá a suceder. Si en este sentido los Spurs ejecutan mal, no tendrán chence de ganar fuera de casa.

Tony Parker y los armadores del Heat. El base francés es un jugador fundamental para los Spurs, no sólo por lo que genera en anotación sino también por los huecos que abre para los tiradores apostados en 45 grados, merced a sus penetraciones. En los primeros dos partidos de la serie, Parker tuvo algunos destellos interesantes pero estuvo lejos de ser el jugador que puede ser. Los Spurs lo necesitan inspirado, sobre todo en la toma de decisiones. Aún luce un poco tocado tras la eliminatoria ante el Thunder, por lo que su recuperación física –y en juego- cobra gran valor aquí. El caso de los armadores de Miami es misterioso: ni Mario Chalmers ni Norris Cole han tenido el valor que se esperaba de ellos. Sospecho que en casa esto puede ser diferente y me atrevo a decir que alguno de ellos puede cobrar el calificativo de Factor X al cierre de esta noche. Cole como estampilla de Parker, Chalmers como socio de Wade y LeBron.

El valor de Chris Andersen y Tiago Splitter. Si existe un jugador que da muchísimo y vuela bajo el radar es Andersen. El Pajarraco es un mundo de colores que contrasta con lo que su juego exhibe: es un trabajador silencioso que hace lo que el equipo necesita. El antídoto para reparar las grietas que deja la estrategia de exceso de perimetrales que diseñó Spoelstra. Cuando los Spurs lastiman en la pintura, está Andersen para tapar esos espacios. Corta bien al aro en ofensiva y defiende con dureza en el otro costado. Tiago Splitter, por su parte, ha mejorado muchísimo en San Antonio y es, por momentos, el jugador que desequilibra las ideas del Heat. La piedra en el zapato que rompe el entusiasmo de Miami. ¿Por qué? Porque ha aprendido a caer mucho mejor en el pick and roll cerca del aro, porque ha ganado en intensidad, entiende mejor el sistema de cortes de San Antonio y sabe jugar adentro-afuera. Estos dos jugadores son los obreros que cuelgan los cuadros de los grandes maestros: sin ellos, nadie puede admirar la belleza que luego entrega el juego en las manos de los artistas.

Hablamos a menudo de los jugadores, pero la realidad es que esta, por momentos, es una batalla de entrenadores. La inteligencia de Spoelstra para aprovechar la multiplicidad de recursos de James obliga a Popovich a ajustar. A dar vuelta el tablero para mirar la partida de otra forma. Hoy será otra batalla de estrategas en busca de uno de los partidos más importantes de la eliminatoria, ya que Miami buscará confirmar y San Antonio recuperar el tesoro perdido.

El Heat, informa ESPN Stats, está 8-0 como local en esta postemporada por un margen de puntos de diferencia de +12.4. La historia dice que quien gana el tercer juego se impone el 83.3% de las veces (30-6), pero en las Finales pasadas los Spurs ganaron el tercero y, sin embargo, se quedaron con las manos vacías. La estadística nos entrega números y probabilidades pero el básquetbol nos enseña, partido a partido, que todo puede pasar.

Dicho esto, vamos camino al juego de quiebre de la eliminatoria. Se abren las puertas del American Airlines Arena.

Que gane el mejor.

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