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La eliminatoria más difícil del mundo

BRISTOL -- Nunca una eliminatoria sudamericana ha tenido tintes de ser tan competitiva como la de Brasil 2014. Sin duda, es la más difícil del mundo.

Aquí no hay Georgias, ni Luxemburgos, ni Islas Faroes. Aquí el más débil, si el adjetivo cabe, tiene como fortín un estadio localizado a 3,650 metros de altura, donde respirar, y esto corriendo detrás de un balón, es tan complicado como que esa mencionada Georgia clasifique al mundial.

Décadas atrás, Brasil y Argentina jugaban las eliminatorias como preparación al mundial. Cumplían calendario. Detrás de ellos, la torta mundialista era repartida entre Uruguay, Perú, Paraguay y Chile. Para Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela la ilusión de ir a un mundial era sólo eso.

Hasta que llegó la década de los 90 y un intruso a aguar la fiesta: era la Colombia que lideraba Valderrama y que de la mano de una generación brillante de futbolistas fue desplazando a los mandos medios y pidiendo mundial. No sólo clasificó a Italia, Estados Unidos y Francia, sino que pocos dudaban que no fuera capaz de hacerlo. Apareció también, en un paso fugaz, la Bolivia del "Diablo" Etcheverry y "Platini" Sánchez, capaz de propinarle la primera derrota a Brasil en unas eliminatorias.

Sin embargo, el alza de Colombia vino junto con el detrimento de Perú y, en menor medida, el de Uruguay y Chile. Lo de Bolivia fue flor de un día. En ese entonces, para clasificar al mundial bastaba sólo con poner un buen equipo en la cancha y que se entendieran. No se necesitaban 11 titulares jugando en Europa, pues la diferencia entre unos y otros era marcada. Las cuentas hablaban de puntos seguros contra los más débiles y tratar de ganarle de local, si dejaban, a Brasil y Argentina, que seguían jugando este torneo como preparación al mundial.

En el comienzo del nuevo siglo las cosas volvieron a cambiar: esta vez era el Ecuador de "Bolillo" Gómez, que con seis victorias, dos empates y tan sólo una derrota en casa, más una goleada histórica a domicilio a Bolivia, armó maleta y se fue para Corea y Japón. Pero mientras Ecuador brilló, Colombia se apagó, así que lo de ir a un mundial seguía siendo cosa de unos cuantos.

Unos, encontraban la preciada fórmula y se iban al mundial. Otros, se añejaban en el banco y olvidándose de lo que no volverían a oler. Uno salía a flote. Otro se hundía. Sólo Brasil y Argentina eran seguros. Tal vez Paraguay. Venezuela, Perú y Bolivia seguro no iban. Uruguay, Colombia y Chile deshojaban el trébol: sí voy, no voy...

Hoy, el panorama ha vuelto a cambiar: Perú ha despertado de un letargo de 29 años, Venezuela botó el cuento de la Cenicienta en alguna cancha de Sudamérica (se me hace que el 31 de marzo de 2004, en el Centenario), Colombia mostró en la Copa América que no se le ha olvidado jugar esto y Ecuador da muestras de parecerse a la Ecuador que clasificó en 2002 y 2006. Por su parte Uruguay, ¡como si le hiciera falta!, ya no es Uruguay. Es Brasil. Y Paraguay y Chile, con curva descendente, inclusive, son tan peligrosos como los tiros libres del "Chiqui" Arce y las declaraciones del "Bichi" Borghi.

Antes, no eran más de cinco equipos los que se podían ilusionar con ir al mundial. Hoy, son muchos más los que tienen oportunidades de lograrlo. Acá ya no hay seis puntos seguros en el bolsillo. Bolivia, el más débil, fue capaz de empatarle a Argentina en su casa, en la Copa América. Y hace dos años, con un equipo no muy superior al que tiene ahora, le empacó seis a esa misma Argentina.

Aquí lo único seguro es que nadie tiene la clasificación segura. Y que para ir al mundial, primero hay que pasar por La Paz, Quito, Puerto La Cruz, Barranquilla...