ESPNdeportes.com 12y

El balance de los Juegos

BUENOS AIRES -- Todo comienza, todo termina y se convierte en una historia más en nuestro planeta tierra. El cierre del recorrido le llegó a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Sus vertiginosos 17 días se fueron velozmente, dejando la sensación de no haber complementado aún la totalidad de su trayecto. Una cosa es la sensación; otra la realidad y está marca, en su reloj, la hora del balance de definitivo.

Ese análisis lo voy a hacer sólo del punto de vista deportivo. Como consecuencia de haberlo vivido por televisión, carezco del derecho de dar mi impresión respecto del ambiente existente en la histórica ciudad londinense durante el desarrollo, aunque las colmadas tribunas hayan dado una visión de un pleno entusiasta apoyo.

Detrás de las palabras están los hechos. La suma de lo brindado en los 26 deportes, catalogaron a estos Juegos de notables, espectaculares, impactantes. Por donde se los mire encontrara las razones. Tuvo impactos inesperados, accidentes a valores destacados en pleno proceso de sus pruebas, derrotas de los más indicados, records, figuras nuevas o renovadas. Constituyó una mezcla únicamente posible de ser amasada en un escenario olímpico, con una levadura que elevó tanto a Londres 2012 hasta hacerla maravillosa.

Cada de deporte aportó lo suyo. En la balanza total, el platillo de la natación pesó más que el del atletismo. Durante los primeros nueve días, el compás lo estableció el Centro Acuático. A su frente estuvo el mismo personaje del Centro Acuático Olímpico en Atenas 2004 y del Centro Nacional Acuático en Beijing 2008, dirigiendo con su batuta a una nueva generación dispuesta a ser una fértil camada, femenina y masculina.

Era Michael Phelps, el de los pies, manos y orejas grandes, con brazos largos, para hacerse de cuatro oros y dos bronces, en siete pruebas, para culminar su trayectoria del mejor nadador de todos los tiempos con una marca olímpica de 22 preseas y 18 oros. Si fuese poco, la natación brindó en esas jornadas 11 nuevos mundiales y 25 olímpicos.

Pegado a los nadadores aparecieron los atletas. Uno era el conocido Usain Bolt, el jamaicano de 25 años, con su figura carismática. Volvió a ganar tres medallas de oro, la de 100m, 200m y participó en el record mundial de 4x100 logrado por el equipo de Jamaica (36.84). El rey del sprint culminó de esa forma su segundo triple, esta vez con dos marcas mundiales menos, sin de dejar de golpearse el pecho o elevar uno de los brazos, asemejando una flecha, en gestos de poder cuando cruzaba las metas.

A lo largo de todos estos días se mejoraron cuatro récords mundiales, tres en la pista. El keniano David Rudisha rebajó su tope personal de 800m. El relevo femenino estadounidense de 4x100 m y la posta jamaiquina 4x100. La otra fue en de la rusa Vera Lashmanova en la marcha de 20km el circuito callejero The Mall. Así mismo, se lograron cuatro registros olímpicos, el de Usain Bolt, en los 100m (9.63); el francés Renaud Lavillenie, en pértiga (5,97); la australiana Sally Pearson, en 110m vallas (12.35), y la rusa Tatyana Lysenko, en martillo (78,18).

UN COMBO DE FIGURAS, RÉCORDS Y FRUSTRACIONES
Todavía no se había inaugurado oficialmente los Juegos, pero los récords mundiales comenzaron a mejorarse poco antes del acto de apertura. El surcoreano Im Dong Hyun, pese a tener una visión muy limitada (10 por ciento), batió la marca de 72 flechas al liderar con 699 puntos la rueda clasificatoria de la prueba individual masculina de tiro con arco.

En la natación encontramos un ramillete de jóvenes excepcional. La primera fue la china Ye Shiwen, de 16 años, que dejó a todos atónitos al batir el récord mundial en los 400, cuatro estilos, y ganar los 200, cuatro estilos, con marca olímpica. La siguió la lituana Ruta Meilutyte, de 15 años, Después de tocar primera la pared en los 100m braza, la joven lituana, incrédula, se tapó la boca con la mano e intentó reprimir el llanto al ver su marca 1m05s47, superando por ocho centésimas a la estadounidense Rebecca Soni, de 25 años, justo la Rebecca Sony, capaz de batir luego el registro mundial de 200m, braza. Continuó Missy Franklin, con un cuarteto de medallas de oro: 100 y 200m, espalda, posta 4x100, cuatro estilos. Y posta 4x 100, libre.

Explosiva aparición masculina china de Su Yang con dos oros, 400m, libre, y 1500m, libre, este con un sensacional record mundial; una de plata, en 200m, libre, y una bronce, en la posta 4x200, libre, junto con Hao Yun, Li Yungi y Jiang Haigi, Además, por el lado de las mujeres, al doblete de Ye Shiwen se agregó el triunfo de Jiao Liuyang en 200m, mariposa.

Francia tuvo una semana de locura ganado más oro en estos Juegos, cinco, que en toda su historia olímpica previa (tres), con Yannick Agnel, de 20 años y campeón de los 200m libres y miembro de los relevos 4x100m libres que destronaron a los estadounidenses, y Florent Manadou, de 21, medalla de oro en los 50m de la misma especialidad.

Entre los sucesos positivos debemos mencionar a los sudafricanos con el record mundial de Cameron van der Burgh, en 100m, braza, y el triunfo del mariposista Chad de Clos en 200m, más un segundo en 100m. Junto con la holandesa Ranomi Kromowidjojo. Record olímpico en 50 y 100, libres. La estadounidense Katie Ledecky ganó el oro en 800m libres con el segundo mejor tiempo de la historia para esta prueba.

El sector de los fracasos en la piscina lo encabezó Alemania. Por primera vez en 80 años, Alemania concluyó el programa de ocho días de la natación olímpica sin una sola medalla. Australia estuvo lejos de lo esperado. No hubo noticias de su colección de figuras, ni mucho menos de James Magnussen, que ostentaba la mejor marca de siempre con bañador textil (47,10 segundos). Un único oro contra los seis en 2008.

En la pista y el campo atlético hubo de todo un poco. Tocó la banda del mencionado Bolt y sus compañeros y compañeras jamaiquinas. Para los británicos la euforia de las victorias de Mohamed Farah en las finales de 5.000 y 10.000 metros. Para animar el show estadounidense concurrieron Allyson Feliz, en 200 y las dos postas; Asthon Eaton, en decatlón; Christian Taylor, salto triple; Aries Merriett, 110, vallas, entre otros. Estuvieron los rusos Iván Ujov, salto en alto; María Sarinova, en 800m; Natalia Antiuj, 400, vallas, y Anna Chichirova, salto en alto. En contraposición, Elena Isinvayena, recordwoman de garrocha, no pudo repetir sus oros de Atenas y Beijing.

En la rama de desastres sobresalen los accidentes del chino Liu Xiang y el cubano Dayron Robles en pleno desarrollo de los 110m, con vallas, considerada una prueba olímpica que pesa una maldición. Otros desastres fueron las eliminaciones del fútbol español y uruguayo en la primera rueda.

En otro ramo, boxeadora británica Nicola Adams, se consagró la primera mujer campeona olímpica de boxeo de la historia. Y el uzbeko Artur Taymazov se proclamó por tercera vez consecutiva campeón olímpico d elucha en la categoría máxima de 120 kilos. Y seis países consiguieron su primera medalla olímpica: Granada, Chipre, Guatemala, Montenegro, Bahreim y Botsuana. Se consiguieron 44 records, superando por 9 la anterior cita en Beijing.

En esta increíble mezcla existe mucho más. Para ponerlos todos sería necesario un libro.

LA BATALLA DEL MEDALLERO
Si bien el medallero olímpico lo definen los resultados de los deportistas, constituye en forma paralela una batalla decisiva para los países en litigio. Es una batalla especial de tres metales, con un orden de supremacía, encabezado por el oro, seguido por la plata y concluida por el bronce.

Hace cuatro años, China superó a Estados Unidos en el reparto de las doradas, 51 contra 36. Por cuarta edición consecutiva, Estados Unidos sacó pecho en el apartado global al incluirse las medallas de plata y bronce al total con 110, 10 más que China.

Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres planteó un pronóstico sobre los tres primeros lugares en el cuadro de medallas de las 204 naciones de esta competencia: "China, primero; Estados Unidos, segundo, y Rusia, tercero". Se equivocó, como muchos sostenedores de que se venía la invasión deportiva china, olvidando de la siempre importancia de ser local.

Estados Unidos dominó los dos aspectos del medallero. De 36 subió a 46, mientras que China bajó de 51 a 38. En el global, los estadounidenses totalizaron 104 y los chinos 87. Para colmo, Reino Unido, sustentado por estar en su casa, desplazó a Rusia del tercer lugar.

Los estadounidenses consiguieron 16 en natación, 9 en atletismo, 3 en gimnasia, 3 en tenis, 3 en tiro, 2 en basquetbol, 2 en lucha, 1 en ocho deportes: beach volley, boxeo, ciclismo, clavados, fútbol, judo, remo y waterpolo. Participó además en esgrima, taekwondo, voleibol, mountain bike y ciclismo BMX.

Los chinos ganaron 6 en clavados, 5 en bádminton, 5 en natación, 5 pesas, 4 en tenis de mesa, 4 en gimnasia artística, 2 de esgrima, 2 en tiro y 1 en estos deportes: atletismo, boxeo, vela, taekwondo y trampolín. Participó también en lucha, nado sincronizado, remo, arquería, judo pentalón moderno y ciclismo.

LA FIESTA DE CLAUSURA
Imposible describirlo en un único concepto. Es necesario engrosar el significado de genial, surgido en forma instantánea mientras disfrutaba del acto de cierre de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Anunciado como Sinfonía de la música británica, ese concierto de ritmos de décadas y décadas, ejecutados por afamadas bandas y cantantes, tuvo la compañía constante del arte, de la calidad, de grupos artísticos constituidos por cientos de bailarines, vestidos de diferente manera de acuerdo a la música de ese momento.

Mientras las pinceladas de luces creaban un constante movimiento, con un efecto visual impactante. Como cierre del magistral show, actuó el Royal Ballet en el momento previo al apagar del fuego olímpico y el pebetero se abrió semejando una flor de pétalos ardientes hasta que cada petado se fue apagado, mientras la música continuaba como si no quisiese dar por terminado los Juegos.

Gracias a las transformaciones de las ceremonias de clausura de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna alcanzaron una dimensión descomunal, imposible de ser imaginada por la visión de quien los restauró. De la simpleza de su primera versión hasta la Londres 2012 existe un abismo en su contenido, hasta alcanzar una valoración similar o superior en cada una de las ceremonias inaugurales.

Perdón Moscú 1980. Los Angeles 1984, Seúl 1988, Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, hicieron brillantes cierre, pero la de Londres 2012 es la mejor ceremonia de clausura realizada hasta el presente.

^ Al Inicio ^