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Entre la ilusión y los recuerdos

LONDRES -- Mucho tiempo debió esperar Jo-Wilfried Tsonga para ver su nombre oficialmente incorporado a los participantes del Masters. Gasquet, Almagro, Mónaco, Raonic. Muchos eran los apellidos que amenazaban con tomar su lugar, aunque para ello hubiera sido necesaria una serie de resultados tan específicos como improbables.

Lo cierto es que recién en su Francia natal Tsonga pudo hablar de su participación en las finales de Londres; sin potenciales, ya, sin condicionales: "Es muy importante haberme clasificado. Con el Big Four en este momento, hoy no es fácil tener premios en el tenis, así que para mí esta es una de esas recompensas. Se siente bien ser parte de ello", describió con sinceridad el tenista nacido en Le Mans.

Tsonga disputará su tercera Copa Masters, tras el debut en 2008 (quedó eliminado en primera ronda) y la reaparición en 2011, cuando llegó hasta el duelo decisivo y cayó con Federer en tres sets. "Tengo grandes recuerdos del año pasado y la final ante Roger. Fue algo enorme para mí, uno de los mejores momentos de mi carrera", hizo memoria.

Esos 800 puntos conseguidos en Londres hicieron que terminara 2011 en el sexto lugar del ranking y un buen inicio de la temporada de 2012 (con título en Doha y octavos en Australia) lo catapultaron a la quinta posición, alcanzando el mejor registro de su carrera y consolidándose en un top-ten que no abandona desde agosto del año pasado.

Precisamente esta temporada vio a Tsonga desplegar una regularidad tajante: porque el francés avanzó, por lo menos, hasta cuartos de final en la mayoría de los torneos grandes, pero siempre se quedó en la puerta de algo más; solo en Wimbledon pudo dar el paso hacia los mejores cuatro y allí apareció Andy Murray para eliminarlo en cuatro sets y clasificarse a la final.

Hoy no es fácil tener premios en el tenis, así que para mí esta es una de esas recompensas

Pero además, lo dicho: cuartos en Miami, Montecarlo, Roma, Shanghai, los Juegos Olímpicos y el evento más recordado de todos: Roland Garros, donde libró una verdadera batalla ante Novak Djokovic que se extendió por cinco sets, más de cuatro horas, y en la que Tsonga dispuso de cuatro match points. "Es la derrota más difícil de mi carrera", haría catársis ante la prensa.

Cuatro meses después, de nuevo en su tierra, el finalista de Australia 2008 conseguiría su segundo título en el año: fue en el ATP 250 de Metz, torneo en el que perdió un solo set en la semana y donde jugó pese a arrastrar molestias en una mano y en un pie. Siete días después, en Pekín, tuvo la oportunidad de levantar el trofeo de un ATP 500, pero en la final se volvió a interponer su gran verdugo de 2012: Djokovic.

Seguramente, la "mancha" en el expediente 2012 de Tsonga haya sido su rápido adiós en el US Open, donde se despidió en segunda ronda tras caer en cuatro sets ante el eslovaco Martin Klizan (por entonces 52° en el ranking). "Esto es tenis...hoy mi rival jugó mejor que yo en todo el partido y eso fue todo", resumiría luego del encuentro, sin el dramatismo de Roland Garros. Londres le trae un nuevo torneo grande a sus pies. ¿Podrá quebrar al Big Four y sumar más recompensas a su mochila? Aquí no habrá -literalmente- cuartos de final que sirvan para establecer parámetros de éxito.

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