Soledad Quintana 11y

Cultura Longboard

El longboard surgió en los años '50 entre los surfers californianos, como práctica alternativa cuando no estaban sumergidos en el mar. De ahí que la actividad se defina como "surfear el asfalto", con una tabla más larga que la que se utiliza en el skate. Si bien hay distintas modalidades dentro de lo que es el long (downhill, slalom, carving, sliding, freeride, son algunas de ellas), todo se resume como patinar con amigos. Es difícil encontrar a alguien practicando solo.

Y de eso se trata la cultura longboard: es un lugar de pertenencia, una hermandad.

Tal vez una nueva tribu urbana, en la que las prácticas extremas son solo una parte.

Calle 50

A partir del crecimiento de la actividad en la ciudad de La Plata, Buenos Aires, un cineasta decidió realizar un documental de 45 minutos para contar de qué se trata.

Soy Longboard es el primer proyecto audiovisual realizado sobre la disciplina en la Argentina. Su director, Axel Hochegger, es un rider de 34 años que quiso contar en una película cómo es este universo de rueditas, tablas, asados y mates. "La Plata es una ciudad universitaria, que recibe todos los años a nuevos estudiantes de todos lados. Entonces, ahí el longboard funciona como un grupo de contención y de apoyo.

No conocés a nadie y caés con tu tabla a la calle 50, en la zona de la Facultad de Odontología, y enseguida te hacés amigos. La idea del documental surgió porque quería contar el funcionamiento de un grupo social dentro de una ciudad. Y lo que ves en la película, en resumidas cuentas, son actores sociales solidarios en busca del bien común", cuenta Hochegger.

Cultura verde

En cada reunión, los riders intercambian destrezas, palabras, abrazos y anécdotas. Es un grupo con valores implícitos y rituales. Por ejemplo, en la competencia sudamericana de Teutonia, en Brasil, que se corre entre el 15 y el 18 de este mes, los participantes suelen juntarse un rato antes de la largada para rezar y pedir que todos lleguen sanos y salvos al final de la carrera.

El trabajo en equipo resulta fundamental para costear los viajes en busca de nuevos desafíos. Cada vez que se presenta la oportunidad, los cultores del longboard realizan eventos para recaudar plata, convocan a sponsors y se mueven en torno a un objetivo común. Hochegger lo describe así: "El que practica longboard tiene un plus porque se involucra en cuestiones sociales sin darse cuenta. Genera y produce eventos deportivos a cambio de la satisfacción de fomentar el deporte. Se divierte. Todo lo que hace tiene la única finalidad de divertirse y de pasarla bien. Busca el bien común y prende a disfrutar de las cosas básicas de la vida, como también a resolver problemas que surgen en cada juntada, en cada viaje".

Alrededor de esta práctica giran, además, ideas inculadas a la 'cultura verde', particularmente a la prédica sobre los transportes no contaminantes como los rollers, las bicicletas o las tablas. En este marco, el longboard está creciendo exponencialmente en muchos lugares del planeta y se ha vuelto para sus fanáticos una especie de sana adicción.

Descenso extremo

Desde el 15 hasta el 18 de noviembre se celebra uno de los eventos más convocantes del longboard mundial y latinoamericano: el Malarra Pro Teutonia, que pertenece al Circuito Sudamericano de Downhill de la Asociación Internacional de Deportes de Gravedad (IGSA) y otorga, a su vez, puntaje para el Campeonato Mundial organizado por la misma organización. Es una de las paradas más importantes para los expertos en downhill y también la más rápida.

La prueba consiste en descender una colina en ubicada a 130 kilómetros de la ciudad de Porto Alegre, en medio de la selva. Una pendiente de unos 1.000 metros cuya superficie de asfalto es muy irregular por los pozos y desniveles que presenta. El circuito es "algo serio" para el rider argentino Agustín Virgolini (ver aparte), que compite en Teutonia: "Desde el momento en que uno llega a la base, nota la imponencia y lo abrupto de la bajada. Y ni hablar del cementerio que está prácticamente
en la puerta de llegada a esta pista. Hay que estar ahí y subirla en auto para darse cuenta de lo que es. Y bajarla patinando es algo bastante parecido a volar. Te da una sensación de velocidad tremenda. Se alcanzan los 120 kilómetros por hora. Sublime".

En 2011, dos brasileños estuvieron en el podio: Dean Danky salió segundo, mientras que su compatriota Douglas Dalua se llevó el tercer puesto. El torneo fue para el checo Erban Mischo, que en junio batió el récord de velocidad tras bajar la cuesta de Les Éboulements, en Québec, Canadá, a 129,94 kilómetros por hora.

Mischo entró al libro Guinness de los récords; en ensayos previos no oficiales, había llegado a los 130,08 km/h.

Los mejores riders latinoamericanos, que competirán en el campeonato de downhill de Teutonia, Brasil:

Agustín Virgolini
Argentina
Pistas preferidas: Teutonia (Rio Grande do Sul, Brasil); Maryhill (Maryland, Estados Unidos); Snake Skeleton (San Luis, Argentina); Chacahills (Chacabuco, Chile); Tarma (ciudad de Tarma, Perú).
Una frase: "Después de haber probado el downhill, nunca más pude parar. Es algo que te limpia la cabeza".

Es un rider de la provincia de Córdoba con mucha velocidad y no tanta técnica, que viene pisando fuerte en el circuito internacional. En Teutonia 2011, consiguió el récord argentino en velocidad (llegó a los 118 km/h) y este año va por más.

Diego Alemparte
Chile
Pistas preferidas: Lo Prado, Santa Martina, Piedra Roja (Región Metropolitana,
Chile), Marinha Snake Run (Porto Alegre, Brasil).
Una frase: "Patinen harto y disfruten. Es la única manera de superarse. ¡Y usen siempre casco!".

Aunque empezó en el snowboard, su éxito llegó con el longboard y el downhill: ganó la primera competencia que disputó de la disciplina (2004, en Chile) y desde entonces supo que tenía talento para las rueditas. Entre sus logros importantes está el campeonato de Boarder Cross en Mendoza 2011 y llegar a los primeros puestos del circuito sudamericano del año pasado.

Christie Aleixo
Brasil
Pista preferida: Maryhill (Maryland, Estados Unidos).
Una frase: "El downhill, a veces, puede ser peligroso. Por eso, en vez de andar solo, siempre es mejor patinar con amigos".

Le dicen "la princesa del downhill"; fue la primera mujer en competir como profesional.
Desde 2006 está entre las mejores y más rápidas del circuito sudamericano, aunque la peruana Marisa Núñez la sigue de cerca. En Teutonia, jugará de local.

Douglas Da lua
Brasil
Pista preferida: Morro da Antena (Osório, Brasil).
Una frase: "Cuando comienzas a andar rápido, lentamente vas sintiendo el amor de querer ir a más velocidad. Yo no tengo ni un brazo quebrado ni nada; nunca me he lastimado severamente. Corre seguro".

Es un referente de la actividad por su profesionalismo y su gran desempeño en los últimos años. En 2011, ganó el Mundial IGSA en África y el circuito Sudamericano en San Luis, Argentina. También, viene de un tercer puesto en las fechas IGSA 2012 de Mt. Keira y un segundo, en Newton's Nation, ambas en Australia. Mantuvo el récord oficial en velocidad de la disciplina durante cinco años (quebrado en junio por el checo Mischo Erban con sus 129,94 km/h) y figura en el libro Guinness.

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