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Kodes recordó el boicot a Wimbledon

Kodes, en acción en el polémico Wimbledon 1973 Getty

PRAGA -- Jan Kodes es una de las leyendas del tenis checo. Ganador de tres títulos de Grand Slam, dos Roland Garros (1970 y 1971) y el polémico Wimbledon del boicot de los jugadores en 1973, cree que aquel hecho ensombreció la historia de este deporte.

Kodes reconoce que no se sintió respetado entonces, recuerda con amargura que el título que logró en Madrid en 1975 fue "secreto político" entonces, y admite que para la final de la Copa Davis este fin de semana, la República Checa no es totalmente favorita.

-¿Cómo es su vida ahora?, ¿es difícil vivir en su país después de ser considerado un ídolo?
-Tengo una buena vida, en familia, con tres hijos y tres nietos. Mi hijo Jan lleva la academia de tenis Jan Kodes, trabajando con jóvenes. Continúo en el tenis como miembro de dos comités internacionales, y viajo a Roland Garros y Wimbledon cada año. Juego al tenis dos veces por semana y ayudo en nuestro IC Club Checo, como vicepresidente, del que es presidenta Helena Sukova.

-Usted ganó Wimbledon en 1973 en unas circunstancias especiales. Con el paso de los años, ¿Cómo recuerda todo aquello?
-El boicot de los jugadores en 1973 ensombreció la historia del tenis. La ATP se fundó un año antes, durante el US Open, y se quería mostrar el poder de los jugadores y también que se conociera esta organización como algo profesional. A la mayoría de los jugadores que pagaron sus cuotas como miembros se les convenció para estar unidos y no jugar. Sentí que era una decisión equivocada y también otros lo pensaron. Ganar ese torneo fue un trabajo duro, similar al de otros. Dos años antes había derrotado en Forest Hills, durante el US Open, a jugadores como Newcombe, Barthes, Lutz y Ashe, y había alcanzado la final allí, y a finales de año también me clasifiqué para la final de Estocolmo ganando a jugadores con pasado profesional como Drysdale y Laver. Esperaba algo más de respeto, pero eso no se produjo. Recuerdo muy bien como en el US Open de 1973 tuve a la prensa y a los fotógrafos alrededor de mí en las pistas esperando mi derrota porque yo había sido el campeón de Wimbledon ese año. Esa temporada, Laver perdió con Armitraj, Okker con Connors, Ashe con Borg, y yo vencí a boicoteadores como Alexander, Pilic y Smith en el camino hacia la final, donde caí contra John Newcombe, después de tener ventaja de dos sets a uno, y en un partido por el número uno del mundo. Después la prensa inglesa me bautizó como el "Campeón del Boicot".

-Usted nunca dejó su país para adoptar otra nacionalidad. ¿Por qué no lo hizo?
-Estuve muy cerca de hacerlo en los años 1974 y 1975, pero mi amigo Jaroslav Drobny, campeón de Wimbledon en 1954, me convenció para no dar el paso. Primero, amo Praga, mi ciudad natal, mi familia, a mis dos hermanas. Además era una estrella en mi país tras ganar dos veces Roland Garros. Tenía cerca de 27 años y los premios no eran tan grandes como ahora. Estuve muy molesto con las autoridades checas en 1975 porque no me dejaban competir en el torneo de Madrid por cuestiones políticas (terrorismo). Tuve que acudir al Primer Ministro y luchar por un permiso especial. Después gané el torneo con un cuadro muy duro con Borg, Orantes, Vilas, Nastase y Panatta. Siempre llamé a este torneo "Mi título secreto", porque no hubo ni una sola palabra en los periódicos checos, televisión o radio. Nunca fui miembro del partido comunista pero siempre fui un patriota.

¿Cree usted que el tenis se ha convertido en algo demasiado profesional y que es justo que los jugadores reclamen más dinero?
-El tenis se encuentra ahora en su Era de Oro. Los jugadores no deberían molestar a aquellos que dan dinero para los torneos. Aunque no estoy seguro si tienen hoteles, comida y transporte gratis, pero tienen contratos para ropa y otras cosas, y ahora solo hay un Grand Slam al que es difícil volar, el Abierto de Australia. Uno de mis colegas en Wimbledon el pasado año me comentó que un jugador que pierda en individuales, dobles y mixto por 6-0 y 6-0 tres veces puede ganar aproximadamente 20.000 dólares. Si sucede en los cuatro grandes serían 80.000 por no ganar ni un solo juego, e incluso ni un solo punto.

-Hablemos ahora sobre la final de la Copa Davis. La República Checa es la favorita, pero que me dice de España?
-No estoy muy seguro si mi país es el favorito. Es una final muy abierta, yo diría al 50 por ciento, depende de Tomas Berdych, que debe ganar sus dos partidos individuales. El equipo español podría tener unos seis jugadores para esta final y mi país solo dos experimentados, más Lukas Rosol. Pero el equipo español es muy fuerte mentalmente, todos sus jugadores son muy duros y trabajadores innatos, un factor clave en las ocasiones importantes. La pista puede que no sea esta vez tan importante porque tanto Ferrer y López han probado ya que pueden jugar bien en superficies rápidas. El número uno de España debe ganar al número dos de los checos para asegurar la intriga hasta el tercer día, porque el dobles es siempre una lotería.

Berdych y Stepanek forman el puntal de los checos, ¿no cree que es demasiado riesgo que ambos jueguen los tres días?
-Será muy duro para ellos, pero están acostumbrados mentalmente y preparados para ello. Ha funcionado otras veces contra otros equipos. Pero si el primer día es muy largo eso les pasará factura, especialmente si juegan dobles también.

-¿Cómo sería de diferente la final con Nadal?
-Rafael es Rafael, es el soporte mental del equipo. Devuelve muy bien y podría haber puesto las cosas muy difíciles para los checos e incluso ponerles nerviosos. Lo demostró en Brno cuando era un jovencito. Sin jugar él será un duelo muy interesante y abierto debido a que tanto David Ferrer como Feliciano lo hacen muy bien en este tipo de pistas, sobre todo Feli, que se asemeja a Llodra, quien ha vencido a Berdych también.

-Usted estuvo en el equipo que ganó la Copa Davis hace 32 años pero no llegó a jugar. ¿Por qué? ¿Cómo se sintió después?
-En 1979 perdí mi posición como número uno del equipo checo después de 12 años. Ese año comencé a jugar dobles únicamente con Tomas Smid. Mi último partido en Copa Davis fue un dobles con Ivan Lendl en Bucarest en 1980. Después de ganar una importante eliminatoria en Buenos Aires donde Lendl jugó muy bien ganando a Vilas y Clerc, su poderoso servicio y resto hizo que el capitán decidiera que jugase dobles con Smid también, y luego nadie quiso hacer más cambios. La final de Praga de 1980 se jugó en una pista cubierta y muy rápida, que surtió efecto ante los italianos. Después de la heroica victoria de Smid ante Pannata en el primer partido, luego Lendl destrozó a Barazutti. Y el tercer día, Lendl y Smid ganaron el doble en cinco sets. Yo estaba preparado para jugar si hubiera sido necesario pero tenía cerca de 35 años y mi puesto en el equipo era más para los entrenamientos y como medio capitán (nuestro capitán Antonin Bolardt era un político) y yo era el hombre para mantener la consistencia del equipo para esa histórica final. Dimos lo máximo para ganarla y fuimos felices en conseguir la Ensaladera pero no recibimos una copia de ella. No como ahora que incluso la reciben los finalistas. En mi casa no tengo nada de la Davis, solo unas pocas fotografías y mis recuerdos.