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Kerber y un año para recordar

BUENOS AIRES -- Una gran temporada, se mire por dónde se mire. Angelique Kerber, con apenas 24 años, cumplió con varios de los sueños que tenía de pequeña. Luchó de igual con las mejores, ganó títulos en el circuito de WTA (París y Copenhagen) y se metió en el top-10, siendo la séptima alemana en lograrlo. Pero no se durmió en los laureles y fue por más.

La zurda, a fuerza de grandes defensas y de potentes contragolpes, siguió subiendo en el ranking. Los cuartos de final de Roland Garros y, luego, las semifinales en Wimbledon le dieron el plus necesario para llegar, en octubre, al top-5 del listado por primera vez en su carrera. Esa posición, sin dudas, le hizo un lugar en la historia. No sólo en el planeta tenis, sino en su Alemania natal. Nacida en Bremen y con raíces polacas, se convirtió en la 5ª raqueta germana en lograrlo, luego de Steffi Graf, Anke Huber, Claudia Kohde-Kilsch y Sylvia Hanika.

Kerber, cabe destacar, es la renovación alemana que supo llegar a tiempo. Junto a Julia Goerges (18ª), Sabine Lisicki (37ª), Mona Barthel (39ª) y Andrea Petkovic (126ª, pero ex 9ª en 2011) son las encargadas de la dura tarea de continuar los pasos de Graf, ex número uno del mundo, dueña de 22 Grand Slam -los cuatro y la medalla de oro en 1988- y con títulos de Major del '87 al '96, años en lo que supo estar siempre entre las mejores dos del planeta.

Tapar, imposible, pero sí es indudable que Kerber elevó la bandera de su país y volvió a meter a Alemania en un Masters de fin año, después de más de una década (Huber, en 2001, en un cuadro de 16 jugadores). Es cierto que no le fue bien, dado que perdió sus tres partidos, pero nada de eso mancha la gran temporada con 60 triunfos y 22 caídas. "Este torneo me va a llevar a un nivel nuevo y superior. Esto es importante para 2013", dijo la alemana después del certamen de Estambul.

Y apuntando a la próxima temporada, ahora, con las semifinales de Auckland y Hobart y la tercera ronda de Australian Open como puntos a defender en el inicio de año, la ilusión de la zurda de Bremen será ser la cuarta de su nación en meterse entre las 4 (Kohde-Kilsch y Huber también lo lograron) o, mejor aún, conseguir subirse al podio de la WTA, algo que bajo la bandera alemana sólo ha logrado Graf.

Pero las germanas no se quedan con las mieles del éxito y ya empiezan a sumar una nueva camada a la elite del tenis femenino. Annika Beck, de 18 años, ganó Roland Garros Junior este año y ya sabe lo que es estar dentro de las 100. Actualmente está 78ª, y sueña. Tal como soñó y continúa haciéndolo Kerber.

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