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"Joe Cool", una voz autorizada

MÉXICO -- Cuatro veces campeón de Super Bowl. Tres veces Jugador Más Valioso de Super Bowl, y dos veces jugador Más Valioso de la NFL. Seis veces seleccionado All-Pro, y ocho veces elegido al Pro Bowl. Miembro del Salón de la Fama desde el 2000.

Los reconocimientos que obtuvo a lo largo de su carrera Joe Montana hablan por sí solos. Sus hazañas sobre el emparrillado lo colocan como uno de los mejores mariscales de campo --si no es que el mejor-- en haber pasado por la NFL, y fue el rostro de los San Francisco 49ers durante los años dorados de la franquicia. Aun cuando estaba al final de su carrera, su corta estadía con los Chiefs se caracterizó porque repentinamente Kansas City se volvió un equipo contendiente de postemporada.

Para todo lo grande que fue Montana sobre el terreno de juego --y pese a que se retiró del juego hace 19 años--, "Joe Cool" también es un experto en uno de los temas más complejos, incómodos, que enfrenta la NFL en la actualidad, uno que cuesta trabajo abordar abiertamente: el de las conmociones cerebrales y sus efectos.

La jornada previa de la temporada regular fue particularmente difícil en este renglón, con Alex Smith de los Niners, Michael Vick de los Philadelphia Eagles, y Jay Cutler de los Chicago Bears abandonado sus respectivos encuentros después de sufrir lesiones a la cabeza. Los Chiefs no han podido volver a alinear a Brady Quinn como titular después de apuntarlo como tal, gracias a los efectos de una conmoción sufrida hace algunas semanas.

Montana estima que a lo largo de su carrera sufrió seis o siete conmociones cerebrales. Probablemente la más recordada sucedió el 4 de enero de 1987, durante una derrota de postemporada de los 49ers ante los New York Giants, por 49-3. Hacia el final de la primera mitad, el tackle nariz Jim Burt golpeó a Montana mientras lanzaba un pase que terminó siendo interceptado por Lawrence Taylor y devuelto hasta la zona de anotación. Montana pasó la noche hospitalizado. "Fue un golpe limpio", dijo en su momento Burt. "Pero no me siento bien al respecto".

Sin embargo, el mismo Montana admitió que un golpe sufrido, también en postemporada, pero enfundado en los colores de los Chiefs fue el que más le asustó. El 23 de enero de 1994, Montana quedó aplastado entre tres defensivos de los Buffalo Bills, incluyendo Bruce Smith.

Nuestro compañero Raúl Allegre tuvo la oportunidad de sentarse a platicar con Montana durante la visita del ex pasador a México, y abordaron el tema.

"Bueno, es muy diferente ahora el proceso de regresar al campo [después de una conmoción]. No sé cuantas tuve seis, siete. No sé cuantas se registraron, más o menos fueron esas. No estoy seguro cuantas no se registraron... básicamente, cuando tu memoria regresa estás listo para seguir".

Sobre la conmoción sufrida ante Buffalo, jugando para KC, Montana expresó:

"Dependiendo del número de conmociones que haya sufrido un pasador, regresan. Y a veces no se requiere demasiado para que suceda. Sufrí una en Kansas City, simplemente mientras era derribado, mi cabeza golpeó la rodilla de alguien. Podría haber sido la peor que sentí. Era como un relámpago cruzando de un lado de mi cabeza al otro. Nunca había sentido eso antes. Así que en ese punto, me hizo pensar en el retiro".

Es común escuchar de algunos jugadores contemporáneos, especialmente defensivos, decir que las nuevas reglas de la liga que apuntan a proteger a los ofensivos --en particular los mariscales de campo-- estén desnaturalizando al juego. Sin embargo, es fundamental escuchar la experiencia de los que ya han recorrido esta senda. El alto perfil público que tiene Montana lo podría convertir en una figura clave en la discusión.

Sobre si la liga está haciendo lo suficiente para disminuir el problema, Montana admitió la dificultad del problema:

"El problema es que creo que tenemos una situación paradójica. Se intenta hacer una mejor utilería para proteger a los jugadores, pero al mismo tiempo, al tener una mejor utilería, los jugadores que golpean piensan que los que golpean cuentan con el mismo equipamiento, así que pueden golpearlos tan duro como sea. Es muy difícil".

Los mariscales de campo están especialmente expuestos, por la naturaleza de la posición.

"Ves a los mariscales de campo, especialmente ahora, tenemos tipos corriendo por ahí con mayor movilidad, saliendo del bolsillo, y quieren correr", dijo Montana a Allegre. "Así que debes encontrar la manera de protegerte, porque si no va a suceder todo el tiempo. Un pasador no está construído como un corredor... sí eres rápido, pero no eres corredor... y los defensivos no pueden esperar a que los pasadores salgan de una bolsa de protección porque ¿una recompensa? No se necesita una recompensa. Ya existe una recompensa sobre cualquier mariscal de campo de la liga porque si sacas al pasador tiene más oportunidades de ganar. Así que cuando ellos dejan el bolsillo, cuidado, porque te están buscando".

En junio pasado, Montana se unió a otros cuatro mariscales de campo ganadores de Super Bowl con lazos al área de la bahía --Jim Plunkett, Steve Young, Tom Brady y Aaron Rodgers--, para discutir el tema. Montana sugirió que avances en el equipamiento habrían ayudado a aumentar la violencia del juego.

"El problema es, entre mejor sea el equipamiento, más protegidos se sienten todos porque ahora sienten que pueden hacer más, y las colisiones se vuelven más violentas", expresó Montana, de acuerdo a CSNBayArea.com. "Uno de los tipos viejos, muy viejos dijo 'Tengo la solución perfecta: desháganse de las caretas. Veamos cuántos golpean con el casco entonces'. Es un muy buen punto. Tiene mucha lógica en muchos sentidos. Quita un poco de protección. ¿Quieres tomar ese camino? Es casi imposible ir hacia atrás".

Montana no está solo.

Otro mariscal de campo ganador de Super Bowl, Troy Aikman, también ha sugerido deshacerse de los cascos, como escribió en el 2009 en The Sporting News. "Por años, he dicho que la mejor manera de eliminar lesiones a la cabeza sería deshacerse de los cascos. Los jugadores estarían menos dispuestos a lanzarse de cabeza si no estuvieran protegidas", expresó Aikman. "Solía decir eso, pero empiezo a creer que es una muy buena idea".

Afortunadamente, Montana no ha sufrido las secuelas de las conmociones como otros jugadores del pasado: Mike Webster, Mel Renfro, Willie Wood, John Mackey, Harry Carson, Andre Waters, Jim McMahon, sólo por nombrar a algunos. Incluso, Montana ha podido tomar el tema con cierto humor, como lo demostró en el monólogo de apertura del programa "Saturday Night Live" en 1987, apenas unas semanas de haber recibido el golpe de Burt.

El día de ayer, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, dio en la Universidad de Harvard un discurso titulado "Liderazgo en camino a un juego más seguro". Está claro que la NFL no puede darse el lujo de relajarse en el tema de las lesiones a la cabeza. Voces como la de Montana --una leyenda del deporte que cuenta con la credibilidad de los jugadores actuales que Goodell no tiene-- podrían ser fundamentales para ir evolucionando hacia un juego más seguro, sin menoscabo de la esencia del mismo.