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Trámites sorpresivos, resultados lógicos

BUENOS AIRES -- Como todos los años, la fecha inaugural de cada zona del Abierto Argentino, más allá de ser la primera, marca el destino de los participantes.

En esa tarea de ir etiquetando, los rótulos de los principales protagonistas no cambiaron. En cada cruce, el pez más grande se comió al chico; sin embargo, sólo La Dolfina devoró a su presa.

El conjunto de Cañuelas, tras su paso avasallante en la final de Hurlingham venciendo a Ellerstina por primera vez en una final de Triple Corona por 7 goles de diferencia, no se relajó en Palermo, aunque enfrente estuviera Magual, el equipo más pequeño en hándicap y con dos debutantes: Facundo Sola y Alejandro Muzzio.

Las buenas intenciones de jugar abierto se cumplieron, tanto como para que La Dolfina lograra uno de los mandamientos de Coronel Suárez –primer conjunto en llegar a 40 goles de hándicap- , Cambiaso y compañía, no dudaron ante el rival y aseguraron pronto el resultado. Después desoyeron la táctica de "los coroneles" y el cierre fue más relajado, aunque alcanzó para que "Adolfito" llegue a la histórica marca de 700 goles en sus 20 años de correrías por Palermo.

El partido de los Merlos
Familiar pero nada amistoso, así resultó el choque de los hermanos Merlos. Juan Ignacio y Sebastián, compañeros inseparables en La Mariana, El Paraíso, La Dolfina, donde fueron campeones, y hasta en sus aventuras en tierras inglesas con Black Bears, venían esperando este duelo.

Tanto se conocen y se estudiaron que el partido se transformó en el mejor del fin de semana.

Alegría, con su patrón canadiense Frederix Mannix, por primera vez llegaba sin pasar por la clasificación y debutaba en la cancha 1, con las dudas de saber si los cambios posicionales de Hurlingham darían resultado en la Catedral.

"Pite" Merlos, en su nuevo puesto de back, resultó un acierto. Con todo el panorama de la cancha, tiempo y obviamente caballos que responden, el mayor de los hermanos hizo estragos, hasta que su tarea fue mermando desde el sexto chukker, justamente donde el trabajo de Sebastián, su excompañero y ahora rival, su multiplicó.

La tarea del número 3 de Pilará fue brillante y se anotó en todos los rubros. Ganó salidas de los throwings, bancó el partido en el peor momento del equipo y se recuperó de una caída que dejaría fuera de combate al mejor gladiador de Roma para ser el jugador más decisivo de la tarde.
Después de estar cuatro goles abajo, Pilará venció por 13-12. Lejos de su actuación en la semifinal de Hurlingham, pero victoria al fin.

12-10, el resultado del día
Desde que La Aguada-Las Monjitas entró a Palermo vía clasificación se presentía que la Zona B sería el "Grupo de la Muerte". Es que el nuevo equipo del mayor y el menor de los hermanos Novillo Astrada, con sus 33 goles, lejos está de ser un equipo chico, y más aún, contando con alguien que ya jugó y ganó finales en Palermo.

Ellerstina-Citi nunca se acercó al auto de Fórmula Uno que es. Mucho más de juego que de caballos, se mostró como si estuviera fuera de punto. Trasladó la bocha, hizo uno y mil pases, pero siempre estuvo lejos de dar un golpe de knock out.

En ese escenario, Las Monjitas trabajó bien el partido; aunque con el síndrome de la manta corta. Si defendía bien, no atacaba lo suficiente como para voltear a un grande.

Después de caer en Hurlingham, Ellerstina-Citi ganó por 12 a 10 y nada más. No dejó la mejor imagen y deberá replantearse un par de aspectos de su juego.

12 a 10 bis
La Natividad y La Aguada se jugaban el partido que salvaría su año. Aunque parezca prematuro por tratarse de sus debuts, ambos conocían el poder del otro.

Manteniendo la vigencia del apellido Heguy en Palermo tras 57 años, Nachi, el ex Indios Chapaleufú II y Ellerstina en 2011, fue el protagonista excluyente de un comienzo que tuvo a La Natividad con un ritmo y actitud que lo llevó a estar 5-0 y 6-1.

Del otro lado, poco de los Novillo y mucho de su nueva incorporación Guillermo Caset. El "Sapo" fue autor de 9 goles y hasta el séptimo período fue el único integrante de La Aguada que marcó.

Sobreponiéndose a la caída y al remplazo de Miguel Novillo Astrada, en el quinto chukker, La Aguada ganó un partido clave. Estuvo al borde del abismo, perdiendo en una formación clave como los throwing, pero se recompuso y ganó por 12-10. Terminó preocupado, pero a la vez fortalecido, porque peor seguramente no podrá jugar.

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