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Ofensiva en serie

BRISTOL -- Decisiones, decisiones, decisiones... a los entrenadores en jefe de la NFL les pagan millones de dólares por tomarlas. ¿Quién forma parte de su grupo de entrenadores? ¿Cuáles jugadores se quedan o salen del plantel? ¿Qué sistemas ofensivo y defensivo se van a usar? Los horarios de prácticas y las estructuras de las mismas. Hasta el hotel en el que se queda el equipo la noche antes de los partidos en casa, el menú de alimentos y la manera de viajar a de visitantes son analizados y aprobados por el entrenador en jefe.

Buenas decisiones llevan a un equipo a victorias y campeonatos, y le generan al entrenador en jefe extensiones de contrato. Malas decisiones se reflejan en derrotas. Derrotas acumuladas llevan al despido.

El puesto de Mike Tomlin no corre peligro... por el momento. Dos viajes al Super Bowl con un campeonato, y un equipo contendiente año con año le han acumulado un capital político con su directiva. Malas decisiones con el manejo de sus QBs podrían costarle a Tomlin una gran parte, si no es que todo ese capital. Los Acereros de Pittsburgh desperdiciaron una gran oportunidad el domingo ante su más acérrimo rival, y en lugar de estar al frente de su división, pelean por ahora un puesto de comodín.

La decisión de Tomlin de dejar a Byron Leftwich en el partido cuando era evidente que no podía lanzar sus pases con potencia y precisión, fue costosa y difícil de comprender. La primera lesión de Leftwich se dio en el primer cuarto en un acarreo de 31 yardas para anotar el único TD ofensivo que vimos en ese partido al trastabillar y caer sobre su hombro derecho. La reacción fue immediata. El gesto de dolor imposible de disimular. Los pases a partir de ese momento se tornaron flojos y sin puntería. A pesar de las limitaciones de su QB, Tomlin no sólo no pidió el cambio de Leftwich por Charlie Batch, siguió con plan de juego ofensivo que enfatizó los pases. Fue como acelerar en una curva al borde de un barranco.

Esta no es la primera vez que Tomlin insiste en que un QB limitado por lesiones juegue un partido a pesar de no ser efectivo. Lo vimos con el mismo Ben Roethlisberger la temporada pasada en un MNF contra San Francisco. A duras penas, Ben podía caminar, y mucho menos conducir un ataque ante una defensiva como la de los '49s. El no descansar a su QB en ese partido y dejarlo que se recuperara fue costoso. Tim Tebow y un mediocre equipo de Denver le pasaron la factura en postemporada.

Esa no fue la única mala decisión de Tomlin el domingo por la noche. A pesar de empezar a dominar la línea de golpeo en el segundo tiempo, y de tener un QB limitado en su accionar, Todd Haley, el coordinador ofensivo insistió en lanzar. Tomlin no tomó cartas en el asuntos y las consecuencias fueron caras. En el tercer cuarto, en tercera y dos yardas por avanzar desde la yarda 4, en una jugada después de tener un acarreo de Jonathan Dwyer de ocho yardas, Pittsburgh decidió lanzar un pase flotado a la esquina de la zona de anotación. La decisión por esa jugada no fue mala... con Ben Roethlisberger o un QB certero, pero no con un Byron Leftwich con un hombro lesionado. Pittsburgh pudo tratar de conseguir dos yardas acarreando en dos jugadas y tener otro primer y diez. De no lograrlo, su defensiva tenía buenas posibilidades de frenar a la ofensiva de Baltimore que había sido impotente. Fue una situación similar a la que tuvieron antes los Gigantes de Nueva York una semana antes cuando intentaron una finta en un intento de gol de campo. La finta no funcionó, pero recuperaron el balón en buena posición y lograron anotar un TD.

Su rival estaba contra las cuerdas a punto del nocaut. Lo dejaron vivir y terminó ganándoles el partido.

Las consecuencias de este partido no sólo se reflejan en la posición en la División Norte de la Americana. Leftwich fue capturado ferozmente por James Ihedigbo y se fracturó dos costillas. El camino por seguir es cuesta arriba. Los dos recientes campeones de Super Bowl sufrieron para calificar como comodines. Quizás eso es lo que quiere Tomlin. Puede ser su plan y nosotros, o por lo menos yo, somos muy densos para notarlo.

Filadelfia
Después de perder contra Detroit y de entregar una ventaja de diez puntos a casi cinco minutos del final, Andy Reid decidió despedir a Juan Castillo, uno de sus más leales asistentes a través de su gestado en Filadelfia. Castillo era el coordinador defensivo en un sistema que trajo otro asistente, Jim Washburn, quien había tenido éxito en Tennessee. Fue algo así como tratar de ganar una carrera de Fórmula 1 con un "bochito". Castillo no tenía el personal defensivo para implementar el sistema "Wide Nine" que Washburn usó con éxito en Tennessee.

Para que ese sistema funcione es necesario tener linebackers de primerísimo nivel y un par de safeties capaces de cubrir y tacklear. El personal de las Águilas no tenía ni unos ni otros. Este año trataron de reforzar el grupo de linebackers con DeMecco Ryans y con el novato segunda selección Mychal Kendricks. No tuvieron malos resultados, pero la defensiva no fue dominante. Cuando Reid despidió a Castillo, la defensiva de Filadelfia era la Nº 10 en la NFL en yardas permitidas. A partir del cambio de coordinador, la defensiva de Filadelfia ha permitido 30, 28, 38 y 31 puntos. Algunos de esos TDs fueron en regresos, pero esta unidad se ve desangelada, confundida y sin espíritu de lucha.

El nuevo coordinador es Todd Bowles. Bowles es discípulo de Bill Parcells y su esquema preferido es el 3-4. Lo pusieron al frente de una unidad en un sistema que no domina y con un personal inadecuado, algo así como ir a cazar elefantes con un rifle calibre .22 y sin guía. Andy Reid tiene un gran historial como entrenador en jefe. Seguramente encontrará trabajo rápidamente una vez que salga de Filadelfia, pero esta y muchas otras de sus decisiones en los dos últimos años precipitaron la caída de su equipo.

San Francisco
¿La pregunta en San Francisco es cómo va a poder Jim Harbaugh regresar al genio a su lámpara? Después de la gran actuación de Colin Kaepernick, Harbaugh declaró que le gusta alinear al QB que está enrachado y que en este momento tiene dos. Inmediatamente, Harbaugh creó una controversia en la posición más importante de un equipo. Según Steve Young, quien vivió una controversia similar en 1987 con Joe Montana, hay tres tipos de controversias de QB. La primera es la del público. La segunda es la del vestidor y la tercera del entrenador en jefe. Declaró que las dos primeras no tienen consecuencias, pero que la tercera, habiendo vivido una en carne propia, puede ser devastadora para ambos QB y para el equipo. Haciendo historia, los '49s de 1987 fueron eliminados en casa por Minnesota en un partido de playoff en el que tanto Montana como Young tuvieron sus problemas.

Asumo que las intenciones de Harbaugh fueron para motivar a Alex Smith, pero le puede salir el tiro por la culata. El dominio de San Francisco contra Chicago fue impresionante en los tres aspectos del juego: ofensiva, defensiva y equipos especiales. El plan de juego fue agresivo. Había dos QBs suplentes en el partido. Uno, Jason Campbell, con 70 inicios de experiencia. El otro, Kaepernick, titularizando por primera vez en su carrera. Greg Roman decidió atacar desde el principio tomando riesgos calculados dándole a su QB una protección máxima y dejando que sus receptores, en particular Vernon Davis, encontraran espacios. La estrategia funcionó y la confianza de Kaepernick creció con cada jugada.

Smith no recibe el reconocimiento que se merece, en especial por los fans de San Francisco. Su porcentaje de pases completos de 70 por ciento es el mejor de la NFL, y su índice de pasador de 104 es el tercero más alto. Vimos cómo contra Arizona, una defensiva excelente (si no pregúntenle a Matt Ryan), completó 19 de 20 pases con tres TDs cuando los Cardenales decidieron neutralizar el juego por tierra. Cuando salió del partido contra San Luis había completado siete de ocho intentos con un TD. Además, las decisiones que toma en la línea de golpeo ponen a su equipo en situaciones favorables como lo vimos en el partido de jueves por la noche ante Seattle.

Colin Kaepernick tuvo una actuación inspirada y demostró temple y talento ante la que había sido la mejor defensiva de la NFL. Pero en muchas ocasiones he visto a QBs con grandes partidos en su debut, sólo para venir a menos una vez que sus rivales ven el video y aprenden su estilo y sus tendencias.

San Francisco tiene tanta confianza en Kaepernick que en el draft del 2011 cedieron selecciones para poderlo escoger en la segunda ronda, y al final de la temporada del 2011, dejaron que Alex Smith probara suerte en la agencia libre.

Colin Kaepernick parece ser el QB del futuro de San Francisco, pero este es un equipo contendiente en el presente. Cómo manejar esta situación y a quién nombrar como titular podría ser la diferencia para los '49s entre un viaje al Super Bowl, o una salida prematura en postemporada.

Decisiones, decisiones, decisiones...

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