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Se puede brindar (sin Copa)

BUENOS AIRES -- El que producto del aburrimiento se quedó dormido en el transcurso del segundo tiempo y se despertó con un par de gritos, debe haber creído que seguía efectivamente en un sueño. No parecía real.

Recién en los últimos 10 minutos de la revancha del Superclásico de las Américas nos encontramos con lo que fuimos a buscar. Llegadas claras a los dos arcos, para poder verle de cerca la cara a los arqueros. Dientes apretados y mayor intensidad, para que la gente (en casa y en La Bombonera) saliera del letargo. Muchas emociones en pocos instantes, para que este duelo no termine por pasar inadvertido.

A pesar de ser un evento oficial de la Conmebol, con puntos y una Copa en juego, había clima de amistoso. Por el marco de gente, los abrazos entre Montillo y Neymar, las risas del Burrito Martínez y Fred y el respetuoso acercamiento de Sabella a su colega Mano Menezes en la previa y a Neymar en el entretiempo, en el que habrá mostrado su buen uso del portugués. En el juego, parecía un encuentro típico del fútbol local, pero con la selección local.

No vamos a hacer apología de los codazos y las patadas en estas líneas. Quizás lo que se esperaba era mayor "agresividad", en el buen sentido. Sostener el hambre de victoria, después de unos primeros minutos en los que se metió mucho. Una volea de Martínez apenas ancha, un remate de Paulinho que exigió a Orion, una vaselina alta de Neymar y un zurdazo cruzado de Thiago Neves fue lo poco rescatable del primer tiempo.

En el entretiempo, la voz del estadio logró levantar al público con la canción "La Mano de Dios", interpretada por Rodrigo. En la gente que sigue a Argentina no está instalada la inútil comparación entre Diego y Messi. En el cancionero popular, sin demasiada originalidad, sigue prevaleciendo el "Maradona es más grande, es más grande que Pelé".

Para seguir con el clima de amistoso, el partido se reanudó luego de 22 minutos. En realidad, fue una continuidad de la nada misma. El click llegó a los 36 del complemento. Encaró Peruzzi, profundizó Montillo, aceleró Martínez y fue víctima de falta, fuera del área, que el árbitro chileno Osses interpretó como penal. El ingresado Scocco lo cambió por gol con un derechazo cruzado.

Duró poco el festejo argentino. A los 39, tras un centro por derecha, el rechazo de Domínguez quedó corto, Jean la cruzó de derecha a izquierda y aparició solitario Fred, para definir de forma poco ortodoxa. Luego de sus cruces con Menezes, gran regreso al Scratch del goleador del Brasileirao, que festejó bailando con Neymar.

Brasil hacía su negocio, demorar lo máximo posible para aprovechar el 2-1 de ida en Goiania. Pero faltaba más: a los 44, gran pase de Martínez para Montillo. El de Cruzeiro luchó entre Jean y Ralf, ganó y abrió a la izquierda para Scocco, quien definió de primera, con un derechazo cruzado.

El delirio fue total. El grito de Sabella en el banco, imperdible. La remontada de Argentina llevaba la serie a la definición por penales y ahora sí parecía "una final del mundo", como dijo Neymar que se juegan este tipo de clásicos.

Cavalieri le atajó a Martínez y desvió Montillo. Por los fallidos remates de los futbolistas que militan en Brasil, Thiago Neves y Jean pusieron el rápido 2-0. Domínguez la clavó de un ángulo, Orion le detuvo el tiro a Carlinhos, Scocco repitió su remate del partido, Fred tocó a la red con frialdad, Orion anotó el suyo y llegó el tiro del final.

Estaba fresca la imagen del penal que Neymar pateó a las nubes en el amistoso contra Colombia. Ni la estruendosa silbatina, ni los cuernitos de los plateístas surtieron efecto. El astro del Santos tomó la pelota, la besó y la colocó a la derecha del arquero, que fue al otro lado.

De esta manera, Brasil también se llevó la 2ª edición del Superclásico de las Américas. Para Argentina, queda el consuelo de la victoria e interesantes apariciones como Peruzzi, en un puesto donde no abundan opciones, Montillo (intentó siempre hacerse dueño) y Scocco, quien aprovechó a la perfección sus minutos.

"Desde los números, el año fue excelente. Con el rendimiento, estoy muy satisfecho. Tenemos muchas potencialidades y hay que disimular los defectos de la mejor manera posible", subrayó Sabella en conferencia.

Se terminó el 2012 para la selección argentina. Más allá de la diferencia entre "locales" y "extranjeros" y los resultados cosechados, los principales méritos son la formación de un grupo, el compromiso con la camiseta y la búsqueda permanente de la identidad.

Hay motivos para brindar, a pesar de haber perdido la Copa.

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