PARÍS -- El alemán Tommy Haas analizó su espectacular 2012, que lo devolvió a los primeros planos y que le valió el reconocimiento de la ATP como "regreso del año". Los números hablan por sí solos: el ex N°2 del mundo arrancó la temporada fuera del Top 200 (205°) y la finalizó 21° (llegó a estar 20° en octubre, después de dos años de ausencia entre los veinte mejores).
"A veces me resulta difícil creerlo, pero lo cierto es que nunca me rendí. Siempre tuve confianza en mí, en lo que podía dar. Si uno cree en sí mismo, todo es posible. Y yo siempre supe que, si me mantenía sano, podría alcanzar un muy buen nivel", le contó al diario L'Equipe quien en febrero de 2010 debió pasar por el quirófano por una recurrente lesión en la cadera y estuvo cerca de dejar el tenis.
Finalmente, Haas regresó al circuito y, tras algunos triunfos en el último tramo de 2011, hilvanó un 2012 para el recuerdo. "Me sentí bien desde el inicio de la temporada. En Munich alcancé las semifinales y fui ganando más confianza en mi juego a medida que pasaba el año. El triunfo contra Federer en Halle fue un impulso importante, también", explicó.
A los 34 años, Tommy disfruta una "nueva vida" tenística, pero sabe lo que implica defender ese lugar: "Es un doble desafío: físico y mental. Uno debe realizar muchos esfuerzos para mantenerse activo en este nivel y al mismo tiempo borrar los miedos y pensamientos negativos de previas lesiones".
Al margen del reconocimiento de la ATP y del propio público que celebró su exitoso regreso, la temporada del alemán tuvo otro punto bien alto: haber alcanzado las 500 victorias en el circuito, un logro del que muy pocos pueden vanagloriarse: "Significó mucho, me dio una satisfacción enorme", apuntó el jugador, que ahora espera "poder mantener el ritmo de este año fantástico en 2013".