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Yankees en dilema de catchers

El mismo día que los Yankees de Nueva York conservaron a su cerrador, perdieron a su receptor.

Pudo haber sido peor, por supuesto, mucho peor. Pudieron haber perdido a Mariano Rivera y retenido a Russell Martin.

Pero la euforia -- ¿o alivio? -- de completar todo excepto las pinceladas finales sobre un acuerdo para traer a Rivera de regreso por un año, el mejor cerrador de todos los tiempos, sin duda atenuó la noticia de que van a perder Martin, que era sin lugar a dudas el mejor receptor en su roster.

Y a pesar de la grandeza de Rivera, su lugar fue llenado admirablemente por Rafael Soriano durante toda la temporada pasada, excepto por un mes.

Martin llegó a un acuerdo de dos años con los Piratas de Pittsburgh el jueves. A menos que los Yankees hagan algo, y rápido, su lugar en la próxima temporada será ocupado por Stew Rominelli, una amalgama de tres receptores de reserva que probablemente no son tan buena sustitución como resultó ser Soriano.

Como dijo Casey Stengel una vez: "Tienes que tener un receptor, o de lo contrario tendrás muchos passed balls".

A partir de ahora, los Yankees tienen tres receptores -- Chris Stewart, la reserva de Martin en la pasada temporada, Francisco Cervelli, relegado a la Triple A después de los entrenamientos de primavera y luego "promovido" a receptor reservista en septiembre, y Austin Romine, que ni siquiera tiene en su haber una temporada completa de Triple A -- y el pronóstico es que van a tener muchos passed balls en el 2013.

Porque el hecho es que el inventario no es un sustituto para la calidad. Los Yankees tienen un montón de receptores, pero ni un solo receptor regular confiable de Grandes Ligas.

¿Cómo sucedió esto?

Bueno, comenzó la primavera pasada, cuando Martin y su agente, Matt Colleran, decidieron romper las negociaciones con los Yankees, que se ofrecieron para romper su contrato actual y darle un acuerdo de tres años por un valor de $21 millones. Su creencia era que Martin tendría una gran temporada en el 2012 y estaría en posición para tener una gran puntuación para la agencia libre durante este invierno.

Eso pareció ser la movida más estúpida del siglo, ya que en septiembre Martin seguía con dificultades para aumentar su promedio de bateo por encima de .200.

Pero, obviamente, Colleran estaba al tanto de lo que ahora es dolorosamente obvio para los Yankees y su perpleja base de fanáticos -- que se trata de una temporada particularmente buena para ser un receptor agente libre porque hay muy pocos buenos allá afuera.

De hecho, Martin era el único.

Ahora los Yankees tendrán que tragar saliva y hacer un trato con A.J. Pierzynski, quien cumplirá 36 años en diciembre y va a querer tanto dinero como el que los Yankees se mostraron reacios a darle a Martin, o con Mike Napoli, un buen bateador que es un receptor a tiempo parcial en el mejor de los casos, y no muy bueno.

O bien, van a tener que esperar a llegar a funcionar con tres receptores de reserva que sumados no se combinan para un titular sólido.

A decir verdad, la decisión de Martin no aporta mucho, tomando en cuenta la forma en que a menudo hablaba de cómo amaba la ciudad de Nueva York y jugar para los Yankees de Nueva York. ¿Por qué entonces habría de aceptar una oferta de $ 17 millones con los Piratas sin siquiera esperar a ver si los Yankees le harían una contraoferta?

¿Realmente extraña tanto a A.J. Burnett?

La sospecha es que había algo más detrás de todo eso, aunque debo admitir que no es más que una especulación de mi parte. Pero siempre me pareció extraño que Joe Girardi, un fanático declarado de la capacidad defensiva de Martin, mantuviera su receptor titular lejos de su as, CC Sabathia, por cinco meses de la temporada.

Ser receptor de Sabathia fue el trabajo de Stewart desde el 17 abril al 3 de septiembre, un lapso de 20 salidas. Martin siempre dijo que no le importaba, pero tal vez le dolía más de lo que dejaba entrever.

O tal vez Martin, el más elocuente y paciente de los Yankees cuando se trataba de hacer frente a los medios de comunicación, realmente odiaba tener que actuar como una especie de vocero del equipo noche tras noche en un club cada vez más estéril.

Cualesquiera que sean sus razones, Martin eligió a Pittsburgh en lugar de El Bronx, y ahora los Yankees se quedaron con una bolsa vacía.

La buena noticia es que los Yankees ahora saben que Mariano Rivera lanzará para ellos en el 2013.

La mala noticia es que de repente no tienen ni idea de quién va a capturar esos lanzamientos.