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Delfino y sus Rockets

BUENOS AIRES -- La vida de Carlos Delfino en la NBA comenzó una nueva etapa con su llegada a los Houston Rockets. Una etapa que recién transcurre sus primeros pasos, debido a que hace solo 60 días que está instalado en la ciudad. A su favor cuenta con que está ya está adaptado a la competencia y al estilo de vida de los Estados Unidos.

Delfino, que tiene solo 30 años, acumula una experiencia en la NBA de ocho temporada, desde 2004, en la que ya registra pasos por cuatro equipos, a lo que también hay que sumarle un paso profesional por la Liga de Italia y Euroliga.

Esto hace que en su nueva franquicia sea el jugador de mayor experiencia. En los Rockets, que se está refundando, para lo que cambió gran parte de su plantel, Carlos debe aportar esa experiencia dentro y fuera de la cancha.

Por cómo lo vi moverse y hablar con sus compañeros y el cuerpo técnico en los partidos y entrenamientos, durante mi paso por Houston, donde nos reunimos para hablar sobre los compromisos de la selección en 2013, está cumpliendo una función nueva, la que parece llevar con gusto y naturalidad.

En el juego, a diferencia del su ciclo en Milwaukee, acá sale como suplente, con la virtud de poder cambiar a tres posiciones: al escolta, al alero y hasta al ala-pivote, cuando el entrenador McHale decide jugar con un equipo más bajo y corre a Parsons de 4. Al ser Carlos un jugador completo, que puede cumplir varias funciones, es un hombre ideal.

Se sabe que además es un tirador confiable, un definidor de gran calidad, pero además es un jugador completo que puede penetrar, jugar un pick and roll o pasar el balón al que corresponde en cada momento. Delfino es también muy bueno defensivamente. Es respetado por el entrenador y por los compañeros. Houston parece ser un lugar donde comience a funcionar como jugador mas maduro y guía de los más jóvenes.

Esta situación también comenzará a vivirla en la selección nacional en los compromisos que vendrán a partir de 2013.

Lo que Delfino haga aquí tendrá amplia trascendencia, ya que los Rockets son una franquicia de 46 años con gran tradición, que suma dos títulos en la NBA. Houston es una plaza importante y la organización y la estructura del equipo, de alta calidad, así lo reflejan.

Los Rockets apuestan mucho al ataque rápido. Como todo equipo joven, a veces no tiene pausa. Es un punto a mejorar, aunque tiene margen de progreso y está probando cuál es tu techo.

La estrella del equipo, está claro, es James Hardem. Tiene las habilidades potenciales de un crack. Tiene puntos en las manos y magnetismo en su juego. Es joven, por lo que tiene mucho por desarrollar y meterse en el grupo de los grandes jugadores de la NBA.

A su vez, Chandler Parsons, el alero, es un gran tirador, sin dejar de ser un valor de equipo, mientras Patrick Patterson es un jugador rendidor, que está en crecimiento. Otro hombre valioso me pareció el pivote turco Omer Asik, que es fuerte, rápido y cumple un buen rol defensivo.

Lamentablemente, en mi paso por Houston no pude ver al entrenador Kevin McHale, quien se repone de un doloroso golpe familiar. En la franquicia lo reconocen comprometido con el proyecto y confiado en que el equipo que armó puede lograr buenos resultados.

Por supuesto que hay que remarcar que Houston está en una Conferencia del Oeste que cuenta con varios equipos con un poderío notable.

Mientras Los Angeles Lakers, el que comenzó como favorito, anda con problemas y busca encaminar su temporada, hay varios equipos con chances de pelear por un lugar en la final de Conferencia.

Memphis está sorprendiendo en el comienzo de temporada, liderando el Oeste. Muestra un gran nivel de juego y cerca del cesto es complicado, con Randoplh y Marc Gasol, que hoy es uno de los mejores pivotes de la NBA.

Los Clippers siguen en alto nivel, con un Chris Paul cada vez más competitivo y con un gran carácter, sumado a Blake Griffin que asusta con su capacidad atlética natural, difícil de controlar.

De San Antonio siempre se piensa que van a comenzar su decadencia, pero siguen siendo poderosos. Son un ejemplo de cómo un buen juego de conjunto permite mantener un rendimiento positivo.

Por supuesto, también está Oklahoma, equipo que está en constante evolución, liderado por un jugador increíble como Kevin Durant, que si bien ya es una estrella, tampoco detiene su mejora individual.

Pero el motivo de esta columna eran Delfino y sus Rockets. El objetivo de este nuevo proyecto de la franquicia es entrar a los playoffs. La misión no parece sencilla, aunque de lograrla, habrá satisfacción y festejos en Houston.

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