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Argentina, rumbo a otra etapa

BUENOS AIRES -- La selección argentina de básquetbol cierra como positivo el balance de este 2012, pero con la obligación de empezar a planificar con detenimiento su futuro, tanto el inmediato como el más lejano.

El cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Londres la ratificó en la élite del básquetbol internacional. ¿Que se pudo conseguir el bronce? Sí, aunque al estar en un grupo tan numeroso como parejo de equipos, un par de aciertos o errores, hacen estar algo más arriba o algo más abajo con una crueldad espantosa. No se subió al podio, pero se mantuvo la jerarquía y el respeto.

Sin embargo, al equipo nacional se le viene encima una etapa repleta de desafíos, ya que la famosa "Generación Dorada" parece dar las últimas manifestaciones de su exquisita calidad, por lo que el paulatino recambio de nombres se continuará profundizando en los desafío inminentes, mientras que en un segundo plano las modificaciones en el calendario de la Federación Internacional (FIBA) obligan a ir direccionando otras acciones hacia allí.

La Confederación Argentina (CABB) y el entrenador Julio Lamas deberán afrontar compromisos inmediatos, como el Premundial de Caracas 2013 y el deseo de llegar a la Copa del Mundo 2014 en España. Para eso ya está ejecutando un plan a corto plazo.

Dentro de él se encuadra el reciente viaje de Lamas a Estados Unidos para entrevistarse con Pablo Prigioni, Carlos Delfino y Luis Scola. Con Emanuel Ginóbili afuera del equipo en 2013, el entrenador no se ilusiona con que vuelva a vestir la celeste y blanca. En cambio, descuenta que los dos últimos darán el presente en el próximo torneo continental, pero tiene sus dudas con Prigioni, a quien volverá a visitar en abril próximo, y con Andrés Nocioni (irá a verlo durante la Copa del Rey de España), quienes habrían partido de Londres con dudas sobre su continuidad en la selección.

El entrenador apunta a mantener a ese cuarteto, los que sumados a algunos de los experimentados de la última etapa y los más jóvenes, como Marcos Mata, Facundo Campazzo, Nicolás Laprovíttola o Leonardo Mainoldi, permitirían conservar un respetable nivel competitivo y un buen caudal de expectativas.

Si se aprovechan las bondades que brindan las cuatro plazas mundialistas para apostar con jóvenes con proyección o se sigue confiando en los más experimentados, será resolución de Lamas.

En caso de que los dos ex compañeros en el Caja Laboral decidan bajarse, la situación será muy diferente, ya que ahí sí se acelerará el proceso de recambio de nombres y obligando, al mismo tiempo, a una notoria modificación en los objetivos.

Al mismo tiempo la CABB debería empezar a mirar de reojo los Juegos Olímpicos de 2016, con un proyecto a mediano plazo. Llegar a Río de Janeiro no será sencillo, aunque tampoco imposible, aun cuando el equipo evidencie una merma en su poderío por el lógico paso del tiempo y un recambio que será previsible que ofrezca un menor nivel.

Si Estados Unidos logra el título mundial en España 2014, algo que no es descabellado que suceda, y al ser Brasil el organizador, en el Preolímpico 2015 habrá que pelear por dos plazas con el resto de los países del continente. Será exigente, pero no suena utópico conseguir una de ellas.

Apuntando a ese Preolímpico habrá que confiar en el desarrollo individual de algunos jóvenes, pero al mismo tiempo se necesita empezar ya a trabajar con ellos para facilitárselos.

No hay indicios que aseguren que sea Lamas el conductor en el proceso a los Juegos de 2016. Es más, no lo imagino en ese cargo después del Mundial 2014. No obstante, sí deberá iniciar la tarea que hacía allí apunte. ¿Cómo? Básicamente formando una selección B con jugadores jóvenes, a los que se les debe procurar pruebas internacionales que favorezcan su crecimiento.

Y allí también se puede ubicar otro tercer plan, este a largo plazo, apuntando a la Copa del Mundo de 2019, ya instalados en el nuevo sistema de competencia de la FIBA.

Para esa época casi todos los jugadores que llevaron al básquetbol argentino a lo más alto, ya no estarán para integrar el seleccionado.

El camino comenzará a finales de 2017, dentro de 5 años. Primero, llegado el momento, por supuesto, habrá que buscar el entrenador que lidere ese proceso. Lo bueno es que también hay tiempo suficiente como para empezar a proyectar a los que hoy son jóvenes y llegarán a esa etapa con la edad y la capacidad requerida.

El desafío de la CABB será planificar cómo afronta cada evento de nivel mundial y de qué manera se prepara. El deporte argentino no muestra antecedentes de grandes planificaciones. Los argentinos no somos afectos a proyectar, ni mostramos paciencia para cumplir y respetar planes.

Sin embargo, en el básquetbol hay que tener memoria. La única vez que se planificó algo con la máxima conciencia, fue la Liga Nacional. Los resultados de ese esquema están fuera de discusión y hay que aceptar que fue el origen de todo lo bueno que se disfrutó después.