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Ser reserva de Tom Brady es...

Matt Cassel jugó la temporada del 2008 con los Patriots debido a la lesión de Tom Brady en la rodilla. AP

FOXBOROUGH -- El primer hombre que cayó en la situación sin esperanza de ser el reserva de Tom Brady creyó, por un tiempo al menos, que tuvo una oportunidad. Veía videos hasta que sus ojos se ponían vidriosos, al igual que hacía Brady, y con cada valiosa jugada en la que participaba Damon Huard, trataba de hacer todo a la perfección. Antes de esto, Huard había sido reserva de Dan Marino, quien le enseño a ser un profesional y siempre, bajo cualquier circunstancia, mantener la confianza.

Era la temporada del 2001. La NFL estaba a punto de experimentar un cambio radical en el poder, y Tom Brady, por entonces de 24 años de edad, podía sentirlo. Esa primera temporada juntos, Brady y Huard solían jugar cartas en los viajes por carretera. Era una manera para que los mariscales que han pasado tanto tiempo siendo cerebrales y competitivos se relajaran. En el segundo partido de Brady como titular esa temporada, sus New England Patriots recibieron una paliza, 30-10 ante los Miami Dolphins, en un partido en el que Brady no fue ni espectacular ni tampoco malo. En el avión de vuelta a casa, Brady y su nuevo reserva se pusieron a hablar y a jugar cartas. De hecho Brady fue quien más habló.

"Ya sabes, Damon", recuerda Huard que dijo Brady. "He estado jugando este juego toda mi vida. He iniciado un par de partidos ahora, y es el mismo juego. No es diferente. No es broma, no es tan difícil. Voy a ser uno de los grandes. Voy a ser uno de los mejores en este juego".

Huard pensó, "Eso es genial, Tom. Ahora, repárteme algunas cartas".

Cuatro meses más tarde, estaban sentados en el vestuario del Louisiana Superdome, justo antes del Super Bowl XXXVI. Brady volteó hacia Huard y le preguntó cómo se iba a sentir dentro de tres horas, cuando fueran campeones del Super Bowl.

Y para entonces, Huard supo lo que muchos otros mariscales que han ido a New England en la última década han tenido que aceptar. No tenía ninguna posibilidad.

Ser un mariscal reserva de Tom Brady es, en muchos sentidos, uno de los trabajos más difíciles de la NFL. Es una vida de espera perpetua. Es saber que no importa lo duro que trabajes --y es mejor que trabajes duro si estás en el equipo de Brady-- no jugarás, y en raras ocasiones tendrás repeticiones en las prácticas.

Es tratar de mantenerle el ritmo a un hombre tan exigente, tan al mando que si su reserva alguna vez entra en una situación importante, significa que el pánico y el caos se han desatado. La última persona que alguien quiere ver en New England es al mariscal de campo reserva.

Y los aficionados de los Patriots rara vez lo hacen. De acuerdo a las estadísticas de Elias Sports Bureau, además del 2008, cuando Brady sufrió una lesión en la rodilla, sólo 76 pases han sido enviados por reservas en los 11 años que Brady ha iniciado. Huard estuvo con el equipo durante tres temporadas, pero apenas sumó un intento de pase como suplente de Brady.

Los suplentes de Brady han llegado en todos los tamaños --Doug Flutie medía 5 pies con 10 pulgadas, Ryan Mallett mide 6 pies con 6 pulgadas-- y de potencias [como LSU) o equipos con menos renombre (Wyoming). Se quedan ahí por algunos años, y en algunos casos sólo durante algunas semanas. La mayoría de ellos no son nombres muy conocidos, pero el entrenador en jefe, Bill Belichick, es, como todos los demás, selectivo acerca de a quién convierte en reserva de los New England Patriots. Mientras Peyton Manning ha tenido más de 40 nombres cuyos nombres han aparecido abajo del suyo en algún momento en la tabla de profundidad de su equipo, Brady ha tenido aproximadamente la mitad de esa cantidad de suplentes.

Y mientras afuera se cree que ser reserva de Brady es tener una labor que te absorbe el alma, muchos de los que lo han hecho lo consideran justo lo contrario.

Sus historias no nos son contadas muy a menudo. Pero ayudan a revelar por qué los Patriots estarán jugando en su sexto Juego por el Campeonato de la AFC en la era Brady el próximo domingo por la noche cuando los Baltimore Ravens visiten el Gillette Stadium.

"Estaba emocionado cuando fui seleccionado", indicó Kevin O'Connell, reclutado por los Patriots en la tercera ronda del draft del 2008. "Una de las primeras cosas en las que piensas es en la oportunidad de estar cerca de un futuro miembro del Salón de la Fama.

"Sólo quieres estar cerca de él y aprender de él".

En el verano del 2004, un mariscal de campo llamado Jim Miller se sentó en la oficina de Belichick, exactamente en medio de una encrucijada. Miller tenía 33 años y ponderaba la idea de ser reserva de Brady. No era que otros equipos estuvieran llamando a Miller, él ni siquiera podía lanzar un balón en ese punto, y su carrera estaba a punto terminar. Una infección de huesos en su hombro casi hace que su brazo fuera amputado. Fue apaleado mental y físicamente por cinco cirugías en el hombro.

No entendía cómo podía ayudar. Para entonces, Brady tenía 26 años y dos anillos de Super Bowl. Estaba en medio de una racha ganadora que se extendería a 21 partidos, La reunión fue casi una escena de "Bull Durham", cuando el entrenador le pidió a ayuda a Crash Davis, y Crash respondió algo como, "soy demasiado viejo para hacer esto".

Y no era que Brady necesitara mucha orientación de Miller. Sin embargo Belichick quería al veterano para algo más.

"El quería que fuera un intérprete", refirió Miller. "Si no conocen a [el ex coordinador ofensivo de los Patriots] Charlie Weis, puede ser muy… creo que la palabra es brusco. Puede ser un poco áspero y eso sin duda puede afectar a tu mariscal de campo titular. Belichick me dijo, 'Necesito que seas un intermediario entre Charlie y Tom'.

"Tienes que recordar, como pasador, que estás recibiendo tres líneas de comunicación. Tienes a tu coordinador ofensivo, luego tienes al entrenador de mariscales. Luego está Belichick, quien está en nuestra reuniones con nosotros. Puede ser frustrante a veces cuando estás recibiendo tres mensajes diferentes".

Ha habido miles de historias acerca de la preparación de Brady, pero realmente no se puede entender, dicen sus reservas, a menos que te hayas obligado a estar una tercera hora estudiando video o estés sentado con Brady el día de un partido. Especialmente en el 2004.

En aquellos días, Brady era soltero, no tenía hijos ni obligaciones. Y dedicaba todo su tiempo al fútbol americano. Miller solía reír ante el hecho de que Brady no supiera mucho de política o de casi cualquier cosa ajena al mundo del fútbol americano. No tenía tiempo. Sus reuniones de mariscales improvisadas durante el desayuno el día de los partidos eran como una ronda de rayos en programas de concursos. Hacía que sus reservas le plantearan varias preguntas y posibles escenarios.

Cualquiera que haya jugado detrás de Brady inevitablemente ha visto más videos de partidos de los que se preocupan por mencionar. Algunos de ellos no pueden entender cómo Brady y Belichick podían sentarse ahí, por tres horas continuas, sin quitar la mirada de los videos.

"Creo que Tom es muy receptivo", declaró Miller. "Siempre quiere mejorar. Salíamos y apenas hacíamos nuestros ejercicios en los calentamientos y decía, 'Jim, ve mis pies'. Entrena con un propósito. Todo el propósito es mejorar. Su atención al detalle es constante.

"Definitivamente pueden ver la marcha en él, el impulso de ser perfecto. Creo que Tom conoce sus limitaciones físicas. ¿Así que cómo va a vencerte? Te vence de manera cerebral. Saldrá y ejecutará mejor que tú y competirá mejor que tú".

Miller estaba entre los chicos que nunca lanzaron un pase en su carrera con los Patriots. Pero estuvo feliz de que estaba en el lado de Brady en el 2004. Después de años de quedarse lejos con los Pittsburgh Steelers, los Atlanta Falcons y los Chicago Bears, Miller, en esa única temporada en New England, consiguió algo que nunca había obtenido. Consiguió su único anillo de Super Bowl.

John Navarre tenía 17 años de edad cuando conoció a Tom Brady. Era un prospecto de pasador de Cudahy, Wisconsin, en un viaje de reclutamiento a la Universidad de Michigan. Estaba parado en el túnel durante un partido de baloncesto un día en el que Brady se paseaba para saludar. Viéndolo de nuevo, no fue exactamente un encuentro casual, los entrenadores de Michigan sin duda querían que Brady se encontrara con el joven.

Brady, un jugador un jugador junior de Michigan en ese entonces, era un tipo que lucía tranquilo, tenía aspecto de modelo y estaba al mando. Navarre no lo había llamado imponente en aquel entonces porque no utilizaba mucho la palabra a los 17 años. Pero recordándolo, eso es exactamente lo que era Brady. Y Aquí estaba lo más importante, Brady respaldaba toda su confianza.

"Era el tipo de chico con el que querías estar y hacer lo que estaba haciendo", recordó Navarre. "A todos les gustaba. Todos estaban atraídos por él y querían escuchar lo que tenía que decir. Era un líder no sólo en el campo de fútbol americano, sino en toda el área de deportes. A donde quiera que iba, querías estar cerca".

Cabe señalar que Michigan, al menos en aquel entonces, tenía suficientes mariscales de campo en su plantilla para formar un equipo de béisbol. Cuando Brady llegó al campus, era el séptimo en la lista de profundidad. Detestaba ser un reserva. Su malestar era tan profundo que según informes contrató a un psicólogo para lidiar con la frustración de no jugar. Pero para cuando Navarre llegó --se comprometió con Michigan, desde luego-- Brady estaba afianzado como titular.

Le enseñó a Navarre cómo ser un líder. Cómo capturar la atención del equipo. En las reuniones, Brady era el único con un apuntador, aún cuando los entrenadores estuvieran en la sala. Interrogaba a los receptores sobre coberturas y jugadas. Quería asegurarse que ellos veían lo que él estaba viendo.

"Él los ponía en esa posición", expresó Navarre. "No quería avergonzarlos, pero era muy bueno manteniéndolos en estado de alerta. Lo hacía como un entrenador.

"Toda esa temporada, lo único que aprendí fue cómo ordenaba a todo el grupo. Era el líder del equipo, no sólo de la ofensiva. Todos lo veían en busca de respuestas, y él tenía las respuestas todo el tiempo. Podía relacionarse muy bien con los jugadores al punto en el que sabía cuándo reprenderlos, corregirlos o hacer que estuvieran más atentos. Pero tenía una gran amistad con todos ellos".

Navarre tomó muchas notas mentales esa temporada e intentó emular a Brady. Al año siguiente, cuando Brady estaba en la NFL, el titular de los Wolverines, Drew Henson, sufrió una lesión y Navarre fue llamado para ser titular. Brady le había enseñado a siempre estar listo. Navarre lanzó cuatro pases de touchdown en su debut en contra del Bowling Green.

Eventualmente jugaría en la NFL, y en el 2007, Navarre llegó como reserva a los Indianapolis Colts. Jugar detrás de Peyton Manning, dijo, era similar a ser reserva de Brady. La atención al detalle de Brady no es tan excesiva como la de Manning, confesó Navarre. Manning solía pasar dos horas analizando un movimiento de lanzamiento. Una vez más, Navarre jugó con los pasadores en diferentes etapas de sus carreras.

"Ambos tienen ciertas características que haría que quisieras estar cerca de ellos y tomar una cerveza juntos", expresó Navarre. "Ambos son tan únicos y especiales que sólo quieres absorber toda la información que tienen y sentarte con ellos como si fueran figuras históricas".

Cuando los Patriots lo llamaron en una mañana de domingo en abril del 2008 para decirle a Kevin O'Connell que había sido reclutado en el draft, fue una especie de día histórico. O'Connell se convirtió en el mariscal de campo reclutado más alto por New England desde Drew Bledsoe en 1993. En los días previos al draft, O'Connell, procedente de San Diego State, estaba haciendo mucho ruido. Media 6 pies con 5 pulgadas y era inteligente y rápido.

Cuando New England llamó esa mañana, O'Connell no tenía miedo de la idea de llevar una tabla detrás de Brady durante las próximas cinco o 10 temporadas. Ni siquiera pensaba en eso.

O'Connell sabe que suena cursi, pero estaba emocionado por aprender del mejor. Desafortunadamente, no tuvo la oportunidad de estar cerca de Brady por mucho tiempo. Su temporada de novato fue una de las más tumultuosas y dolorosas en la historia reciente de los Patriots. O'Connell era el mariscal de campo N° 3 el día que Brady se lesionó. Observó desde la banca cómo Brady recibió el golpe de Bernard Pollard que rompió los ligamentos cruzado anterior y medio colateral, terminando una racha de 111 inicios consecutivos. En ese momento, ser un pasador reserva en New England se volvió algo mucho más estresante.

Matt Cassel ingresó en el lugar de Brady esa temporada, llevó a los Patriots a un récord 11-5, después fue enviado a los Kansas City Chiefs. O'Connell vio algo de acción esa temporada y completó cuatro pases en seis intentos para 23 yardas. Fue una buena oportunidad, dijo. Pero hubiera preferido ver a Brady por ahí.

Al siguiente verano, O'Connell lanzó dos intercepciones en un partido de pretemporada el 30 de agosto del 2009, fue cortado. Fue una especie de movimiento sorprendente, considerando lo mucho que valoran los Patriots sus selecciones del draft y lo alto que fue elegido en el 2008.

"No jugué muy bien", sentenció. "No había excusas. Tuve una oportunidad y no tomé buenas decisiones".

O'Connell ha jugado para cinco equipos desde entonces, y a donde quiera que va, lleva lo que aprendió de Brady con él. Piensa en su ética de trabajo, sobre todo. Y cuándo disfruta el juego.

"Miro hacia atrás, y agradezco que estuviera cerca de él por ese corto periodo de tiempo", indicó. "Fue divertido tan sólo llegar a conocerlo. Es un gran tipo, y es un gran equipo del cual ser parte. Es un lugar muy demandante para jugar, pero es lo que uno quiere. Me hubiese encantado permanecer ahí".

Kliff Kingsbury, el entrenador de 33 años de edad que ayudó a Johnny Manziel este otoño y que recientemente fue nombrado entrenador en jefe de Texas Tech, alguna vez fue suplente de Tom Brady. También Vinny Testaverde y Doug Flutie
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Pero la mayoría de los nombres que han aparecido detrás del de Brady son, como muchos reservas de la NFL, anónimos. Huard eventualmente recibió su oportunidad como titular. Fue a Kansas City en el 2004, no vio acción durante dos años, y después en el 2006, cuando Trent Green sufrió una conmoción cerebral, Huard se convirtió en titular. Guió a los Chiefs a un récord 5-3 y los ayudó a llegar a los playoffs.

Podía no haber producido los mismos resultados, pero cuando Huard se dirigía a la reunión previa a la jugada, llevaba a Brady y a Marino con él. Marino era como un hermano mayor para Huard. Solían jugar al golf juntos. Huard aún tiene una imagen de Marino, después de los 30 años, cojeando por el campo, creyendo, sin embargo, que era el mejor.

Vio eso en Brady. Huard está seguro que Brady probablemente no recuerda algunas de esas historias del 2001, de cómo jugaban backgammon, de cómo le dijo a su reserva antes del Juego por el Campeonato de la AFC que "vamos a deslumbrar a estos tipos".

Brady, dice Huard, nunca era ofensivo ni engreído. Simplemente sabía, después de todas esas horas de preparación, que él era el mejor.

"Es el mismo chico allá afuera de hace 11 o 12 años", indicó. "El tipo que odia perder".