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White, 6º oro en SNB Superpipe

ASPEN -- Uno pensaría que puede perder la gracia. Que después de seis años consecutivos de venir a los X Games y dominar la competencia, ganar sería algo aburrido para Shaun White. Las ceremonias de medalla, las entrevistas, las conferencias de prensa, las fotografías, los autógrafos -- todo sería bastante tedioso año tras año tras año.

Pero ahí estaba White tarde en la noche del domingo, unos 45 minutos después de haber ganado su sexto oro consecutivo en el SuperPipe, con la medalla colgada al cuello y una enorme sonrisa en el rostro. Cuando un extraño le preguntó casualmente cómo estaba, White respondió con un sarcástico: "Creo que estoy bien".

Estaba mejor que bien. En el último evento de los X Games de Aspen, registró los dos puntajes más altos de la noche -- un 95 y un 98 -- y el salto de 24 pies y una pulgada de su segunda pasada fue el más alto para un snowboarder en los X Games. No sólo fue el sexto oro consecutivo de White en el evento, sino también su 23ª medalla de X Games en general y su 15° oro, también un récord.

"Seis es mucho. Es una cifra importante", comentó White. "Voy a estar aún más incómodo el año que viene cuando vaya por el séptimo. Es un honor tener este título. Estoy orgulloso de lo que he hecho".

Lo que hizo que esta medalla de oro fuera particularmente especial es que llegó inmediatamente después de la amarga decepción del sábado en la final de Slopestyle. En este evento, se había hablado mucho sobre el duelo de White con el canadiense Mark McMorris, de 19 años. Pero mientras que McMorris se llevó el oro, White cayó en dos de sus tres pasadas y no obtuvo medalla al terminar en quinto lugar.

La noche siguiente estuvo impecable y le recordó al mundo por qué se le considera el snowboarder más competitivo de la historia.

"Creo que nunca he estado más enfocado en lo que estoy haciendo física y mentalmente", dijo White. "Solía estresarme mucho y habría perdido el control si hubiera pasado algo como lo del Slopestyle el otro día. Pero ahora tengo la edad suficiente para convertirlo en algo positivo. Tomo eso y lo utilizo para ayudarme a dar un gran paso hacia adelante".

El domingo, los saltos de White promediaron 16 pies de altura en el aire, cinco más que el resto de los competidores. En su conferencia de prensa posterior al evento, dijo en tono de broma que le daba crédito a las 10 pulgadas de cabello que se había cortado recientemente para ganar más amplitud.

"No lo sé, ¿menos resistencia tal vez?" dijo White.

Cualquiera sea la explicación, White hizo que pareciera fácil. No hizo falta entender qué es un cab double cork 1080 o un backside double McTwist 1260 para apreciar la rutina de White. Era Michael Jordan con un balón de básquetbol. Ted Williams con un bate. O Jack Nicklaus con un palo de golf. Cuando ves grandeza, lo sabes.

Fue un hombre contra muchachos. Literalmente. Cuando el novato japonés de 14 años Ayumu Hirano encendió al público con su segunda bajada que le valió un 92.33 para llevarse la plata, White respondió con un 98.

Fue una ejecución casi idéntica a la que recibió un puntaje perfecto de 100 en los X Games 2012. White cree que la bajada de este año fue aún mejor. El competidor Greg Bretz piensa lo mismo.

"Él se acercó y me dijo que esto superó con creces lo que hice la campaña pasada", comentó White. "Es genial cuando los competidores dicen cosas así".

Entonces, ¿por qué no recibió un puntaje perfecto? ¿Sintió que los jueces fueron más duros con él el domingo?

"Creo que son duros con todo el mundo", respondió. "Eso te hace dar lo mejor".

La cruzada de White por su sexto oro se vio facilitada por el hecho de que su principal competidor, el suizo Iouri Podladtchikov, se retiró antes de la competencia a causa de un virus estomacal. Le envió un mensaje de texto a White antes de que comenzara la final, disculpándose porque no estaría ahí.

"Estaba decepcionado", dijo White. "No sólo por el hecho de que me gusta competir contra él -- es bueno cuando todos traen su mejor juego -- sino también porque sé cómo se siente tener que retirarse de un evento".

Con su principal competencia fuera de juego, el evento básicamente se sintió como una coronación. Y fue precisamente así como White lo manejó. En un momento dado durante la práctica, un White normalmente ultra-concentrado y furiosamente competitivo, saltó sobre la pared del SuperPipe y chocó los cinco con algunos fans antes de desatar un double cork.

Y luego de que su segunda bajada prácticamente le asegurara el oro, se quitó el casco, las antiparras y la mascarilla y se deslizó lentamente por el corral de los atletas, donde fue asediado por los enloquecidos fans. White se detuvo para tomarse varias fotos antes de subir a la cima de la montaña para su última bajada.

"Estaba emocionado", dijo. "Cuando conseguí ese gran puntaje sentí que prácticamente lo tenía asegurado. La única manera que tengo de pasar por esas cosas es decirles que debo hacer una bajada y que volveré. Pero no estaba seguro de que volvería, así que me detuve. Estuvo muy bueno. Había padres con hijos en sus hombros. Es por eso que esto es tan divertido".

Antes de la última pasada, White miró a la cámara, levantó seis dedos y asintió con la cabeza. Mientras se deslizaba casualmente por el SuperPipe por última vez, vestido de negro de pies a cabeza, sonaba "Back in Black" de AC/DC en los altavoces.

Pero a pesar de lo grandioso que fue ese momento, White sabe que su trabajo acaba de comenzar. Falta poco más de un año para los Juegos Olímpicos y White cree que muchos de los trucos que llevó a cabo en el SuperPipe el domingo por la noche serán obsoletos en Sochi. Así que tal como lo hizo antes de Vancouver, White no practicará el skate este verano a fin de enfocarse por completo en el snowboarding.

"Obviamente, tengo que ir a practicar un poco de Slopestyle", comentó.

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