Enrique Rojas 11y

Asignatura pendiente

Con 211 peloteros en los actuales campos de entrenamientos de Grandes Ligas, República Dominicana es por mucho el país extranjero con la mayor población de jugadores en el mejor béisbol del mundo.

Por lo tanto, no debería extrañar que pese a tener ocho jugadores estrellas en el roster, el equipo quisqueyano que estará en el Clásico Mundial de Béisbol del 2013 no llenó por completo las expectativas de una asombrosa mayoría de los habitantes de la isla cuando finalmente fue anunciado por los organizadores del evento.

Las ausencias del inicialista Albert Pujols, el antesalista Adrián Beltré, el receptor Wilin Rosario, los jardineros José Bautista y Melky Cabrera y los lanzadores Johnny Cueto y Rafael Soriano, entre otros, dejaron un mal sabor en un país para el cual la tercera edición del Clásico Mundial es la mejor oportunidad de curar las profundas heridas que dejaron los resultados del 2009.

Después de ser eliminada por Cuba en las semifinales del torneo inaugural, en el 2006, República Dominicana tuvo uno de los colapsos más desgarradores de un favorito en un torneo grande en la historia del deporte profesional al perder dos veces ante Holanda y quedar eliminado en la primera ronda de la segunda edición, en el 2009.

De allí la sensación generalizada de la población de que era imperante armar un equipo ideal para intentar ganarlo todo de una vez y por todas, y completar la asignatura pendiente en el Clásico Mundial.

"Debemos enfocarnos en lo que tenemos y no en lo que pudimos tener", dijo el gerente general Moisés Alou, quien jugó en los dos clásicos anteriores, incluyendo el último para su padre Felipe Alou, quien fue el dirigente.

"Tenemos un gran equipo y, lo más importante, lleno de jugadores que quieren estar aquí", dijo Alou.

República Dominicana jugará sus partidos de primera ronda en San Juan, Puerto Rico, contra Venezuela, España y los locales boricuas. No es por nada que el Grupo C fue considerado el "grupo de la muerte" desde que se anunciaron las llaves de competencia.

Los dos mejores equipos de San Juan avanzarán a la segunda ronda de Miami, contra los dos mejores del Grupo D, que integran Canadá, Italia, México y Estados Unidos. El sistema garantiza que uno o dos favoritos quedarán eliminados en Puerto Rico y al menos un tercero en la Ciudad del Sol.

Para echar el pleito, los dominicanos armaron un trabuco que incluye a los estelares Robinson Canó (2B), José Reyes (SS), Hanley Ramírez (SS-3B), Miguel Tejada (3B-2B-SS), Nelson Cruz (OF), Fernando Rodney (cerrador), José Valverde (preparador de mesa) y Edinson Vólquez (lanzador abridor); veteranos confiables como el relevista Octavio Dotel; estrellas en ascenso como el receptor Carlos Santana, el inicialista Edwin Encarnación y los lanzadores Samuel Deduno y Pedro Strop, y figuras de la pelota invernal como el lanzador Ángel Castro y el jardinero Ricardo Nanita.

El manager Tony Peña no ha anunciado cómo planea alinear su rotación de tres abridores, pero es casi seguro que el zurdo Wandy Rodríguez y el derecho Vólquez, en cualquier orden, abrirán los primeros dos encuentros, y Deduno el tercero.

La alineación más lógica, al menos para el primer partido contra Venezuela, estaría integrada por Santana en la receptoría, Encarnación en 1B, Canó en 2B, Reyes en el SS, Tejada en 3B, Ramírez de bateador designado y Cruz, Nanita y Alejandro De Aza en los jardines.

El choque entre dominicanos y venezolanos, que iniciará las hostilidades en el Grupo C el 7 de marzo, valdrá por partida doble para el ganador, que aún tendrá pendiente un enfrentamiento contra España, equipo que jugará por primera vez en un béisbol de tan alto nivel. Se requieren dos triunfos para pasar a la ronda siguiente.

Curiosamente, en la historia del Clásico Mundial Venezuela no ha vencido a Dominicana, que no ha vencido a Puerto Rico, que no ha derrotado a Venezuela. España nunca ha jugado contra ninguno de los otros equipos del Grupo C.

En el caso de Dominicana, la ausencia de algunos de sus mejores peloteros de la actualidad no debe ser excusa para no alcanzar al menos las semifinales de San Francisco, aunque para una gran mayoría en la isla algo menos que el campeonato no curará las heridas y completará la asignatura que tiene pendiente el país en el Clásico Mundial.

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