ESPN.com 11y

Una cuestión de pausa

BUENOS AIRES -- Sin pausa no hay juego. La frase es antigua y no tiene un autor conocido, pero es una verdad universal, incuestionable. El fútbol se ejecuta con los pies pero se juega con la cabeza y la cabeza no puede pensar bien en medio de un vértigo extremo. Es decir, que para jugar bien al fútbol, es necesario pensar y para pensar es necesario hacer pausa.

Por esta razón, River no logra un buen funcionamiento. Ninguno de los once jugadores que enfrentaron a Vélez está capacitado, desde sus características, para frenar un ataque y engañar al adversario, que es el principal objetivo de un equipo en posesión de la pelota. Todos corren, todos "meten", pero casi nunca se detienen para ver si esa velocidad es lo que precisa el juego en ese momento.

En el verano, Ramón Díaz se cansó de pedir un enganche. Y tenía razón. El hombre apuntado era Jonathan Fabbro, un armador clásico, de los que piensan. No importa si "era el indicado" o no, lo que importa es que es eso lo que precisa el equipo. Y no lo tiene. Ni siquiera en el banco de suplentes. Quizás Christian Ledesma se mantiene como titular por esa razón, pero ya no tiene la lucidez de otros tiempos.

En el encuentro contra Vélez, Díaz volvió a la línea de cuatro y eso funcionó en parte, porque River no sufrió en defensa, pese a algunos errores individuales de Leandro González Pirez y Diego Martínez. Sin embargo, el ataque por los extremos, siempre en velocidad, sirvió sólo para chocar una y otra vez con los defensores de Vélez y con la línea de meta.

Por su parte, el equipo visitante tampoco mostró su mejor cara, lo que convirtió al partido disputado en un repleto estadio Monumental en una verdadera decepción. El conjunto que dirige Ricardo Gareca, con todos los titulares, mostró quizás su peor cara desde la derrota frente a Emelec en Guayaquil. Federico Insúa estuvo desconocido, Jonathan Copete muy errático y Francisco Cerro y Leandro Romero no pudieron solos.

Con este plantel, River estará para luchar por un resultado, para intentar pelear por la clasificación a la Copa Sudamericana, pero no mucho más. No parece estar en condiciones de dar una lucha seria por el título, sobre todo porque Lanús y Newell's están en otro nivel, son equipos formados, con más virtudes que defectos.

Ramón Díaz ya probó a Manuel Lanzini y a Mauro Díaz en la posición de enganche. Ninguno convenció. Hoy, volvió a la línea de cuatro sin enlace. El equipo tampoco funcionó. El problema es de difícil solución, pero por lo menos, el entrenador de River lo conoce: sin pausa, no hay juego.

^ Al Inicio ^