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La NBA según Marc Gasol

Marc Gasol está dejando una huella profunda en el mundo de la NBA. Desde su llegada en 2008, el centro nacido en Barcelona se ha encargado de que su juego evolucione de manera geométrica.

El gigante español será el mejor jugador defensivo de la temporada, con todo lo que eso significa. De un tiempo a esta parte ha visto como dos alas gigantes nacían en su espalda para cobrar vuelo propio, permitiendo que el mundo del deporte olvide el mote de 'hermano de Pau'.

Gasol ha vivido una temporada maravillosa en Memphis Grizzlies. El tándem que nació hace algunos años con Zach Randolph se ha profundizado al punto tal de formar la mejor dupla de internos de toda la NBA, en los dos costados de la cancha.

Hay una vieja premisa que indica que un buen jugador defensivo, en tierra de gigantes, es un gran bloqueador. Esto es tan acertado como incompleto. La NBA está nutrida de los mejores atletas del mundo y es habitual ver piernas elásticas que permiten jugar encima del aro. Sin embargo, es el trabajo conceptual de un jugador, asociado a la labor de equipo, lo que permite transformar lo bueno en increíble. Y lo posible en inevitable.

Gasol es una piedra angular del equipo de Lionel Hollins. Su crecimiento ha sido progresivo y hoy en día es, quizás, el jugador con mayor voz de mando en una estructura de acero. Ha mejorado su velocidad, su desplazamiento lateral y su juego de pies. Marc ha pasado de ser un faro inamovible a convertirse en una brújula de 2.16 mts, con todo lo que eso significa.

El centro español es la llave de la defensa grupal de Memphis. Llega arriba, pero también defiende con maestría acciones de pick and roll y es una garantía en las rotaciones sin balón de su equipo. La clave de todo esto es que le ha sumado a su talento natural una cuota de aprendizaje indispensable para evolucionar. El deporte es diferente a cualquier otra actividad: la joya no puede pulirse hasta que ella misma decide ser pulida.

Sandip Saini, del departamento de estadísticas de ESPN, nos ayuda con algunos números indispensables para poder sostener este trabajo. Desde la temporada 1982-83, cuando se entregó el primer premio a Jugador Defensivo de la temporada, 22 de 30 veces fue entregado a un ala-pivote o a un centro.

Las estadísticas básicas confunden, porque indican que Gasol , con 7.8 rebotes por juego, sería el peor clasificado de esos 22 jugadores. Con 1.7 tapas, el quinto peor de los 22. Y con un robo por aparición, el 11º ubicado en esa lista.

Sin embargo, para poder comprender mejor el fenómeno de Marc hay que entrar al mundo de los números avanzados. Indica Saini que desde 1996-97, la era en la que evolucionó el mundo de las estadísticas, Gasol empata la cuarta mejor eficiencia defensiva de un Jugador Defensivo del año.

Hablamos de eficiencia defensiva al referirnos a los puntos permitidos de un equipo cuando ese jugador en particular está en cancha.

El trabajo defensivo de los Grizzlies como conjunto ha sido fantástico. Tan es así que la eficiencia de Gasol de 94.5, como señala ESPN Stats, es tercera en toda la NBA (mínimo 2000 minutos, 126 jugadores), siendo Tony Allen (94.3) y Mike Conley (95.1) los dueños del primer y segundo lugar.

De todos modos, el trabajo de Marc se ha visto acrecentado de manera profunda luego del All-Star. Después de esa fecha, el centro español ha alcanzado una eficiencia defensiva de 92.1, la mejor de toda la Liga por kilómetros de distancia. Gasol ha profundizado la energía, combinando su actitud envidiable con espejos retrovisores invisibles para ver qué es lo que ocurre a sus espaldas.

Gasol controla a sus rivales con maestría pero algo que pocos observan es su gran capacidad de intuición, tanto para anticipar pases -esto genera decisiones equivocadas del portabalón, no me refiero únicamente al corte directo de una asistencia- y para colocarse en el lugar ideal en la lucha rebotera.

La fuerza para controlar rivales en el poste también es un punto favorable. Nos indica Saini que Gasol lidera la NBA en la defensa sobre quien tiene el balón, con sólo 0.76 puntos por jugada permitidos por partido (mínimo 800 jugadas analizadas en 55 jugadores). Además cede sólo un 40.9% en los TC reales del rival (6º en NBA) y obliga a un 14.5% en tasa de pérdidas (6º en NBA).

Hay todavía más: los Grizzlies permiten 97.4 puntos cada 100 posesiones, lo que los coloca en segunda ubicación tras Indiana Pacers, que ceden 96.6 bajo el mismo análisis. Sin embargo, con Gasol en cancha, los rivales pierden el balón en un 17.3% de oportunidades, lo que los coloca al tope de toda la Liga en este aspecto (los líderes actuales son sus rivales de playoffs, Clippers, con 17.2%).

Cuando Gasol sale, el porcentaje se cae a 15.8%, empujándolos a la medianía (12º) de la Liga en este rubro.

El departamento de estadísticas de ESPN agrega que, con Gasol en cancha, los Grizzlies promedian 18 puntos por juego de pérdidas, lo que los ubica cuartos en toda la Liga. Sin el gigante español, caen a 15.5 unidades por pérdidas, rankeando 20 en toda la competencia. Pequeña diferencia.

Todavía tenemos más bajo la manga, y se trata del Defensive Win Share, que aplica a la cantidad de victorias que un jugador agrega a su equipo en virtud de su defensa. Según indica Basketball-Reference.com, Gasol se ubica segundo en toda la Liga (5.4) detrás de Paul George, el Jugador de Mayor Progreso de la NBA (6.3).

Más allá de los números, que nos permiten observar un crecimiento tan sostenido como impactante, la clave aquí está en la observación completa del fenómeno. Las estadísticas respaldan movimientos acertados de Marc. La defensa es motivación pura, es una inyección de confianza. En ese rubro, estamos viendo a un jugador que no sólo controla a sus rivales sino que también aporta en ataque. Eso es único en esta especie de gigantes: Gasol cierra la bóveda con hermetismo, pero además trae dinero al banco.

Controla cada día mejor los movimientos de pared y desmarque, incluso en el cambio de defensas ante armadores rápidos, tanto en la persecución como en la reacción ante un potencial lanzamiento externo. Cierra los espacios en los atrapes, haciendo que la cancha quede aún más pequeña. Retrocede muy bien sin el balón en el balance defensivo, pese a su tamaño. Contribuye con determinación a la idea grupal que propone Hollins.

Marc Gasol será el Jugador Defensivo del Año, pero hay que entender que esto no es un fin sino parte del proceso. Su evolución aún no ha terminado. Y pese a su altura dominante, aún no conocemos su techo.

La familia que basquetbolísticamente nació en Pau, se extendió en Marc y podría seguir en Adriá, sigue haciendo de las suyas para sorprendernos.

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