Marly Rivera 11y

Nuño siempre recordará el 29 de abril

NUEVA YORK -- Esa lluviosa mañana del lunes salió de su habitación de hotel en Times Square para hacerse de un nuevo teléfono. En la tienda de la reconocida marca de telefonía, nadie miró dos veces al joven hispano con acento californiano vistiendo la gorra de los Yankees que vino a comprar un celular, y, como es usual, al finalizar la transacción le pidieron una tarjeta de identificación.

El zurdo Vidal Nuño había arribado a la ciudad de los rascacielos apenas un día antes, y su única credencial era la de pelotero, pero no de cualquier jugador, sino como miembro de los Yankees de Nueva York.

Al entregarle la tarjeta al empleado, ese anhelado carnet que lo identifica como uno de los solo 25 integrantes de la plantilla de jugadores con mayor reconocimiento en la urbe neoyorquina, las caras incrédulas se miraron unas a las otras.

Nuño confirmó que sí, que él era el nuevo pitcher de los Yankees. Ni él mismo podía creer lo que estaba diciendo. Se tomó fotos con los empleados firmó unos cuantos autógrafos y salió con los pies en las nubes.

Esa tarde se montó en la línea D del tren subterráneo en la estación de Rockefeller Center rumbo a parada de la calle 161 en el Bronx pensando que quizás ese día sería su día. El día con el que soñó desde los cinco años cuando comenzó a jugar al béisbol.

Pero quizás no, el juego amenazaba con ser cancelado por lluvia, y además, con Andy Pettitte programado para estar en la lomita, sus posibilidades de entrar como relevista zurdo ante la anímica ofensiva de los Astros eran prácticamente nulas.

No obstante, al tope de la séptima entrada, cuando ya los Yankees perdían 9-1 en lo que fue la peor salida del legendario zurdo Pettite desde 2008, llegó la oportunidad de Nuño, la que tanto anhelaba desde que su padre le dio una bola de béisbol y le dijo que la agarrara con la mano izquierda a los 3 años de edad.

En su mente lo único que pensaba era: "Enfócate y haz lanzamientos de calidad". Y lo mejor era que tenía a un viejo amigo, Austin Romine, su cátcher de Triple A, al otro lado del plato.

En cuanto subió al montículo todos los nervios terminaron. Todo se silenció y lo único que veía era los dedos de las señales de Romine y la mascota.

El primer bateador, el cátcher puertorriqueño Carlos Corporán, conectó un hit para arrancar la séptima. Una curva que no rompió como quería tras tenerlo en conteo de 2 y 2. Le tomó siete lanzamientos, los nervios eran evidentes.

"Tranquilo Vidal, tranquilo", se dijo a sí mismo Nuño, sabiendo que toda su familia y amigos estaban mirando el partido por televisión.

Matt Domínguez fue su primer out de Grandes Ligas con elevado al jardín central y Nuño sintió su respiración volviendo a la normalidad. Robbie Grossman con uno largo… larguísimo al derecho… pero allí estaba Brennan Boesch. Dos outs.

Un sencillo del venezolano José Altuve le complicó las cosas, pero un error al correr a tercera del boricua Corporán y fueron tres. TRES OUTS. Sus primeros tres outs en Grandes Ligas.

"¿Cuál es la bola qué me van a dar?", pensó secretamente Vidal. El momento estaba por llegar.

La octava entrada arrancó con una bonita curva de 74mph para Brandon Barnes, y el primer strike. El cambio se le quedó afuera así que Romine pidió slider que resultó en doblete. Luego otro Brandon, en esta ocasión Laird, sorprendió con un débil sencillo al central.

Nuño se lo volvió a decir, "ahora es el momento, necesitas concentrarte en hacer picheos efectivos", pero dos bolas consecutivas a Chris Carter no eran parte del plan.

Y ahí llegó el momento. Foul tras una recta de 86 mph, seguidas de dos perfectos sliders. Primer ponche en Grandes Ligas, y la bola que más tarde le entregaría Romine con una gran sonrisa.

Unos débiles aplausos se escucharon en las gradas. Todavía faltan dos outs más.

Otro ponche a Carlos Peña seguido por elevado al jardín derecho, Nuño sonrió, casi celebró, pero sabía que tenía una entrada más.

En la novena volvió al plato Corporán, quien estaba con el bate caliente, faltándole apenas un triple para el ciclo, pero Nuño consiguió que conectara una débil roleta con su primer lanzamiento.... E-6 Eduardo Nunñez. "No puede ser, nuevamente, un hombre en base y 0 outs", se dijo Nuño.

Pero nada importaba, se sentía bien, enfocado, de frente Domínguez, cuatro lanzamientos resultaron en fly out, dos a Robbie Grossman, ambas rectas de 88 mph, force en segunda, y último, el pequeño gigante Altuve, fly al derecho, 8 lanzamientos. Tres outs.

Tras 2 horas y 59 minutos los Yankees sufrieron apenas su segunda derrota en toda la historia en partidos contra Houston, y la primera como los nóveles miembros de la Liga Americana, pero lo único que importaba para el zurdo era que en todas las estadísticas leería lo siguiente:

Vidal Nuño - 3 innings, 4 hits, 0 Carreras, 0 BB, 2 K, ERA 0.00

Nuño celebró, esa sí había sido una salida de Grandes Ligas.

En la noche, el pitcher mexicoamericano regresó a su nueva casa, su bonita habitación de hotel, y empezó a responder a las decenas de mensajes y llamadas de felicitación, y mientras lo hacía, en la mesa de noche veía la bola de su primer ponche en Grandes Ligas: 4/29/2013.

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