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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

El verdugo de Sampras que quiere volver
Sin títulos como profesional y con un ranking que tuvo como pico el puesto 73 hace más de diez años, el nombre de George Bastl cobró fama en el mundo del tenis por una sencilla razón; o mejor dicho, una bien complicada: vencer a Pete Sampras en Wimbledon. Y es que su victoria estuvo, además, llena de condimentos: el suizo había entrado al cuadro de 2002 como lucky loser y en segunda ronda se dio el lujo de tumbar al estadounidense, por entonces N°13 del mundo, que no cedía en la primera semana del All England desde 1991 y que algunos meses después haría efectivo su retiro, luego de ganar el US Open (su célebre 14° Grand Slam).

Pero mientras esos eran los últimos días de Sampras como profesional, Bastl aún quema sus cartuchos en el circuito. El suizo cumplió en abril 38 años y no tiene puntos ATP en singles ni dobles, pero, recuperado de una lesión de rodilla que lo complicó en los últimos años, sigue probando suerte en Futures. En lo que va de 2013 perdió los cuatro partidos que jugó, y sin ganar un set; el optimismo nunca lo entregó: "La edad no es un problema para mí. Todos hacen de su carrera su propio camino. Yo empecé tarde esta etapa de mi vida... me hice profesional a los 24. Y los momentos duros, más las lesiones, han hecho que vea de otra manera el juego. Me siento como si volviera a tener 16...", se abrió con la agencia Reuters.

"Es un gran desafío y una oportunidad de mantenerme activo -siguió-. Sé que debo comenzar bien desde abajo, pero es la única manera de regresar". Sí, regresar. Porque Bastl no es un caso Hrbaty, de aquel alejado de los primeros planos que despunta el vicio en torneos ITF. El suizo va por todo: "Mi meta es jugar uno o dos años y así volver a mi mejor ranking. Siento que todavía puedo lograr resultados en el circuito". Bastl no participa del cuadro principal de un ATP desde febrero de 2009. "Cuanto más grande el desafío, más grande la satisfacción. Soy conciente de todo esto y si fuese algo por lo que no quisiera pasar ni lo consideraría".

Sobre llovido, mojado
La última semana había sido Queen's el escenario y Lleyton Hewitt, la voz denunciante. Esta vez, la bronca se trasladó a Eastbourne y se materializó en Fernando Verdasco. ¿El punto en común? Las lluvias, los apuros posteriores de la ATP por terminar la jornada y los desmanejos en la reprogramación. Concretamente, el español estalló luego de que su duelo de cuartos ante Feliciano López, demorado un largo rato por el mal clima que persistía en suelo británico, se hubiese jugado en una cancha todavía mojada y con una espesa humedad en el aire.

"Las condiciones de la pista no eran las adecuadas incluso antes de que el partido empezara. Le dije al umpire que el suelo estaba resbaladizo, que uno no se podía desplazar hacia los costados... lo mismo a Tom Barnes (supervisor de la ATP). Pero querían jugar no importara cómo", se descargó en conferencia. "Cuando vi cuál era su intención, respondí: ´Ok, si quieren que juguemos así, vamos a jugar así; pero si alguien se lastima, ¿quién se hará responsable?´. Porque la ATP no se va a hacer cargo si nosotros nos lesionamos por el mal estado de la cancha...".

Y así como Paire en Roland Garros, por citar un ejemplo cercano, Verdasco protestó por el "trato diferenciado", que, afirma, reciben los top: "Si yo fuera Rafael Nadal, puedo asegurarlo, me habría resistido a jugar y la ATP me habría dicho: ´No hay problema, vamos a esperar a que la cancha esté bien´. Pero como no soy Nadal ni Federer o cualquiera de esos muchachos, tengo que cumplir lo que diga la ATP. Es así, los que están arriba hacen lo que quieren. Los que no, hacen lo que otros quieren".

1 vs. 2
Finalizado Roland Garros, todo era armonía entre las dos mejores tenistas de la actualidad. Sin contratiempos, Serena Williams vencía 6-4 y 6-4 a Maria Sharapova en la definición y la rusa la llenaba de elogios. "Su triunfo aquí demuestra que a su edad se puede jugar bien, que si se tiene el deseo y la motivación, con 31 años se pueden conseguir cosas. Yo no sé lo que será de mí con 31 años", decía la europea a minutos de la derrota. Pero claro. Los fusibles saltan cuando la menor de las Williams opina sobre sus rivales, algo que no duda en hacer a menudo. Basta recordar el menosprecio a las anteriores números uno, cuando su irregularidad no le permitía estar más arriba. Hoy ella está convencida, y con razón, que es la merecida líder del ranking.

Esta vez, en la edición estadounidense de la revista Rolling Stone, Serena decía: "Comienza toda entrevista diciendo ´Estoy tan contenta, soy tan afortunada´... aburrido. Va a seguir sin ser invitada a las buenas fiestas. Y, bueno... si ella quiere estar con el chico con un corazón negro, que vaya por ello". ¿A quién se refería Serena? Seguramente a la propia Sharapova, quien hoy está de novia con el búlgaro Grigor Dimitrov, exnovio de la norteamericana.

Claro que esto tuvo su respuesta esta semana, en Londres, a horas del comienzo de Wimbledon: "Si ella quiere hablar de algo personal, tal vez debería hablar de su relación con su novio, que ya se casó antes, está recibiendo un divorcio y tiene hijos", respondió Sharapova, dura con su máxima rival en el circuito. "Se puede hablar de otras cosas, pero no llamar la atención. Ella tiene mucho en su vida y muchas cosas positivas. Creo que eso es lo que debe ser".

"Lo que hago en la cancha y lo que hablo en mi conferencia de prensa es estrictamente sobre mi carrera", afirmó, poco antes de debutar en la Catedral, y evitando sus relaciones amorosas. "Estoy seguro que la gente quiere saber más, pero sin embargo, yo trato de mantener mi vida personal en privado. Si hablo con mis amigos, eso es una cosa. Pero yo no salgo y trato de crear cosas que no se deben hablar". Después de tanto escándalo, Serena ofreció disculpas, pero la historia parece estar lejos de cerrarse...

Al US Open, solo como invitado...
¿Recuerdan al rapero Redfoo, el novio de Victoria Azarenka? Claro que lo harán, si cuando acompaña a la bielorrusa a los torneos se las arregla para aparecer en cámara casi tanto como ella. Pues bien, hace unos meses, el líder de la banda LMFAO anunciaba que jugaría los playoffs de la USTA (la Asociación de Tenis de los Estados Unidos), cuyo premio para el ganador es una invitación al cuadro clasificatorio del mismísimo US Open.

Y la fecha llegó: Redfoo, de 37 años, finalmente hizo su aparición en el torneo y su actuación estuvo a la altura de su personaje: fue un verdadero show. En cancha, el músico -cuyo nombre real es Stefan Gordy- cayó por 6-1 y 6-2 y rápidamente le dijo adiós a cualquier ilusión de jugar en Flushing Meadows (también perdió en doble mixto, con la local Ayaka Okuno, a quien entrena); pero todo lo que rodeó al juego en sí hizo de su paso por el Tennis Club de Salinas (California) un singular espectáculo.

Redfoo salió a la pista con su habitual combo de vincha y anteojos, ante la mirada de cientos de curiosos que se acercaron a verlo. De fondo, sonaba "Heart of a Champion", su último single, que incluye los clásicos "gritos" de Azarenka en su mezcla electrónica. El rapero disputó el partido con zapatillas de básquet, hecho que lo hizo caer en tres oportunidades. Ante los repetidos problemas de estabilidad, un joven del público le preguntó cuánto calzaba y, sí, le ofreció las suyas. Postales de exhibición, pero en un marco oficial.

Mi amigo Andy
La primera semana de 2013 mostró a Andy Murray victorioso en Brisbane, abriendo con sumo éxito una temporada que tiempo más tarde lo vería finalista en el Abierto de Australia. Pero tras aquel título en enero, el escocés revelaba otra historia que atravesaba su vida por entonces. "Quiero dedicarle este triunfo a uno de mis mejores amigos -decía, trofeo en mano-. Él ya está de nuevo en casa, viendo desde allá. Y vas a superar esto...". Ese cambio en la enunciación del final, ese pasaje de la tercera a la segunda persona era todo un símbolo. Como si, cámara mediante, entregara un mensaje directo.

Y así fue. Del otro lado de la pantalla estaba Ross Hutchins, doblista británico, íntimo amigo de Murray y a quien días atrás le habían confirmado que padecía la enfermedad de Hodgkin, un tipo de linfoma maligno que lo fue alejando del deporte. Hoy, superada la instancia de quimioterapia y a la espera de estudios definitivos, Hutchins recordó aquel momento: "Fue todo muy especial, significó mucho para mí. Esperaba que ganara el título, no que diera ese discurso. Mi novia se puso a llorar y ella no es de quebrarse. Fue un momento muy especial para nosotros, algo que compartimos juntos y que no vamos a olvidar jamás", le relató a la CNN.

Desde entonces, Hutchins puso sus energías en hacer del tenis una vía para ayudar a quienes padecen de cáncer, organizando activamente un partido de caridad que tuvo lugar en Queen's, torneo que -para que todo fuese perfecto- ganó Murray. Allí, su amigo se unió a una exhibición de la que también participaron Ivan Lendl, Tomas Berdych y Tim Henman. Todo lo recaudado fue para The Royal Marsden Cancer Charity, que sustenta al hospital donde Hutchins fue tratado. Y la suma incluyó un aporte particular: los 115 mil dólares de premio que Andy había ganado por el título.

Tienes un nuevo mensaje en Twitter
Las maneras de comunicarse van de la mano de la evolución del humano y de la tecnología. Cualquier recurso es válido en caso de una emergencia, claramente. Señales de humo, llamado por teléfono, correo electrónico y, la reciente aparición, mensaje vía red social. La italiana Flavia Pennetta fue la encargada de dar la nota hace unos días.

La exnúmero uno del mundo en dobles se encontraba disputando el torneo de Eastbourne y le llegó un aviso. Su compañera de dobles en los últimos certámenes y pautada para Wimbledon, la rusa Svetlana Kuznetsova, se bajaba del torneo por una lesión. ¿Entonces? Su primera alternativa, su compatriota Francesca Schiavone, con quien hizo semifinales en la Catedral en 2012, ya estaba anotada con la australiana Samantha Stosur. "¿Qué hago?", habrá pensado Pennetta. Y ahí se le ocurrió acudir a la velocidad virtual.

Hola, Andrea. ¿Quieres jugar dobles en Wimbledon? Tenemos 45 minutos para firmar. Gracias. El mensaje de la italiana tenía como destinataria a la alemana Petkovic, no tan asidua jugadora de dobles, pero que venía de estar en Roland Garros con su compatriota Kerber como dupla. La respuesta de la teutona, vale decir, no llegó vía twitter, pero sí fue afirmativa. Contrarreloj, pusieron sus nombres a tiempo y ahora esperan por las locales Jade Windley y Samantha Murray en primera ronda. Todo gracias a las redes sociales.