Washington Cucurto 11y

Hay que estar a la altura

BUENOS AIRES -- Fue incontable, realmente conmovedor y único el gran sentimiento demostrado por los hinchas del Rojo en el debut en la B Nacional.

Como cronista de espndeportes, conocido y admirado por miles de hinchas, fui una usina de información, mensajes, deseos, promesas y esperanzas. Las recibí a todas con los brazos abiertos. Mi casilla de mails explotó y prácticamente, a cada cuadra que caminaba por el barrio de Boedo, un hincha del Rojo se me acercaba para decirme o pedirme algo.

¡Emotivo, conmovedor, único! Los hinchas de Independiente, puedo decir son felices. Eso me dijo Ramiro Gallardo Fonseca, vecino del bar La Academia y habitué dominical de ese bar. "Como hincha del Rojo, Cucu, quiero que escribas que todos los hinchas de Independiente lo bancamos a muerte en cualquier categoría y vamos a volver..."

Fui al Parque Rivadavia a comprar libros usados y aparecieron tres hinchas del Rojo, con las camisetas de Tula y Montenegro y me dijeron: "Cucu, hoy comienza una nueva etapa, vamos a ver el partido al Bar Metrópolis, uno de los más viejos de la Ciudad. Escribí algo a favor del Rojo, no te olvidés del Gran Diablo de Avellaneda y vamos a volver..."

El afecto y la esperanza de los hinchas en la calle de un sábado histórico, donde Independiente inauguraría su paso por la B enfrente a Brown de Adrogué, me obligaba a pensar en este gran equipo.

Sin embargo, más allá del afecto de los hinchas, de las ganas de que Independiente comience un buen ciclo, en la A o en la B, o donde sea, parece un sueño todavía lejano. Por mas piropos y frases poéticas que pueda escribir en este sitio. Por más que trate de tapar la realidad con un manto de lenguaje, El Rojo de Avellaneda comenzó mal.

Muy mal. Independiente perdió en su cancha, en un estadio lleno de simpatizantes, ante un pobre y deslucido equipo de Brown de Adrogué que recién asciende de categoría.

El equipo visitante fue más inteligente, cortó los espacios, jugó más y le ganó por 2-1. Y a veces, queridos lectores, lo único importante que queda de un equipo es su hinchada, su apasionada fanaticada que lo sigue a donde va, aunque el equipo haya dejado de ser tal, hace años...

Y desgraciadamente, el entusiasmo, la polenta, los deseos de salir delante de sus hinchas no se corresponde con el presente lamentable del equipo.

Independiente mostró su peor cara. No estuvo a la altura de un debut en un campeonato tan importante como la Primera B Nacional. ¿Qué le sucederá de ahora en más? Me da pánico, siquiera pensarlo.

Sin embargo, escribo para esos hinchas desesperados que me escribieron, se animaron a pararme en la calle, a pedirme por favor que escribiera a favor de su equipo. Y lo haría con gusto, pero es tan poco lo que se puede decir del Rojo.

Por eso, prefiero no traicionar a su hinchada, a su gente gloriosa y dedico este comentario a todos aquellos que sueñan, que quieren de verdad al Rojo. Pido que todos los que no estén a la altura histórica de este momento den un paso al costado.

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