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Toda Venezuela en vilo

Pablo Sandoval pasó días insistiendo ante el alto mando de los Gigantes de San Francisco, esperando conseguir el permiso para jugar en la final venezolana. Franklin Morales desafió una prohibición de los Rockies de Colorado y Elvis Andrus convenció a los Vigilantes de Texas para que le dejaran regresar y tomar parte del choque más esperado de las últimas décadas en esta nación amante del beisbol.

Venezuela está en vilo por el duelo entre los dos equipos de mayor arraigo popular aquí, un choque que apenas ha ocurrido tres veces desde la fundación de la liga, en 1946, y que ha puesto hasta al Presidente de la República a hablar de pelota y hacer votos por su equipo durante sus constantes apariciones públicas.

Los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes disputarán la corona en la serie decisiva del circuito invernal venezolano, un choque al mejor de siete juegos, que se disputará entre el 21 y el 29 de enero y que ha puesto a todo el mundo, peloteros, aficionados y personajes públicos, a buscar el modo de opinar sobre lo que está por ocurrir.

Más de medio país es caraquista o magallanero, según la más reciente encuesta que hizo la empresa Datanálisis, famosa por acertar los resultados de los procesos electorales nacionales.

"La brecha entre los dos equipos se ha ido cerrando, pero Magallanes mantiene una pequeña ventaja sobre el Caracas, gracias al apoyo que recibe a nivel nacional", explicó Luis Vicente León, director de Datanálisis, cuando le preguntamos por la medición. "Los demás equipos son fuertes en sus regiones, Caracas y Magallanes tienen seguidores en todo el país".

El atractivo de un tope entre tan formidables adversarios justifica, en parte, que hasta Carlos Guillen, entrenándose por su cuenta desde hace dos meses en la ciudad de Maracay, decidiera presentarse en Valencia, la sede de los Navegantes, para tomar práctica de bateo con el uniforme de los bucaneros y dejar colar el rumor de que tramitaría el permiso ante los Tigres de Detroit para jugar la serie.

Guillén no jugará -- tampoco Sandoval, a quien San Francisco prefiere tener en Arizona, terminando su régimen de preparación antes del spring training--, pero la anécdota retrata lo que en la tierra de Luis Aparicio envuelve una confrontación entre turcos y melenudos, un sentimiento que se remonta casi a los inicios de este deporte en la nación suramericana, cuando aún se jugaba beisbol aficionado.

¿TERCERA Y VENCIDA?

La nave se adueñó de las dos primeras finales entre los Eternos Rivales de Venezuela.

Carlos García, actual manager de los azules, fue una de las grandes figuras en el éxito magallanero de la 93-94, cuando se unió a Álvaro Espinoza y un notable grupo de criollos que le dio a su divisa la primera corona después de una sequía de 15 años.

Esa serie llegó a siete partidos y hasta el entonces presidente Rafael Caldera, magallanero como Hugo Chávez y Carlos Andrés Pérez, metió baza, en una memorable transmisión en cadena de radio y televisión en la que anunció su gabinete.

Richard Hidalgo, una de las presencias veteranas en la cueva de los nautas, encabezó el brillante roster que ganó en cinco choques la final del campeonato 96-97.

El tercer duelo es diferente a aquellos. Sobreviven algunos guerreros de entonces, como García, Hidalgo, Edgardo Alfonzo y el coach Gregorio Machado, todos magallaneros, y el coach caraquista Manuel González.

Pero las condiciones son otras.

Primero, están las presiones del beisbol organizado, algo que amenazó con desmantelar a ambos protagonistas.

Los felinos no pudieron tener esta vez a Franklin Gutiérrez, Alex González, Marco Scutaro, Carlos Carrasco ni Armando Zerpa, y perdieron durante el torneo a Jhoulys Chacin, Hector Rondon, Armando Galarraga, Ronald Uviedo y casi se quedan sin Guillermo Moscoso, Franklin Morales y Edgmer Escalona en plena recta final.

Los bucaneros no contaron con Guillén ni Aníbal Sánchez, y dijeron adiós en plena campaña a su antesalista Sandoval, su campocorto Andrus, su camarero Andres Blanco, su inicialista Miguel Montero, su centerfielder Ezequiel Carrera, sus ases Radhamés Liz y Fernando Nieve, el utility Reegie Corona y los lanzadores Yusmeiro Petit y Edward Mujica. Al menos Andrus, Carrera y Corona estarán para la final.

La otra gran diferencia está en la posibilidad de reestructurar las nóminas hasta un extremo casi surrealista. Algunas de la principales estrellas de los eliminados Tigres de Aragua y Cardenales de Lara ya formaban parte de los rosters de ambos clubes, y la llegada de nuevos importados, procedentes la mayoría de República Dominicana, y un nuevo draft con los peloteros de los equipos eliminados en la semifinal, han terminado por diseñar escuadras que en nada se parecen a aquellas que lideraron la tabla de posiciones a finales de diciembre.

Tanta diferencia también hace que sea difícil escoger un favorito.

La rotación del Magallanes mantiene al joven revelación José Sánchez, cuenta desde hace tres semanas con el curtido Jason Simontacchi, procedente de los Cardenales, y ahora ha agregado al cubano Raúl Valdés, procedente de Quisqueya, y a Jim Brower, tomado de las Águilas del Zulia, el martes.

La rotación del Caracas puede mantener a Morales por una sola salida, porque los Rockies han pedido que al menos sea pasado al bullpen.

Detrás del zurdo irán Moscoso y Gustavo Chacín, a quienes se agregaron Jason Standridge y Ramón Ortiz, procedentes de los Tigres del Licey.

¿QUIÉN MANDA A QUIÉN?

Los Leones, en medio de este panorama, parecieran estar ligeramente aventajados ante los Navegantes, que terminaron la semifinal con Alfonzo e Hidalgo incapacitados y la banca obligada a alinear todos los días.

Los felinos han lucido el mejor pitcheo de la postemporada, con 3.77 de efectividad colectiva, y los turcos han puesto la mejor ofensiva, con 107 carreras anotas en los 16 juegos del round robin.

La serie particular en la primera parte de los playoffs quedó igualada 2-2, con la rareza de que nadie ganó sus encuentros en casa. En la eliminatoria dominaron los nautas 6-3, aunque aquellas novenas eran muy diferentes a estas, como para sacar conclusiones.

Los dos compartieron la vanguardia en la ronda regular. Magallanes aventajó por un juego al Caracas en la semifinal.

Los Navegantes reforzaron su bullpen con Francisco Rodriguez, cerrojo de los Mets de Nueva York y de los Tiburones de La Guaira. El "Kid" ahora encabeza un cuerpo de relevistas que cuenta con Jean Machí, doblemente galardonado como Cerrador del Año y Pitcher del Año, así como con varios de los apagafuegos más eficaces del torneo, entre ellos Rafael Cova y Clevelan Santeliz.

El cuerpo de bomberos de los Leones no es menos sólido. Juan Carlos Gutiérrez ya ha trabajado el noveno inning con los Cascabeles de Arizona y ha estado impecable en la zafra 2009-2010, junto con Órber Moreno, el dominicano Armando Gabino, Escalona y posiblemente Morales, cabezas visibles de un staff que dominó a sus anchas en la semifinal.

Ambos lineups prometen, aunque los turcos dependerán de que Hidalgo y Alfonzo recuperen la salud.

El curazoleño Yurendell De Caster y el quisqueyano Emilio Bonifacio son los rostros nuevos en la nave, con Bonifacio como abridor de una alineación que tiene fuerza, gracias a Hidalgo, el también jardinero Michael Ryan y el receptor Robinson Chirinos, una de las revelaciones del torneo.

Luis Rodríguez, que llegó de Aragua como uno de los sustitutos de la importación, formará la llave de dobleplays con Andrus y suele poner elevados promedios de embasado.

Los melenudos también estrenan primer bate, Grégor Blanco, quien llega de La Guaira y será el centerfielder que tanto buscaron desde que Jon Jay se marchó en noviembre.

Detrás de Blanco seguirá el grupo que comenzó lento en la semifinal, para terminar anotando al menos cinco carreras en sus últimos seis juegos. Es clave que Josh Kroeger, el único zurdo, y Wilson Ramos, el único slugger natural, ratifiquen su despertar con el madero, para redondear un orden ofensivo donde destacan Jose Lopez, Jose Castillo y Jesus Guzman.

Castillo ha pasado las últimas semanas toreando las llamadas de su nuevo equipo en Japón, Yokohama BayStars, pidiéndole que deje de jugar. El capitán no oficial de los Leones sigue en acción, aunque en un ultimátum le han fijado el 28 como la última fecha para pisar el archipiélago asiático. La final terminará el 29, si llega al máximo de siete partidos.

Y es que las presiones del extranjero afectan a los dos contendores y no sólo provienen del beisbol organizado, aunque hace unos días un polémico analista político, también magallanero, criticó a los clubes estadounidenses mientras entrevistaba al presidente Chávez.

¿La queja?: Prohibirle a Sandoval jugar con los Navegantes.

Oswaldo "Ozzie" Guillén, el manager de los Medias Blancas de Chicago y una figura de relevancia en el país, le pidió un día después al comentarista político que no hablara de lo que no conoce.

Eso no es posible. En Venezuela hoy todos hablan de beisbol y todos saben de pelota, pues por fin Caracas y Magallanes vuelven a verse las caras en una final.

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