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Evaluación de cierre: Tottenham

LONDRES -- Es raro que haya una sensación de positividad en torno a un club que acaba de vender a su mejor jugador, pero ese fue el caso de los Spurs el verano pasado. El dinero se había invertido con decisión, y jugadores reconocidos como Paulinho, Roberto Soldado y Erik Lamela se unieron al club con honorarios récord.

La actividad de transferencia del Tottenham fue descrita como vender a Elvis para comprar a los Beatles. Lamentablemente, la mayoría de los siete fichajes tuvieron un impacto más semejante a Pete Best y a Stuart Sutcliffe que a Lennon y McCartney. En retrospectiva, el club compró demasiados jugadores ajenos a la Premier League y se las arregló para seguir desatendiendo los problemas evidentes dentro de la plantilla. Los Spurs han tenido un solo lateral izquierdo adecuado en las últimas dos campañas, mientras que la falta de un reemplazante para Luka Modric podría haber pesado tanto como la ausencia de Bale.

Los Spurs tuvieron un desempeño muy flojo en la primera etapa de la temporada y Andre Villas-Boas pagó con su trabajo. Esto podría haber sido justificable si hubiera habido un buen reemplazante disponible, pero en cambio Tottenham no tuvo más alternativa que designar a un novato en Tim Sherwood. Con Sherwood en un contrato a corto plazo, la temporada se sintió como una pérdida de tiempo a partir de ese momento, y así fue hasta que lo despidieron el martes.

Alumno estrella
Christian Eriksen merece crédito por haber tenido el mayor impacto entre los nuevos fichajes y promete mucho para la próxima temporada, pero es un jugador más veterano quien más me ha impresionado esta temporada: el portero Hugo Lloris ha mantenido altos sus estándares mientras que otros internacionales experimentados como Jan Vertonghen y Paulinho se dejaron estar. Ha cometido errores, pero estos han sido ampliamente superados en número por atajadas imposibles que pocos arqueros de la Premier League podrían igualar.

Alumno decepcionante
Hay mucha competencia aquí. El tiempo le ha pasado factura a Michael Dawson, mientras que Kyle Naughton y Danny Rose han tenido una campaña repleta de errores durante la cual fueron perdiendo gradualmente la confianza.

Sin embargo, con tanto dinero gastado en el verano, el Tottenham tenía derecho a esperar más de sus fichajes estelares. De todos ellos, Paulinho es quien más me ha decepcionado. Tiene talento, como lo demostró con una buena actuación en el último partido de la temporada contra el Aston Villa, pero lo que decepciona es su esfuerzo. Desde que se lesionó en diciembre, el brasileño ha jugado sin compromiso. Ningún jugador quiere sufrir una lesión antes de una Copa del Mundo, pero las actuaciones de Paulinho mostraron a un jugador que no tiene ningún respeto por el club que paga su salario.

Notas del profesor
Hay dos hombres a evaluar aquí, que resultaron ser polos opuestos. Andre Villas-Boas fue demasiado rígido con sus tácticas. Con los jugadores indicados podrían funcionar, pero a pesar de que estaba claro que no tenía los ingredientes adecuados, AVB insistió con la misma receta.

Nadie podría acusar a Tim Sherwood de inflexibilidad táctica, o de poseer sentido táctico alguno. Cambiaba las formaciones y el personal tan a menudo como la gran variedad de atuendos oficiales del club que vestía. Sobraron bravatas y faltaron resultados.

En última instancia, fue su incapacidad de callar lo que resultó ser su perdición. Como fue el caso con Villas-Boas, los resultados con Sherwood han sido bastante buenos. Son las actuaciones generales las que fueron más reveladoras, sobre todo ante los cuatro primeros, a quienes los Spurs les sacaron un solo punto en ocho partidos.

Nota final: D+
A pesar de todo lo que ha ocurrido con el club, el Tottenham de alguna manera se las arregló para terminar con apenas tres puntos menos que el registro total de la temporada pasada. Dicen que la tabla de la liga nunca miente, pero no siempre ofrece una imagen clara.

Los Spurs no han lucido como serios contendientes a una de las cuatro primeras posiciones, lo cual ha quedado claramente demostrado en sus actuaciones mayormente caóticas ante los equipos que sí clasificaron para la Champions League. En cambio, los fans se encontraron deseando que el equipo terminara séptimo lugar de sexto, para evitar otra temporada en la Europa League.

La mayor decepción ha sido la sensación de futilidad de esta temporada, que llegó con el nombramiento de Tim Sherwood como director técnico. Nunca fue probable que durara en el cargo más allá del verano, lo cual creó un problema para él y para el equipo. Daniel Levy es el culpable de esto y de la consecuente D+.

Para usar una frase manida de un informe escolar, Levy debe mejorar. Y eso debe comenzar con el nombramiento de su próximo DT.