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MIAMI -- El presidente de los Indiana Pacers, Larry Bird, convocó una reunión con Lance Stephenson antes del juego del pasado viernes [donde fueron eliminados por el Miami Heat], dos días después de que Stephenson recibiese la segunda sanción de la Final de la Conferencia del Este por soplar en el oído de LeBron James.  "Me dijo que no lo volviese a hacer, así que no se volverá a repetir", declaró Stephenson tras aquella última sesión de entrenamiento de los Pacers en esta temporada. "Ha guiado mis pasos durante toda mi carrera, y si me dice algo, para mí eso es sagrado". Cuando le preguntaron qué cree que habría sucedido si Stephenson hubiese soplado en el oído de Bird en la época en que éste jugaba, Stephenson habló sin tapujos. "Probablemente se hubiese producido una pelea", respondió. "Pero este deporte es distinto a como era en la década de 1990. No se pueden hacer soplidos". Stephenson se ha convertido en una distracción constante en aquella serie eliminatoria y ha acaparado mayor atención por sus comentarios fuera de la cancha y por su comportamiento en la cancha que por el juego que ha mostrado. Además de las sanciones por simular faltas y por soplar en el oído de un rival, Stephenson se enzarzó en disputas verbales con James y con Dwyane Wade. "No voy a decir nada más sobre Lance Stephenson durante el resto de las eliminatorias", había mencionado el pasado viernes Chris Bosh, la tercera superestrella del trío de constelaciones que tiene Miami. Lo realmente extraño de todo este asunto es que el mismo Stephenson admitió su duda sobre aquella táctica. "Creo que no puedo conseguir provocar a LeBron", dijo. "Es el mejor jugador de la Liga y sabe cómo hacer frente a este tipo de situaciones. Creo que no conseguí ni que se inmutara. Siento un gran respeto por él. Va a lo suyo y siempre hace un gran partido". Esas declaraciones hacen que uno se haga aún más preguntas acerca de lo que motiva el comportamiento de Stephenson.
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