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Derretidos por las circunstancias

SAN ANTONIO -- El calor hizo estragos en el primer encuentro de las Finales entre San Antonio Spurs y Miami Heat. Una falla en el sistema del aire acondicionado colocó el termómetro en cerca de 90 grados Farenheit (32.2 Celsius) en el interior del AT&T Center, una temperatura que mermó el físico de los jugadores de ambos equipos y que pudo ser determinante en los calambres que sufrió LeBron James a falta de cuatro minutos para el final.

"Fue una circunstancia inusual. Nunca antes había jugado en un edificio así. Era como jugar en high school. Bebí mucha agua durante el descanso e incluso me cambié el uniforme para tratar de quitarme todo el sudor. Nuestro cuerpo técnico trató de hacer lo máximo posible dándonos toallas húmedas y bolsas de hielo en los tiempos muertos", apuntó James.

Paradójicamente, fue el Heat el equipo que más duro pagó las consecuencias del calor. Además del revés de LeBron, los jugadores del plantel colapsaron en los últimos compases de la cita al tiempo en que los Spurs lucieron más frescos.

"Fue un ambiente inusual", destacó Erik Spoelstra. "Estamos acostumbrados a tener ambientes cálidos en este momento del año, pero ambos equipos tuvieron que lidiar con ello. Tan solo tratamos de hidratarnos lo más que pudimos", agregó.

Los miamenses lo pasaron mal sobre la duela y tanto Chris Bosh como LeBron James llegaron a pedir el cambio en momentos determinados. A pesar de ello, el propio Spoelstra tuvo que poner orden cuando un ansioso LeBron trató de regresar al encuentro mientras se dolía de la pierna izquierda en el último tramo del partido.

"En un momento dado comenzó a levantarse cuando quedaban tres minutos y medio para el final. Le miré y le dije 'ni lo pienses, no te puedes mover'", apuntó. "No hay que poner excusas, ambos equipos lo sufrieron.

Spoelstra descartó rápidamente la teoría de la conspiración propuesta por un periodista en la sala de prensa. Y, por si quedaban dudas, apareció en escena el presidente de operaciones de la NBA, Rod Thorn, para esclarecer lo sucedido y explicar por qué decidió no suspender la cita.

"Una vez el partido comienza, son los árbitros los encargados de que decidir si se juega o no. En ningún momento se acercaron a mí y yo tampoco sentí que debiera suspenderse. Estaba sentado en la segunda fila, si hubieran pensado que no se podía continuar, se hubieran acercado a decírmelo. Las condiciones fueron las mismas para ambos equipos. Se trata de una de esas cosas desafortunadas. Obviamente preferirías tener el aire acondicionado como suele estar. Esta noche no fue así. El partido continuó y se jugó", argumentó Thorn.

Mientras unos sufrieron las consecuencias de la falta de aire acondicionado, otros como Tony Parker no notaron diferencia alguna con otras situaciones a las que se ha enfrentado.

"Personalmente no me molestó, me sentí como en Europa", destacó el armador. "Es como si hubiera estado jugando el Europeo, nunca tenemos aire acondicionado en Europa, así que no me molestó", afirmó.

Siendo la victoria de los Spurs incontestable gracias a su abrumadora manera de jugar al básquetbol, basada en el movimiento de balón (superaron al Heat 30-16 en asistencias), a su finura en la pintura (39-29 en rebotes y 48-36 en puntos en la zona) y a la capacidad para rehacerse tras 23 pérdidas de balón que les costaron 28 puntos (el Heat los perdió en 18 ocasiones que significaron 27 puntos), lo cierto es que unos y otros quedaron derretidos por unas circunstancias que nunca antes se habían visto en unas Finales de la NBA.