Carlos A. Nava 10y

Cotto, primer tetracampeón boricua

NUEVA YORK -- Miguel Cotto ni siquiera tuvo rival arriba del ring.

Derribó dos veces en el primer asalto a Sergio "Maravilla" Martínez, quien cedió su corona sin problemas al hoy primer campeón mundial puertorriqueño en cuatro diferentes categorías.

Cotto (39-4, 32 ko's) se ciñó el título Mediano del Consejo Mundial de Boxeo con un contundente nocaut técnico en el décimo episodio, después de castigar a placer por todos los rincones del ring y exhibir su mejor boxeo frente a un oponente casi nulo.

Conquistó su octavo triunfo en nueve presentaciones en la más mítica arena de boxeo en el planeta, el Madison Square Garden.

Al momento de detenerse el combate, el retirado referí miembro del Salón de la Fama del Boxeo y analista de ESPN, Joe Cortez, llevaba un puntaje de 90-78 en su tarjeta.
Desde el campanazo inicial, "Maravilla" con su rodillera se notaba incómodo en su manera de plantarse y tratar de comenzar a boxear.

Pero más incómodo quedó cuando el primer golpe sólido de Cotto fue al oido y quedó muy dañado de manera visible, en particular del equilibrio, entre golpe y rodilla.

Cotto tuvo poco o nada de piedad y se fue encima sin parpadear, para de nueva cuenta conectarlo y enviarlo de nuevo a la lona, ante la locura de un Madison Square Garden lleno a reventar.

El grito de ¡Cotto, Cotto, Cotto! ya era ensordecedor antes de comenzar la pelea; después de ese primer asalto de ensueño para los boricuas, la arena ya era una sucursal del manicomio.

De cualquier manera, Cotto salió concentrado y disciplinado para el segundo episodio en el que Martínez (51-3-2) de nuevo fue a la lona, aunque ahora por un resbalón.

Su cara y la de los argentinos que como quiera hicieron sentir su presencia era más que desconcertante, cuando vieron a un boxeador mucho menos pesado y alto, darle una cátedra a su ex campeón.

"El Maravilla" se las ingenió para salir adelante rumbo al tercer capítulo. Pero la escasez de golpeo y su caminar lento hacia atrás señalaban lo que quizá pasaba por su mente...

Mientras, el intento y golpeteo de Cotto hacia el cuerpo también hacian su trabajo; en especial hacia la zona hepática.

El puertorriqueño nunca se avorazó; siguiendo el plan de pelea que tanto anticipó su entrenador Freddie Roach.

Para el cuarto, la rutina era la misma; nunca pareció Martínez estar cómodo ni conectar a Cotto, a pesar de que por momentos intentó atacar, exigió combate a rival y trataba de automotivarse.

En el quinto, Cotto castigó al cuerpo, como ya era costumbre, y conectó un izquierdazo a la mandíbula que provocó la reacción de los fans, suyos y ajenos. Y "Maravilla" seguía caminando de reversa, lento como nunca.

Los siguientes episodios fueron similares, sin que Cotto pudiera finalizar el trabajo. Y lo más aplausible para Martínez a esas alturas era su valor para seguir en el ring de pie, que su boxeo.

Era un hecho que parte del plan de Roach era exigir el máximo de la rodilla derecha lastimada de Martínez. Cotto realizaba muchos movimientos laterales y se notaba que a su oponente le costaba trabajo reaccionar con las piernas.

En el noveno, Cotto se fue al frente desde el campanazo: primero conectó un recto al rostro, similar al que cerró el capítulo anterior; después un izquierdazo directo a la quijada, luego otro derechazo a la mejilla y el siguiente envío al suelo a "Maravilla" con su tercera caída de la noche. Y hasta ahí llegó.

Martínez ya no salió para el décimo, para que el referí decretara el nocaut técnico.

Así, el Garden impuso una nueva marca de asistencia, de 21,090 aficionados, y Cotto una de títulos en diferente categoría para su país, cuatro, para que el festejo puertorriqueño en Nueva York siguiera todo el fin de semana.

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