ESPNtenis.com 10y

Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Andy Murray, el caballero británico
Fernando Verdasco estaba contra las cuerdas. Dos sets y quiebre abajo, sirviendo para mantener alguna chance ante Murray en octavos de París. Con ventaja, impacta un potente saque que el escocés falla en devolver. Es 4-3 para el británico, antes del que podría ser el último cambio de lado del partido. Pero mientras el español llega a su silla, el umpire francés Pascal Maria advierte que el punto debe repetirse...

¿Por qué? Previo al impacto de Murray, un línea había cantado mala la pelota de Verdasco. Por eso, pese a que el saque había sido bueno, era necesario reiterar la acción. Argumento fundamentado en el reglamento, pero insuficiente para las pulsaciones del momento: "¿Me estás cargando?", gritó furioso el español, cuya ira fue en aumento, incluyó repetidos llamados al supervisor del torneo y un extensivo descargo post partido.

Ante el desconcierto ajeno, Murray intervino y cortó por lo sano: afirmó que el grito no llegó a interferir en su golpe y le concedió el punto al rival. "La regla está, pero es una zona gris realmente. Fue un gran saque y yo simplemente fallé en la devolución", explicó el jugador luego de la victoria.

Pero habría segundo capítulo. La ronda siguiente, con Monfils en cuartos, escena repetida: Murray sacaba 5-1 y 40 iguales en el segundo parcial, después de haber desperdiciado siete break points ante un Monfils que empezaba a despertarse. Tras un peloteo de fondo, al escocés se le cae una pelota del bolsillo justo antes de impactar una derecha a la red. Festejo del público local, puño apretado de Monfils, pero claro, el punto -otra vez- debía repetirse.

Aquí la reacción no fue solo de su oponente sino de todo el Philippe Chatrier (vale recordar que el encuentro mandó a Rafael Nadal y a David Ferrer a recrear la final de 2013 a la segunda cancha de Roland Garros). Pero la respuesta de Murray fue la misma: la acción no interfirió, el punto debe ser para mi rival. Y una vez más, el karma estuvo con el británico, que acabó llevándose la manga, el partido y el retorno al Top 5 de la ATP.

Recuperando amistades
"¿Novak? No me cae demasiado bien. Nos conocemos desde los 12 años. Él era un chico normal. Pero desde su primer gran resultado cambió. Sus ojos cambiaron. Y no me gusta la gente que hace eso". Nueve meses atrás, Djokovic era el blanco de turno de Ernests Gulbis. Y el contraste entre un recuerdo lejano y común en Munich (coincidieron dos años en la Academia de Nikola Pilic, ex N°12 ATP) y un presente distante.

En París, el circuito los volvió a cruzar después de tres temporadas y las memorias recobraron vida en boca del letón, con una concesión en cancha y una anécdota particular: "Ya entonces él era todo un profesional. Recuerdo que junto a nosotros había un chico croata, pero lo suyo era otra cosa: estar bien vestido, perfumado, lentes de sol y a conseguir chicas. Mientras pasaba todo eso, vos lo veías a Novak y él estaba, no sé, elongando o haciendo ejercicio...".

"Un día me dijo: 'Puedes tener a todas las chicas del mundo. Pero para ser realmente exitoso en el tenis tienes que... [esforzarte]'. Algo así fue. Ese era el pensamiento de un chico de 15 años. Esas cosas no se olvidan".

¿Cuál fue el guiño en cancha? Un punto cedido por el serbio, tras un pique dudoso, y luego la devolución del letón en una jugada similar. "Fue un lindo gesto el que tuvo Novak. El umpire cantó que mi saque había sido malo, él revisó la marca y me dio el punto. Me hizo acordar, y le hice un chiste a la pasada, a cómo Niki nos enseñaba a chequear los piques en Alemania. Cuando fue al revés no dudé en hacer lo mismo. No me gustan los puntos gratis".

Errani y una polémica en el medio
Sara Errani acaba de sellar otra victoria en dobles junto a Roberta Vinci. Ambas están ya en cuartos de Roland Garros, pero a la N°1 italiana también le queda vida en singles, a la espera de Jelena Jankovic en octavos. Comienza la conferencia post partido. Tres preguntas después, el clima se enrarece:

-¿Sara, qué expectativas tienes del cruce con Jankovic?
-Hoy hablo solo del dobles. Si quieren preguntar por singles, deberían haber venido a la conferencia de ayer, cuando le gané a Glushko.

Al hueso, sin rodeos y al margen de cualquier contemplación, mientras los periodistas italianos explicaban que al mismo tiempo de su mentada atención a la prensa estaba jugando Fabio Fognini ante Gael Monfils, en un encuentro que se extendió por cinco cambiantes mangas. El desplante lógicamente derramó tinta de sobra contra la actitud de Errani, pero tras el célebre choque con Jankovic, la jugadora llegó a la nueva conferencia con un contraataque preparado:

"Para no quedar presa de los nervios y el cansancio, y correr el riesgo de ser malinterpretada, he preparado estas líneas -leyó, ante los periodistas con los que se había cruzado un día antes-. Todos saben que soy una chica tímida, a la que no le gusta ser el centro de atención. Pero siempre traté de ser un buen ejemplo, dentro y fuera de la cancha, y estuve disponible para todas sus preguntas, incluso después de partidos largos y agotadores. Lo que deben entender es que la vida de una jugadora va más allá de un partido".

"Dicho esto -retomó-, debo remarcar que muchas veces mis palabras se han visto manipuladas para causar sensacionalismo o controversia gratuita. Por eso, como no me gusta discutir, les pido que cuando contesto lo que me preguntan, transcriban eso con la verdad. Si no les gustan mis respuestas, lo lamento, pero son directamente proporcionales a sus preguntas. Creo haber demostrado en otro tipo de entrevistas que cuando las preguntas son interesantes, puedo abrirme con soltura".

Y pese a no individualizar sus críticas o a especificar qué había sido tergiversado para llegar a esta confrontación pública, remató: "Las cosas que han ocurrido en los últimos días me parecieron desagradables, pero fundamentalmente injustas. Espero que esto marque un nuevo comienzo para todos".

Para Baghdatis, mejor sin el jefe
Marcos Baghdatis está de regreso. Un año atrás estaba dentro de los 40 mejores del mundo. Lesiones y malos resultados hicieron que este año quedara afuera de los 150 primeros. Y la falta de confianza y de ranking lo depositaron en los Challengers, lejos de Roland Garros.

Mal no le fue porque ganó en Nottingham, ya en césped, una de sus superficies cómplices. Aunque es cauto: "No creo que por ganar un Challenger pueda decir que volveré al Top 10. Pero estoy en el buen camino".

Las razones que él induce son polémicas, como todo lo que rodea al raro chipriota, siempre expresivo y, ya con 28 años, más aún: "Después de estas victorias siento que encontré mi juego, mi actitud en la cancha y la forma en que quiero jugar tenis", le dijo Baghdatis al Nottingham Post. Pero fue más allá: "Vine solo, sin entrenador. Estoy jugando al tenis y haciendo las cosas que quiero hacer. No tengo alguien que me diga qué hacer. Eso es un gran cambio para mí y me hace sentir mucho más libre de la cabeza. No pienso mucho, solo hago lo que creo que es bueno en la cancha y eso me ha ayudado mucho en la semana".

Ya tras su debut en el torneo, cuando venció al experimentado Benjamin Becker, se mostraba optimista: "Es una superficie que siempre me ha gustado. Se adapta a mi juego. Me siento muy bien en ella. Esta forma en mi primer partido después de siete semanas creo que es muy positivo. Ahora quiero esa sensación de ganar grandes partidos frente a grandes multitudes porque como jugador de tenis es la mejor sensación que puedes tener".

"Mentalmente, tuve un buen descanso, estaba algo agotado. Tuve lesiones, pero también un montón de cosas suceden en la vida de una manera positiva. Las cosas han cambiado desde que soy papá". Finalista en Australia 2006 y semifinalista ese mismo año en Wimbledon, se prepara en Queen's para llegar a punto al All England. ¿Será el "dark horse" del cuadro, qualy mediante?

Petkovic, al servicio del arte
Las tempranas despedidas de Na Li, Caroline Wozniacki y Anastasia Pavlyuchenkova le permitieron a Andrea Petkovic llegar hasta los cuartos de final de Roland Garros enfrentando a rivales más allá del puesto 70, y cuyo promedio entre las cuatro primeras rondas era de 105. En esa lista sobresale Kiki Bertens, que llegaba a París como 148ª y sin haber accedido más allá de segunda rueda en un Grand Slam. Aquí la holandesa escaló hasta octavos y le dio más trabajo del pensado a la ex N°9 del mundo. Por eso, la consulta para la alemana: "¿Cuánto sabías de tu rival?".

"No mucho, por eso fue duro preparar el partido. La tuve que stalkear en Youtube. Vi unos cuantos videos de cómo jugaba y me impresionó lo bien que pegaba", reveló. Y río al imaginar un escenario inverso, donde ella sea la acechada en la red: "Probablemente vean vestidos raros y muchos bailes".

Pero lo cierto es que ese "Petko-dance", que en el pasado cobró tanto alcance mediático como sus avances en el circuito, últimamente ha dejado de tener protagonismo. ¿Signo de madurez? "Puede ser. En realidad ya no siento ganas de hacerlo. Fue algo que en su momento se me fue de las manos. Primero era un juego, una manera de mostrar que estaba contenta tras un triunfo. Pero luego me pasaba de jugar partidos malos y aún así la gente esperaba que me pusiera a bailar. Y lo hacía para no desilusionar. No era espontáneo, pero era algo que por alguna razón tenía que hacer".

Lejos de la danza forzada, en París la alemana detalló su vínculo con otro mundo de la esfera artística: el de las letras. "Tengo dos autores favoritos: uno es Goethe, el mayor genio que ha dado la literatura. Lamentablemente, para aquellos que no hablan alemán es algo difícil de apreciar. El otro es David Foster Wallace, a quien empecé a leer hace solo algunos meses pero que me deslumbró".

Pero además, llevada al terreno de la filosofía por sus raíces alemanas, pasó de la dramaturgia al existencialismo con la misma naturalidad: "Nietzsche siempre me causó un impacto especial. No necesariamente concuerdo con cada una de sus afirmaciones. Es muy oscuro y lúgubre, pero también un gran escritor. Y también me gustó siempre la corriente francesa: Sartre, Camus...". Lo que se dice una figura versátil.

^ Al Inicio ^