SAO PAULO -- Falta un día para que Brasil albergue su segunda Copa del Mundo. Felipe Scolari es consciente de ello. Sus jugadores también. Su presión es nula. Empiezan a disfrutar el juego como antaño.
En el entrenamiento previo al juego inaugural, en el estadio Itaquerao, hay risas. Jugadas del "Jogo Bonito", pero el momento de la verdad, del peso de la historia para el Pentacampeón del Mundo, comenzará aquí ante Croacia el día de mañana.
"El tiempo ha llegado. Esta Copa del Mundo es nuestra y llegaremos todos juntos", sostiene Felipao. "Nuestro trabajo en el campamento fue hecho como lo planeamos. Sentimos que estamos listos para empezar", señaló el veterano estratega.
La "Canarinha" lleva concentrada en Brasil desde el pasado 26 de mayo y aún así, el técnico cuida cada detalle. Durante la práctica llama a varios jugadores para hacer tiros libres y cobrar penales.
Dani Alves y David Luiz fueron los primeros, después William y Neymar, al final Marcelo. Todos ejecutan las faltas ante la mirada del entrenador. Del otro lado hay trabajo en espacios reducidos. Después llega Fred para los tiros de penal, le sigue Hulk. Felipao no deja ningún cabo suelto.
"Esta Selección es tan buena colectivamente como la que tuve en 2002, cada futbolista juega para el equipo, incluido Neymar", sostiene el técnico que llevó a Brasil a ganar su último título del mundo.
"Neymar siempre marcará diferencia y lo puede hacer en cualquier juego. Confiamos en sus habilidades", añade Felipao, quien asegura que si no lo tuviera en su equipo, seguramente Brasil jugaría de modo diferente. Aún así, no acepta que Neymar sería la estrella de este torneo: "¿Quién será la estrella? La estrella saldrá de quien gane el título".
El entrenador de Brasil no para de gritar, de corregir cosas, a pesar de que suma 15 entrenamientos en su país. El mismo se describe como entrenador en su país: "Yo soy la mezcla de varias cosas, padre, tío, amigo, la persona que habla un poco fuerte y toma decisiones".