Jorge Morejón 10y

Popovich no se confía del Heat

MIAMI - Como el Rey Juan Carlos I de España, el Miami Heat ha empezado a entregar su corona.
Por segunda noche, los San Antonio Spurs aplastaron a los aún campeones en su propia casa del American Airlines Arena, esta vez con marcador de 107-86, para colocarse a un triunfo del título.

Ningún equipo en la historia de las finales de la NBA logró revertir una desventaja de 1-3 y de la manera errática en que se mostró el Heat en los partidos tres y cuatro, no será quien consiga semejante milagro.

"Estoy complacido por la manera en que jugaron los muchachos, sobre todo por tratarse de aquí en Miami. Ahora nos toca regresar a casa jugar igual o mejor", dijo el coach de San Antonio, Gregg Popovich, tras concluir el encuentro.

Sin embargo, Popovich no canta victoria por adelantado. "Cuando se tiene esta ventaja, siempre el juego de coronación es el más difícil, por la manera desesperada en que juega el rival. Así pasó en el sexto juego del año pasado, así que todavía falta trabajo por hacer", añadió.

Uno de los factores más desequilibrantes que tuvo San Antonio a su favor fue Boris Diaw, quien se quedó a punto de conseguir un triple-triple, con ocho puntos, nueve rebotes e igual cantidad de asistencias.

"Pop me dijo que abriría el juego y que tendría un papel de facilitador, ayudar a los demás a hacer las jugadas y buscar las mejores opciones, así que desde el principio me enfoqué en esa función", explicó Diaw. "Siempre trato de leer la cancha para ver quién está libre", añadió.

"Estoy feliz por él, orgulloso por la manera en que está jugando", dijo sobre Diaw el veterano Tony Parker, quien con 19 puntos fue el complemento de Kawhi Leonard en el ataque. "Es casi un sueño poder jugar con él una final de la NBA".

Sobre la forma avasalladora mostrada por los Spurs en estos dos partidos, Parker dijo que era simplemente el estilo del equipo.

"Estamos moviendo el balón de la misma manera en que lo hemos hecho todo el año. Rotar la bola en busca del hombre libre en mejor posición de hacer los tiros", dijo el francés.

Con cara larga y sin explicarse lo sucedido estas dos jornadas en Miami estaba el coach del Heat, Erik Spoelstra.

"Ellos (los Spurs) han jugado muy bien. Reconozco que nadie esperaba esto que ha pasado. Hay que darle crédito a San Antonio, mientras que nosotros no hemos logrado encontrar el ritmo ni en el ataque, ni en la defensa", dijo Spoelstra.

Con el agua al cuello, Miami necesita encontrar variantes ofensivas desesperadas, que pudieran llegar de hombres usualmente relegados a la banca, como James Jones y Michael Beasley.

Jones recibió tres minutos en los finales con el partido decidido y los aprovechó muy bien, al encestar 11 puntos, nueve de ellos con tres triples.

"Obviamente necesitamos cosas nuevas ahora. Tengo un par de días para barajar las distintas posibilidades, pero algo haremos. Nos queda trabajo por delante de aquí al domingo", añadió el entrenador de Miami.

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