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Los New York Rangers ganaron el cuarto partido de la final por el Stanley Cup de la NHL, pero el dominio total de los Los Angeles Kings – ganando la batalla de los tiros al gol por 41-19 y 15-1 en el tercer periodo - tiene a muchos pensando que el quinto partido, pautado para el viernes en el Staples Center, será uno de trámite y es solo cuestión de tiempo hasta que los Kings carguen el codiciado trofeo por segunda vez en tres años. De hecho, en dos ocasiones distintas en el partido del miércoles, que finalmente ganaron los Rangers 2-1 para evitar la barrida en su hielo del Madison Square Garden, Nueva York necesitó esfuerzos extraordinarios de sus defensas para evitar que el disco entrara a la malla. En el primer periodo y con Henrik Lundqvist fuera de posición frente al gol de los Rangers, el defensa Anton Stralman detuvo a Jeff Carter y Marian Gaborik casi milagrosamente para mantener a los Rangers en la ventaja. Y faltando 1:11 por jugarse, Derek Stepan tuvo que intervenir con su mano para ayudar a Lundqvist, otra vez asediado, pero esta vez por Anze Kopitar, para detener el disco justo cuando estaba a punto de cruzar la línea del gol. Esas dos intervenciones divinas y el monstruoso partido que se tiró Lundqvist fueron la diferencia para que los Kings hoy estén preparándose para un quinto juego en vez de recuperándose de una noche de celebración. El hecho que los Kings, a lo largo de la serie, han negociado casi a la perfección todo lo que los Rangers le han tirado en su camino. La estrategia empleada por el entrenador de Nueva York, Alain Vigneault, de utilizar un tempo rápido ha funcionado, al punto que los Rangers han estado en ventaja después del primer periodo en los cuatro partidos. Sin embargo, el desgaste físico de Nueva York es evidente ya a mediados del segundo periodo y es ahí en dónde los Kings han lucido sumamente superiores, no solo en esta serie, sino también a los largo de toda la postemporada. Los Kings han producido 37 goles en el tercer periodo durante la postemporada mientras sus oponentes solo 19, en parte gracias a que tanto las líneas ofensivas, lideradas por Kopitar, Gaborik, Carter y Tyler Toffoli, y las líneas defensivas con Drew Doughty, Slava Voynov y Alec Martinez son marcadamente más jóvenes que los Rangers, cuyo trio estelar de Martin St. Louis, Brad Richards y Rick Nash promedian los 34 años de edad. No cabe la menor duda que de que lo único que mantuvo a los Rangers vivo fue Lundqvist, quien se convirtió en el arquero que más juegos ha jugado y ganado en la rica historia de 88 años de los Rangers el miércoles. Lundqvist paró 40 de 41 tiros estando bajo presión toda la noche, ya que en términos de tiempo de posesión, el disco se mantuvo en la zona ofensiva de los Kings la mayor parte del segundo y tercer periodo. Los Kings, por su parte, han logrado su cometido en todo momento de la serie y han gozado de un gran esfuerzo de su arquero Jonathan Quick, quien ha registrado 677 salvados en 25 partidos esta postemporada con un por ciento de .910. Por otra parte, la ofensiva ha estado balanceada y aunque Justin Williams lidera el equipo con un +13, el hecho que las cuatro líneas de los Kings han sido productivas, especialmente la segunda con Carter en el centro y Gaborik como alero derecho. Una victoria de los Kings cimentaría su reclamo al sello de "dinastía" que tanto están buscando. Sería el segundo Stanley Cup para Los Ángeles en dos años y el segundo en la historia de la franquicia. El año pasado llegaron a la final de la Conferencia Oeste antes de caer ante los Chicago Blackhawks, pero este año lograron la venganza para entra al baile final.
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