Washington Cucurto 10y

Chile es un equipo serio

BUENOS AIRES -- La fiebre del Mundial nos supera, no nos deja pensar por la vorágine de partidos tras partidos que tenemos que ver. La ciudad cambió notablemente en estos días mundialistas. Se puede notar una sonrisa superior en muchos hermanos chilenos residentes en el país.

Para eso me fui a dar una vuelta por el barrio chileno de Montserrat, donde una buena cantidad de chilenos viven hace décadas.

Poco o casi nada de espacio dedicaron los medios argentinos al extraordinario triunfo de Chile. Pocos lo saben, pero el equipo chileno es uno de los más preparados, con un rigor físico envidiable, este seleccionado llega en su punto más alto. Y eso se verá a medida que el campeonato avance.

Por la calle Santiago del Estero, en pleno barrio chileno, me metí en un almacen de los de antes, con balanza a bola y mostrador de madera. El olor a los salamines y a los vinos chilenos me embriagaba y me llevaban al tiempo de mi infancia. Cada tanto es tan bueno, entrar a uno de estos almacenes antiguos que todavía quedan en Buenos Aires.

Santiago del Estero y Constitución, en la esquina misma. Me senté a tomar un vinito chileno, y me pedí una picada inolvidable con queso de campo y salamines también hechos en Chile. Fui feliz por media hora. Varios parroquianos chilenos miraban otros partidos del Mundial con emoción.

Uno le dice al otro:

- Por primera vez desde el Mundial del 62, tenemos chances de llegar.
- Sí, por supuesto Eleuterio, a España le ganamos seguro. Viene muy golpeada.
- Este tiene que ser el Mundial de los equipos chicos.
- Sin duda, Eleuterio, ya ni Brasil, ni Argentina, son lo que eran...
- Faa, ¿cachai? ¡Qué flojos los partidos inaugurales de estos cucos sudamericanos?
- Sí. No tienen equipos. Brillan en el sistema individual, pero a la hora de jugar en bloque no saben. Viste que los delanteros argentinos, no regresan nunca cuando pierden la pelota.
- Vuelven caminando, como si estuvieran de paseo.
- Chile, Chile, va a ser noticia. Acordate lo que te digo.

Mientras me empalagaba con el excelente vino chileno, me percaté que, Chile, realmente tiene un equipo poderoso, de ida y vuelta, que puede ser fatal para las aspiraciones argentinas en camino hacia el título.
No sé por qué a todos se nos pasó por alto el poderío del equipo chileno que llega en su mejor momento. Pedí dos vasos de vino para reforzar y sacarme el frío del cuerpo, pero al rato me quedé dormido,escuchando el tuteo de las voces chilenas en ese barcito con tanto ambiente familiar. Soñé que jugábamos la final contra Chile y que yo jugaba con la camiseta chilena y debía marcar a Messi.

Hice un trabajo perfecto en el sueño. El equipo chileno levantó la Copa y Messi se me acercaba y me decía, "me marcaste como nadie, Cucu" te lo merecés. Y me pidió la camiseta. Le dije que pase a buscar otra por el vestuario y se fue contento.

Cuando me desperté un día después el bar estaba lleno, miles de chilenos, con banderas y camisetas, miraban el partido ante España que recién había comenzado y Chile ya ganaba uno a cero.

Me desesperé, mi sueño lentamente se convertía en realidad como si hubiese sido una profecía. ¿Se volverá verdad? Me refregué los ojos y me saqué las lagañas y volví a tomarme otro vaso de vino.

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