<
>

La lluvia es protagonista en Recife, donde se juega el México vs Croacia

René Tovar

MÉXICO -- Hasta cinco horas antes el grito de "México... México... México" ya retumbaba a las afueras del Pernambuco. El manto gris ya cubría la Arena donde horas más tarde, México pelea el pase a la siguiente fase. Todo o nada. Seguir o morir.

Los primeros pasos de los 'aztecas' se vieron cerca de las 12.05 locales. Un par de aficionados vestidos de 'Águilas' fueron los primeros que se mezclaron con vendedores y policías que comenzaban a merodear y ubicarse en los puestos para la venta de aguas y el resguardo de la gente que más tarde llegaría en miles al coloso.

No podía faltar el colorido mexicano. Los primeros en arribar y los últimos en irse. El negocio fue la venta de 'capas'. La de color verde y amarillo con un costo de 10 reales (alrededor de 60 pesos mexicanos), casi se arrebataban al vendedor, ya que cerca de las 13.00 horas la llovizna pasó a una fuerte lluvia.

Lo que más tarde servirá para alentar a la selección de Croacia se convirtió en "refugio" para la gente sin paraguas. Bajo la amplia bandera de Croacia, mexicanos y croatas fueron uno, no obstante que algunos connacionales criticaban que los de 'verde' utilizarán la bandera rival para evitar la empapada.

"¿A poco hay mexicanos adentro?, gritó un indignado personaje con sombrero amplio. Cuando apenas avizoró que, efectivamente, habían "verdes" en el lugar, su indignación fue inmediata. "Ya ni la amuelan, carajo" ¡Mójense! ¡No se van a morir de eso!", reclamó, palabras que los seguidores europeos no entendieron y preguntaban el por qué la molestia.

Las historias ahí están. Debajo de esa "manta" con colores rojo, blanco y azul. Tres croatas, uno de ellos con la camiseta de Mario Mandzukic, apenas llegaba a la ciudad de Recife. La esperanza a flor de piel de que su selección muestre en la cancha lo que Luka Modric advirtió de que son mejores línea por línea.

Sin embargo, lo que el jugador del Real Madrid encendió, la torrencial lluvia apagó e hizo que mexicanos compartieran la "misma bandera". También que se hicieran pronósticos bajo su cobijo e incluso un individuo preguntar, a los que estaban en ese lugar, si alguien gustaba "plátano" por aquello de los calambres.

Ese espacio de tres metros cuadros comienza a ser un libro con diferentes capítulos, con diversas historias. Desde un mexicano y un ruso que hace una semana estaban en Moscú, tomando con sus parejas, y que determinaron venir desde allá dejando a sus esposas, hasta una mujer de Sonora que asegura haber comprado un boleto en la reventa por 350 dólares.

Los minutos pasan y la lluvia no cesa, pero los capítulos de vida continúan. Javier, el hombre que detiene la punta de la manta, voltea para preguntar como se dice "gracias" en croata a lo que Vita Versic le responde "hvala" y hace que los ahí presentes busquen pronunciar, lo que para el vocabulario español es casi "impronunciable"

Lluvia de más de una hora. Todos empapados. El agua parece detener el ánimo de los mexicanos que poco a poco se congregan a las afueras de la entrada al Pernambuco. Gente descalza. Comienzan a llegar los 'chapulines', los 'campos', las mujeres vestidas con trajes típicos de los estados, los sombreros de charro. El agua ya aminora y arrancan nuevamente los gritos de "México... México... México..." y "eeeeeeeeeehhhhhh... Pu...". Los mexicanos le dan luz a la sombra de un capoteado cielo, en Recife.
Miles de connacionales esperan que la lluvia no sea señal de algo malo que esté por llegar, aunque a decir verdad, los mexicanos confían en que el Tri seguirá en esta Copa Mundial. Ésa es la luz que esperan los mexicanos de acá de Recife y seguro los millones que verán el partido.