Graciela Reséndiz 10y

Gran ambiente en el Zócalo capitalino por el México-Croacia

MÉXICO -- Con mucha intensidad de vivió el triunfo de la Selección Mexicana en el zócalo capitalino ante Croacia, pese a la lluvia del primer tiempo.

Era un partido de matar o morir, de ahí los eufóricos festejos durante y después del juego. El sufrimiento de la afición se palpó en todo momento. El trallazo al palo de Héctor Herrera prendió a más de 30 mil aficionados, que a miles de kilómetros le trasmitieron seguramente buena vibra a los pupilos de Miguel el "Piojo" Herrera.

El trallazo de Andrés Guardado fue gritado a todo pulmón y el penalti no marcado sobre el "Chicharito" Hernández se protestó con rabia. Se lamentó la segunda amonestación del "Gallito" Vázquez, porque no jugará contra Holanda. Un atajadón del portero croata lo silbaron los aficionados.

La intranquilidad prevaleció mientras el Tri no hacía el gol tan esperado para abrir el camino hacia la victoria, necesaria para no poder en riesgo el boleto a la siguiente ronda. Así que cuando el capitán Rafael Márquez anotó el primer tanto, la gente desfogó su nerviosismo con los brazos arriba, con estruendoso grito que se escuchó a miles de metros, seguramente.

El tanto de Andrés Guardado y luego el de Javier el "Chicharito" Hernández en contragolpe acababan con el cuadro. ¡Alegría pura! Y la afición saltaba una y otra vez.

Entre el festejo por el 3-0, elementos de la policía se llevaban a dos rijosos ensangrentados pasados de copas. Los seguidores de México se extendían no sólo en la plancha del zócalo, sino hasta el inicio de la avenida 20 de Noviembre.

El triunfo parcial hizo bailar a la gente. Los tambores se escuchaban. La batucada de Brasil 2014 también estaba aquí. La roja directa a un croata era festejada con regocijo.

La gente nunca dejó de aplaudir al Tricolor, de echarle porras a Memo Ochoa las veces que fue exigido.

Los últimos minutos también fueron vibrantes, sobre todo cuando Croacia hizo el tanto de la honra. Pero todo estaba escrito. Nadie le quitaba el meritorio triunfo a México.

Con el silbatazo final, los aficionados aplaudieron en reconocimiento al esfuerzo y calidad de su equipo. Y con el: ¡Vámonos al Ángel, vámonos al Ángel..! la gente comenzó a desprenderse del zócalo. Las calles aledañas eran ríos humanos. Las calles 16 de Septiembre y Madero estaban repletas. ¡En dónde están, en dónde están esos croatas que nos iban a ganar; en dónde..!, se escuchaba a su paso. La fiesta había terminado por hoy; la siguiente cita es ¡en el Ángel!

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