Nick Hornby 10y

Inglaterra y su eterno fracaso en el fútbol internacional

Siempre es lo mismo en Inglaterra. El seleccionado nacional queda eliminado de la Copa Mundial y en seguida empiezan a llover los análisis -- en la televisión, en la radio, en las secciones de deportes, las cartas de lectores y las páginas de opinión de los periódicos.

El director técnico tiene que volar, por supuesto. Debería hacer lo honorable y caer sobre su espada. Los jugadores, por su parte, están sobrevalorados, sus salarios están inflados, son ingenuos, arrogantes y poco patrióticos. Hay demasiados jugadores extranjeros en la Premier League, no hace falta decirlo. Y, si profundizamos un poco, la señora Thatcher vendió muchos campos de juego de las escuelas en la década de 1980 -- ¿será ella la culpable?

Un comentarista político del Guardian cree que podríamos tener una confusión fatal sobre nuestra identidad nacional, dando a entender, por tanto, que debe ser más fácil ganar partidos para un país sin sentimientos complicados sobre sí mismo -- ¿como Alemania, por ejemplo? Un corresponsal del mismo periódico afirma que "una escuadra extraída de unos pocos clubes elitistas y ricos no representan realmente a Inglaterra, y que "su derrota es motivo de regocijo". Oh, ¿quién sabe? Quizá tenga razón. Como todo lo demás ha fallado, tal vez una escuadra extraída de los equipos de pubs y las ligas menores obtenga mejores resultados. Sin duda sería más divertido de alentar.

Lo más notable sobre las dos derrotas de Inglaterra ante Italia y Uruguay es que tomaron a la nación por sorpresa. Siempre nos toman por sorpresa, cada vez que nos volvemos a casa temprano; y nos volvemos a casa temprano casi todas las veces que la Copa del Mundo se juega fuera de Inglaterra. En 1950, la primera vez que entramos en la competencia, fuimos derrotados 1-0 por los lavavajillas, los conductores de coches fúnebres y los profesores de inglés de EE.UU., y no logramos avanzar a la segunda fase. Tampoco logramos superar la fase de grupos en 1958; Inglaterra ganó exactamente tres partidos en sus primeros cuatro torneos. Ni siquiera logramos clasificar en 1974 y 1978, de modo que la introspección se llevó a cabo mucho antes de la final en estos años; también nos quedamos afuera de Estados Unidos '94.

Incluso aquellos que tratan de mantener el cinismo acerca de las posibilidades del seleccionado nacional de Inglaterra podrían quedar sorprendidos por algunos de los hechos arrojados a la luz por una evaluación de nuestro registro en la Copa Mundial. Hemos ganado exactamente cinco partidos en la fase de eliminación de todas las Copas Mundiales jugadas fuera de nuestro país; la primera fue una victoria por 3-0 sobre Paraguay en 1986. Dos de los triunfos llegaron en Italia '90, un 1-0 sobre Bélgica y un 3-2 (cortesía de dos penales de Gary Lineker) sobre Camerún. Una victoria por 1-0 sobre Ecuador en 2006 fue nuestra última victoria fuera de la fase de grupos.

Dinamarca, Bélgica, Paraguay, Camerún y Ecuador no son, con todo el debido respeto a estos países, el tipo de conquistas que puedan impresionar las superpotencias rivales -- en el mismo periodo, Alemania (Occidental) ha ganado 25 partidos en territorio extranjero en etapas más avanzadas del torneo. Nunca hemos vencido a Brasil, Italia o España en ninguna etapa de la Copa del Mundo, y aunque hubo un buen triunfo por 3-1 sobre un muy buen equipo de Francia en 1982 en la fase de grupos, Francia era el tercer clasificado del grupo de cuatro equipos, tal como lo eran Escocia e Irlanda del Norte en sus respectivos grupos.

Así que el primer punto a destacar sobre el fracaso de la campaña de 2014 es que el hecho de avanzar y quedar entre los 16 de la segunda fase, probablemente hubiese exigido uno de los más impresionantes resultados de Inglaterra en el Mundial, una victoria sobre Uruguay o Italia en la fase de grupos, dos equipos a los que nunca han derrotado en la final de un torneo. Y como nadie creía que íbamos a Brasil con uno de los equipos más impresionantes de Inglaterra, fue desconcertante escuchar a los "realistas" predecir nuestra salida en los cuartos de final. ¿Cómo se suponía que íbamos a llegar tan lejos?

La otra cosa a tener en cuenta es que muchas de las razones dadas por el fracaso de Inglaterra se construyen alrededor de la triste noción de larga data sobre la decadencia nacional. Esto es un mito: Siempre, con la gloriosa excepción de 1966, hemos fracasado. Los jugadores extranjeros, quienes llegaron en la década de 1990, no nos pudieron ayudar con la insuficiencia desesperada de la década del setenta; La señora Thatcher y la inflación salarial no iluminaron la desesperada década de 1950, cuando había canchas improvisadas por todos lados y Stanley Matthews recibió miserias en retribución. Los niños holandeses tienen acceso a los videojuegos y la comida chatarra, y sin embargo, ese pequeño país del norte de Europa, con una población de dos tercios más pequeña que el nuestro, produce consistentemente jugadores de clase mundial.

Esto parece estar claro: Lo que está mal con el fútbol Inglés ahora siempre ha estado mal, desde que comenzamos a jugar a nivel internacional. Tal vez simplemente no nos guste el tipo de fútbol que suele ganar los torneos internacionales. (La mayoría de los fanáticos ingleses encuentra el astuto, lento, y táctico estilo italiano muy poco atractivo, por ejemplo). Tal vez codiciemos el tipo equivocado de jugadores: Es difícil imaginar un lugar para los centros defensivos grandes, heroicos, apasionados y lentos como John Terry, Tony Adams y Terry Butcher en muchos otros equipos nacionales. (Lionel Messi mide 5'6 pies y te preguntas si estaría en la banca del West Ham o del Sunderland si hubiera nacido en Inglaterra, un "jugador de lujo").

Si Inglaterra alguna vez llega a jugar en una final de la Copa del Mundo de nuevo, puedes apostar que el equipo no va a incluir a ninguna persona que esté jugando al fútbol profesional ahora. Tenemos que empezar con nuestros niños de 8 años, y tenemos que empezar a decirles que la técnica y la inteligencia, no la fuerza y la voluntad de ganar, son las cualidades que más se necesitan para lograr el éxito.

¿Cuáles son las mejores actuaciones de Inglaterra en un Mundial? La final de 1966 ocuparía la parte superior de la lista, por supuesto, y la semifinal contra Portugal de Eusebio tendría que estar en el puesto número 2 -- juegos disputados con cuatro días de diferencia, en Londres, hace casi 50 años. Es posible que incluya la sorprendente victoria por 1-0 en la fase de grupos ante Argentina en el torneo de 2002, a pesar de que Argentina hizo un juego pobre y no pudo llegar a los octavos de final de ese año. Y la victoria desesperada por 3-0 sobre Polonia en 1986 es recordada con cariño por los goles de Lineker, y su surgimiento como un delantero de clase mundial.

Pero cualquier persona que no pueda recordar nada acerca de 1966 haría un fuerte argumento a favor de la famosa noche en Turín, en 1990, cuando Inglaterra se enfrentó a Alemania Occidental, y luchó heroicamente, y... bueno, empataron, en realidad. Y luego perdieron por penales. Posiblemente, la mejor actuación de Inglaterra en los 13 torneos de la Copa del Mundo a la que han viajado sea una derrota.

Tal vez cuando hayamos dejado de odiar a nuestros jugadores, a nuestro técnico y a nosotros mismos, tendríamos que volver a mirar esa valiente derrota por 2-1 ante Italia en que la tuvimos un poco de mala suerte la semana pasada. No fue tan mala. Podríamos, incluso, encontrar sitio para ella dentro del top 10.

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