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Mayer venció a Kuznetsov y pasó a octavos de final en Wimbledon

LONDRES -- El andar de Leonardo Mayer en Wimbledon tuvo un nuevo capítulo exitoso. El argentino (64°) venció por 6-4, 7-6 (1) y 6-3 al ruso Andrey Kuznetsov (118°) y avanzó a los octavos de final de un Grand Slam por primera vez en su carrera. Además, con este triunfo quedará cerca del N°50 del mundo, que significará su mejor posición en el ranking. Ahora espera por Grigor Dimitrov (11°), que venció en cinco sets a Alexandr Dolgopolov (21°). En la jornada, además, ganó Djokovic y juega Murray.

Mayer aprovechó sus momentos durante las dos horas y dos minutos de acción. Jugó un buen partido y con una interesante diferencia de tiros ganadores (34) sobre errores no forzados (20), pero la clave pasó por los puntos de quiebre. El argentino salvó los nueve que tuvo en contra, mientras que capitalizó dos de los tres que contó a favor. Ahí estuvo el claro contraste del encuentro.

El primer set tuvo un giro rotundo en apenas dos games. Mayer estuvo en jaque, con tres break point en contra, pero salió adelante y acto seguido se quedó con el servicio de su rival para el 4-2. La rotura, además, golpeó en lo anímico a Kuznetsov, que pasó a tener menor movilidad y comenzó a fallar más con su derecha. Con autoridad con su saque, el argentino cerró el primer parcial por 6-4.

Mayer jamás perdió la brújula en el encuentro, ni siquiera cuando estuvo en serios aprietos con su saque en el quinto game (doble break point en contra). Continuó con su plan de juego ofensivo, aprovechando los errores del ruso y lo terminó con jerarquía en un desempate que tuvo dos momentos destacados, para inclinar la balanza, con subidas a la red: una volea baja de revés en el primer punto y un saque y red para el 5-1.

El factor anímico volvió a salir a escena en el inicio del tercer set. Mayer levantó tres situaciones de quiebre, puso el 1-0 y luego se adueñó del saque de un oponente que empezó a acusar algo de cansacio por su triunfo en cinco sets ante David Ferrer (7°). Ahí, sentencia. El argentino bajó los riesgos en sus golpes y siguió exigiendo con su servicio hasta el último game, en el que, con pocos primeros, hizo la diferencia con potentes segundos saques.

De esta manera Mayer, que en Roland Garros había hecho tercera ronda (el argentino que más lejos llegó), se metió por primera vez en la segunda semana de un Grand Slam. Y ahora va por más: irá en busca de los cuartos de final cuando choque ante el búlgaro Grigor Dimitrov (11º favorito), que derrotó al ucraniano Alexandr Dolgopolov (21º).